En 1963, Karl Höcker finalmente enfrentó cargos penales en el Juicio de Auschwitz en Frankfurt. La inmensa mayoría de su testimonio se centró sobre si había o no servido en “la rampa”; es decir si participó en el proceso de selección que determinaba cuales de los nuevos prisioneros iban a vivir y cuales iban a morir. Höcker testificó que no había elegido el personal de la rampa; nunca había trabajado en la rampa ni había asistido a una selección; nunca había visto la ejecución de un prisionero, y solamente se dio cuenta de la existencia de las cámaras de gas después de su llegada a Auschwitz.

Aunque algunos de los testigos declararon que Höcker debió haber trabajado en la rampa, nadie pudo decir con seguridad que había estado ahí. No aparece en la rampa en ninguno de los álbumes fotográficos. Sin embargo, el álbum personal de Höcker lo muestra en contacto directo con los principales perpetradores en Birkenau -- Höss, Kramer, Méngüele y aun el jefe de los crematorios, Moll. Höcker aparece con ellos no solamente en una ocasión, pero casi en cada página. Puesto que muchos de sus colegas de las SS participaron en el proceso de selección, sus declaraciones que no sabía de las selecciones no son creíbles.

Aunque el tribunal en Frankfurt decidió que Höcker, como ayudante de Baer, era generalmente co-responsable del transporte de judíos a Auschwitz-Birkenau en el momento cuando las cámaras de gas estaban operando a más de su máxima capacidad, y que tenía conocimiento especifico de la llegada de transportes a través de telegramas que los anunciaban, los fiscales no pudieron probar que él personalmente participó de los asesinatos. Aunque no pudo ubicar a Höcker sobre la rampa, el tribunal lo declaró culpable de ayudar y instigar en el asesinato de 1.000 personas en cuatro ocasiones distintas. Fue condenado a solamente siete años de prisión. Con la deducción del tiempo en prisión ya cumplido, Höcker fue liberado en 1970. Recuperó su trabajo como jefe cajero del banco regional en Lubbecke. Karl Höcker murió en 2000 a los 88 años.

Miles de testimonios de sobrevivientes describen las experiencias traumáticas de los prisioneros, pero poco documenta el mundo completamente diferente en que vivían las SS solamente a unos pocos kilómetros. Sin embargo es importante examinar Auschwitz en su totalidad. La gente fotografiada en el álbum de Höcker es la misma que facilitó la llegada del transporte de Lili Jacob. Las fotos en el álbum de Höcker fueron tomadas solamente semanas después de las del álbum de Jacob. Auschwitz no era un campo radicalmente distinto en esas semanas – el personal era igual, el terreno igual, los crímenes iguales. Ya que la única otra colección importante de fotografías del campo fue tomada en 1942, cuando Himmler hizo su visita de inspección, la adición de las fotografías de Höcker al discurso histórico es particularmente valioso. Como se puede entender como ocurrió el Holocausto sin mirar a los perpetradores de los crímenes? La vida del personal de Auschwitz, tal como la pinta el álbum de Höcker parece generalmente feliz y benigna.

Las fotografías tomadas durante la Navidad de 1944 muestran que incluso hasta justo el fin, las SS tuvieron el tiempo y la inclinación para divertirse. Los hombres en las fotografías de Höcker no parecen ser sadistas, sino buenos soldados descansando de su duro trabajo. Quizás esto no es sorprendente. En el juicio de Auschwitz, Höcker negó consistentemente haber cometido ninguna maldad.

Similarmente, Rudolf Höss mantuvo en su autobiografía que a pesar de su papel central en la Solución Final, era todavía una persona moral y decente. Escribió, “El publico general simplemente continúa viéndome como una bestia sanguinaria, el sadista cruel, el asesino de millones, porque las masas no pueden concebir al comandante de Auschwitz de ninguna otra manera. Nunca podrían entender que también tenía un corazón y que no era malo.” Como hombres como Karl Höcker reconciliaban estos dos lados de sus vidas y sus personalidades continua siendo una de las preguntas más inquietantes y sin contestar, y quizás incontestable, del Holocausto. Por esta razón, su álbum es un documento tan impactante y fascinante.