Kindertransport (transporte de niños) fue el nombre informal de una serie de esfuerzos de rescate que entre 1938 y 1940 llevaron miles de niños judíos refugiados desde la Alemania nazi a Gran Bretaña.

Después de que los nazis perpetraran un violento ataque a los judíos en Alemania durante el pogrom de Kristallnacht (“la noche de los vidrios rotos”) de 9–10 noviembre de 1938, el gobierno británico relajó las restricciones de inmigración para ciertas categorías de refugiados judíos. Animado por la opinión pública británica y los esfuerzos constantes de los comités de ayuda para refugiados, en particular el Comité Británico para los Judíos de Alemania y el Movimiento para el Cuidado de los Niños de Alemania, las autoridades británicas consintieron permitir el ingreso a Gran Bretaña de niños menores de 17 años provenientes de Alemania y territorios anexados por Alemania (Austria y ciertas partes de Checoslovaquia) sin limitarlos a una cantidad específica. Los ciudadanos u organizaciones debían garantizar el pago del cuidado, educación y eventual emigración hacia fuera de Gran Bretaña de cada niño. A cambio de esta garantía, el gobierno británico acordó permitir que los niños refugiados no acompañados ingresaran en el país con visas de viaje temporarias, entendiéndose que cuando “la crisis hubiera pasado”, los niños regresarían con sus familias. Los padres o tutores no podían acompañar a los niños. En el programa se incluyeron algunos pocos infantes, que durante el transporte quedaron al cuidado de otros niños.

El primer transporte de niños llegó a Harwich, Gran Bretaña, el 2 de diciembre de 1938, llevando unos 200 niños de un orfanato judío en Berlín que había sido destruido en el pogrom de Kristallnacht. Como este convoy, la mayoría de los transportes partían por tren desde Berlín, Viena, Praga y otras ciudades importantes de Europa Central. Los niños de pueblos pequeños viajaban desde sus casas hasta estos puntos de reunión para unirse a los transportes. Organizaciones judías dentro del Gran Reich Alemán—específicamente la Representación Reich de Judíos en Alemania, con sede general en Berlín (y después de principios de 1939, su sucesora la Asociación Reich de Judíos en Alemania), y también la Organización de la Comunidad judía (Kultusgemeinde) en Viena—planeaban los transportes. Estas asociaciones generalmente favorecían a los niños cuya emigración era urgente porque sus padres estaban en campos de concentración o no podían ya mantenerlos. También daban prioridad a niños sin hogar y huérfanos. Los niños elegidos para un Kindertransport viajaban por tren a puertos en Bélgica y los Países Bajos, desde donde se embarcaban hacia Harwich. (Al menos uno de los primeros transportes partió desde el puerto de Hamburgo en Alemania, y algunos de los niños de Checoslovaquia fueron transportados por avión directamente a Gran Bretaña.) El último transporte desde Alemania salió el 1 de septiembre de 1939, justo el día en que comenzó la Segunda Guerra Mundial, y el último transporte desde Holanda partió para Gran Bretaña el 14 de mayo de 1940, día en que el ejército holandés se rindió a las fuerzas alemanas. En total, la operación de rescate llevó a Gran Bretaña entre 9.000 y 10.000 niños, unos 7.500 de ellos judíos, desde Alemania, Austria, Checoslovaquia y Polonia.

Después de llegar a Harwich, los niños con patrocinadores iban a Londres para encontrarse con sus familias adoptivas. Los niños que no tenían patrocinadores eran alojados en un campamento de verano en Dovercourt Bay y en otras instalaciones hasta que alguna familia decidiera adoptarlos o hasta que se pudieran organizar albergues para cuidar a grupos más numerosos de niños. Muchas organizaciones y ciudadanos participaron en la operación de rescate. Dentro de Gran Bretaña, el Movimiento para el Cuidado de los Niños de Alemania coordinó la iniciativa de rescate. Judíos, cuáqueros y cristianos de muchas confesiones trabajaron juntos para llevar niños refugiados a Gran Bretaña. Alrededor de la mitad de los niños vivía con familias adoptivas. Los demás se alojaban en albergues y en granjas por toda Gran Bretaña.

En 1940, las autoridades británicas recluyeron en calidad de extranjeros enemigos a alrededor de 1.000 niños del programa de transporte de niños en la Isla de Man y en otros campos de detención en Canadá y Australia. A pesar de ser catalogados como extranjeros enemigos, algunos de los niños del programa posteriormente se unieron al ejército británico y combatieron en la guerra contra Alemania.

Después de la guerra, muchos niños del programa de transporte de niños se convirtieron en ciudadanos de Gran Bretaña, o emigraron a Israel, los Estados Unidos, Canadá y Australia. La mayoría de estos niños nunca más vería a sus padres, que fueron asesinados durante el Holocausto.