Alrededor de 2005, una mujer encontró una misteriosa maleta en su sótano en Ginebra, Suiza. En el interior encontró más de mil certificados de la Segunda Guerra Mundial, los cuales tenían el sello oficial del Consulado de El Salvador y fotografías de hombres, mujeres y niños. ¿Qué eran estos documentos? ¿Por qué documentos oficiales de décadas pasadas y que pertenecían a un país centroamericano habían quedado olvidados en un sótano suizo? ¿Cuántos de estos documentos llegaron a sus destinatarios? Su historia revela una de las iniciativas de rescate de mayor escala del Holocausto, aunque la menos conocida.

George Mandel era un hombre de negocios húngaro de religión judía que en los años previos a la Segunda Guerra Mundial se hizo amigo de un diplomático salvadoreño, el coronel José Arturo Castellanos. Castellanos fue nombrado cónsul general de El Salvador en Ginebra y designó primer secretario del consulado a Mandel, quien había cambiado su apellido a la versión española “Mantello”. En la Europa ocupada por los nazis, los judíos que eran ciudadanos o que tenían documentos oficiales de otros países a menudo podían evitar que los deportaran. Con el consentimiento de Castellanos, George Mandel-Mantello utilizó su puesto diplomático para emitir documentos que identificaban a miles de judíos europeos como ciudadanos de El Salvador. Envió a la Europa bajo ocupación copias autenticadas de estos certificados, para que sus portadores se salvaran de los nazis.

Después de encontrarlos, Enrico Mandel-Mantello, hijo de George Mandel-Mantello, donó los certificados originales al Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos.

Cada uno de los certificados cuenta la historia particular de un sobreviviente o víctima del Holocausto. Queremos saber todo lo posible sobre los miles de beneficiarios de los certificados de El Salvador. Si usted o alguien que usted conoce recibió un certificado de ciudadanía salvadoreña, comuníquese con Judith Cohen a jcohen@ushmm.org.

¿Cuándo comenzó George Mandel-Mantello a distribuir los certificados?
En 1942, amigos judíos que estaban en Suiza comenzaron a pedirle a Mandel-Mantello si podría emitir documentos de ciudadanía salvadoreña para sus familiares. El rumor llegó a representantes de varias organizaciones judías, quienes también se comunicaron con Mandel-Mantello para ofrecerle información y fotografías de las personas que intentaban salvar.

¿A dónde se enviaron los certificados?
A través de un mensajero diplomático, durante la guerra se enviaron copias de los certificados a toda Europa. Se enviaron a casi todos los países de la Europa bajo ocupación, algunos incluso a campos de reclusión franceses, a Theresienstadt, en Checoslovaquia, y a Auschwitz, en Polonia. Después de la invasión alemana a Hungría en marzo de 1944, la emisión de certificados se aceleró. Se calcula que en total, Mandel-Mantello emitió alrededor de cinco mil certificados, muchos de ellos con nombres y fotografías de miembros de familias. Enrico Mandel-Mantello donó al Museo más de mil originales y también una copia del Protocolo de Auschwitz.

¿Sobrevivieron todas las personas que recibieron un certificado?
Muchas personas que recibieron certificados sobrevivieron. Algunas se fueron a Suiza; otras fueron enviadas a campos especiales en Bergen-Belsen para ciudadanos extranjeros. Algunos certificados evitaron que sus portadores fueran deportados. No obstante, a menudo los certificados llegaban demasiado tarde, como en el caso de los padres del mismo Mandel-Mantello. En otros casos, los alemanes no los aceptaban. El Museo espera continuar con las investigaciones para saber exactamente cómo muchas personas se salvaron gracias a estos certificados.

¿Cómo sobrevivieron los certificados?
Después de imprimir cada certificado “oficial” de ciudadanía, Mandel-Mantello realizó copias autenticadas (Photostat) que envió a la Europa bajo ocupación a través de una valija diplomática o del sistema de mensajeros clandestinos judíos. Él conservó consigo los originales en Suiza, gracias a lo cual están casi intactos.

¿Cuál es la conexión entre Mandel-Mantello y el Protocolo de Auschwitz?
En abril de 1944, dos judíos eslovacos, Rudolf Vrba y Alfred Wetzler, escaparon de Auschwitz y escribieron un informe con unas de las primeras descripciones confiables del campo hechas por testigos presenciales. El diplomático rumano Florian Manoliu, quien ayudó a Mandel-Mantello en su campaña de rescate, recibió una copia del Protocolo e inmediatamente se la entregó a Mandel-Mantello en junio. Mandel-Mantello comprendió la importancia del Protocolo, realizó copias, lo tradujo, lo distribuyó al clero protestante suizo y lanzó una campaña de prensa internacional condenando las atrocidades nazis.