“No es el asesino en Stangl lo que nos aterra, es el ser humano”.
Elie Wiesel

“Aunque no hubiese hecho otra cosa en mi vida más que atrapar a este malvado hombre [Stangl], mi vida no habría sido en vano”.
Simon Wiesenthal

Después de los juicios de posguerra de los nazis, continuó la búsqueda de los autores del Holocausto. Sólo un pequeño porcentaje de estos criminales ha sido llevado a la justicia. La búsqueda y el enjuiciamiento de los criminales del Holocausto plantean complejas preguntas morales, así como intrincados problemas de jurisdicción y derecho internacional. Al llegar al ocaso de sus vidas, la gran mayoría de los criminales nazis han logrado librarse de ser castigados.

Franz Stangl fue el comandante de los campos de exterminio de Sobibor y Treblinka, donde se asesinó sistemáticamente a más de un millón de personas. Los superiores de Stangl lo elogiaban por ser el comandante del campo que “hizo la mayor contribución al programa de exterminio”. En 1967, Stangl fue arrestado mientras salía de la fábrica de automóviles donde trabajaba. Un informante vendió la nueva dirección de Stangl al renombrado cazanazis Simon Wiesenthal. Stangl había estado viviendo con su esposa y tres hijas en Brasil desde 1951 con su propio nombre. Fue extraditado a Alemania Occidental y, tras un extenso juicio, condenado a cadena perpetua por el asesinato de 400.000 personas.

Sólo seis meses después de ser sentenciado, Franz Stangl murió en prisión de un ataque cardíaco.