El 6 de junio de 1944 (conocido como el Día D), los aliados occidentales lanzaron la más grande invasión anfibia de la historia mundial, en la que desembarcaron alrededor de 150.000 soldados bajo el comando del general estadounidense Dwight D. Eisenhower en las playas de Normandía (Francia). Hacia fin de mes, más de 850.000 tropas estadounidenses, británicas y canadienses habían desembarcado para emprender lo que Eisenhower llamó La Gran Cruzada: “La destrucción de la máquina de guerra alemana, la eliminación de la tiranía nazi por sobre los pueblos de Europa y por nuestra propia seguridad en un mundo libre”.

El 22 de junio de 1944, las fuerzas soviéticas abrieron la mayor ofensiva que aplastó a las fuerzas alemanas que estaban defendiendo el centro del frente oriental en la zona oeste de Bielorrusia y barrieron la línea del frente hacia la Polonia central para principios de agosto.

A medida que las fuerzas aliadas y las tropas soviéticas se trasladaban por Europa en una serie de ofensivas en contra de la Alemania nazi, se encontraban con campos de concentración, fosas comunes y muchos otros sitios donde se habían cometido crímenes nazis. Las fuerzas soviéticas fueron las primeras en invadir uno de los principales campos de concentración, Lublin/Majdanek, cerca de Lublin (Polonia), en julio de 1944. El 27 de enero de 1945, tropas soviéticas liberaron el campo de concentración de Auschwitz, donde encontraron 7.000 prisioneros, incluidos niños pequeños que no habían sido evacuados por las SS. Los soldados estadounidenses también fueron testigos del Holocausto y de las atrocidades nazis mientras marchaban hacia el interior de Alemania y liberaban tanto los mayores campos de concentración tales como Buchenwald, Dachau y Mauthausen como otros tantos cientos subcampos, que incluían a Ohrdruf (un subcampo de Buchenwald). Si bien la liberación de los campos nazis no era el objetivo principal de la campaña militar aliada, las tropas estadounidenses, británicas, canadienses y soviéticas liberaron a los prisioneros de los guardias de las SS, los alimentaron y les brindaron la ayuda médica que tanto necesitaban, y también recolectaron pruebas para los juicios por los crímenes de guerra.

El 8 de mayo de 1945, menos de un año después del Día D, la rendición incondicional de la Alemania nazi se hizo oficial y el mundo pudo celebrar la liberación de Europa del dominio nazi.