Eva Brust Cooper

Por lo demás, yo no estaba consciente de que debía tener miedo o estar preocupada hasta 1944. Y ese día era un día especial en mi vida, porque mi cumpleaños es el 18 de marzo y estaba celebrando la fiesta de mi décimo cumpleaños en casa, con todos mis amigos. En realidad eran los hijos de los amigos de mis padres, con quienes yo había crecido, así como también algunas de las madres y muchas niñeras e institutrices. Era una fiesta temprano en la tarde, con perritos calientes. Vivíamos en una calle bastante importante. Escuchamos la marcha de los soldados y nos asomamos a la ventana. El ejército alemán en ese momento estaba, tal como lo recuerdo, ocupando Budapest. Hungría fue el último país de Europa del Este que ocuparon. Ya había tropas alemanas en Polonia y en los demás países. Todos comenzaron a correr a mi alrededor y hasta entonces duró la fiesta. Todos se fueron a sus casas. Y la razón era que todos tenían miedo y que los alemanes estaban ocupando Budapest. Así fue como nuestro mundo se derrumbó. Hubo muchas negociaciones. En realidad yo no sabía qué estaba pasando. Todos trataban de mantener a los niños alejados de las preocupaciones. Vivimos en una casa designada que se llamaba el edificio judío, y que resultó ser justo el edificio donde ya vivíamos. Lo que quiero decir es que varios edificios fueron designados edificios para judíos, y los cristianos podían escoger entre quedarse en ellos o irse. En un edificio judío, los judíos podían quedarse. Pero los que vivían en edificios que no eran judíos, debieron irse. Nuestro apartamento era bastante grande, pero sólo se nos permitió ocupar una habitación. Como mi padre era bastante activo en la comunidad judía, pudimos escoger a las familias que se mudaron al resto de las habitaciones. Así que conseguimos que nuestros familiares y amigos se mudaran con nosotros.