Las iglesias alemanas y el estado nazi - Fotografía

A veces llamado "el odio más prolongado", el antisemitismo ha persistido en muchas formas durante más de dos mil años. El antisemitismo racial de los nacional socialistas (nazis) llevó el odio a los judíos a un extremo genocida, si bien el Holocausto comenzó con palabras e ideas: estereotipos, dibujos animados siniestros y la propagación gradual del odio.

En el primer milenio de la era cristiana, los líderes de la jerarquía cristiana europea (católica) desarrollaron o solidificaron como doctrina ideas que: todos los judíos eran responsables de la crucifixión de Cristo; la destrucción del Templo por parte de los romanos y la dispersión del pueblo judío era un castigo tanto por transgresiones pasadas como por su permanente rechazo a abandonar su fe y aceptar la cristiandad.

En los siglos X y XI, estas doctrinas acerca de los judíos se endurecieron y unificaron en parte debido a lo siguiente: la amenaza a la jerarquía de la Iglesia por la inminente separación entre el catolicismo romano y la ortodoxia griega (1054); las sucesivas oleadas de conquista musulmana; el fervor del fin del milenio; los triunfos en la conversión de grupos étnicos paganos del norte de Europa; y el afán militar y espiritual de las Cruzadas.

En busca de conservar sus creencias y cultura, los judíos se convirtieron en los defensores de la única religión minoritaria en el entonces cristiano continente europeo. En algunos países, los judíos eran bienvenidos de vez en cuando, pero, en un momento en el cual la fe se consideraba la principal forma de identidad propia e influenciaba intensamente tanto la vida pública como privada, los judíos se vieron cada vez más aislados como forasteros. Los judíos no comparten la creencia cristiana de que Jesús es el Hijo de Dios, y muchos cristianos consideraban esta negación a aceptar la divinidad de Jesús como arrogante. Durante siglos la Iglesia enseñó que los judíos eran los responsables de la muerte de Jesús, sin reconocer, como lo hace la mayoría de los historiadores en la actualidad, que Jesús fue ejecutado por el gobierno romano porque los funcionarios lo consideraban una amenaza política a su gobierno. Como forasteros, los judíos fueron objetos de una violenta estereotipia y sujetos a la violencia contra sus personas y propiedad.

Entre los mitos sobre los judíos que se arraigaron en este período estaba la "calumnia del crimen ritual", un mito de que los judíos usaban la sangre de niños cristianos con fines rituales. Otros mitos incluían la idea de que el rechazo de los judíos a convertirse al cristianismo era no sólo una señal de servicio al anticristo sino también de una deslealtad innata a la civilización europea (léase cristiana). Por el contrario, la conversión de judíos individuales se consideraba algo poco sincero y con motivos materialistas.

Esta doctrina preparó el terreno sobre el cual se pudo construir una superestructura de odio. El antisemitismo teológico alcanzó su auge en la Edad Media. Entre las manifestaciones de antisemitismo más comunes en todas las edades se encuentran lo que ahora llamamos pogroms (ataques contra los judíos por parte de residentes locales, y frecuentemente alentados por las autoridades). Los pogroms a menudo eran incitados por rumores de crímenes rituales. En momentos de desesperación, los judíos a menudo se convertían en el chivo expiatorio de muchas catástrofes naturales. Por ejemplo, algunos clérigos predicaban y algunos feligreses creían que los judíos trajeron la "Peste Negra", la plaga que mató a millones de personas en Europa en el siglo XIV, como retribución a sus supuestas prácticas blasfemas y satánicas.