En los años veinte y treinta, la ciudad alemana de Núremberg fue sede de mítines masivos y fastuosos del partido nazi. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, más de tres cuartos de la ciudad alemana de Núremberg quedó reducida a escombros. Las potencias aliadas eligieron al Palacio de Justicia como asiento del Tribunal Militar Internacional (IMT) debido a que era el único edificio que permanecía intacto y contaba con capacidad suficiente para la envergadura de este juicio. El lugar albergaba 20 salas de tribunales y una prisión para 1200 prisioneros.

El mayor general I. T. Nikitchenko, el líder de la delegación soviética que luego se desempeñó como juez representante soviético durante el Tribunal Militar Internacional, también estuvo de acuerdo con este edificio, con la condición de que Berlín fuera la sede formal del tribunal. También estuvo de acuerdo Robert H. Jackson, el juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, representante de la delegación estadounidense y fiscal jefe por los Estados Unidos durante el Tribunal Militar Internacional. Sin embargo, Jackson esperaba que Berlín fuera simplemente un lugar simbólico y que la mayoría de los juicios se llevaran a cabo en Núremberg. El 18 de octubre de 1945, se llevó a cabo la primera sesión oficial del tribunal en Berlín, donde los fiscales formularon las acusaciones. Luego el tribunal se trasladó a Núremberg, donde se realizó la sesión inaugural el 20 de noviembre.

Con el fin de satisfacer las necesidades de este juicio especial, se duplicó el tamaño de la sala de tribunal principal del Palacio de Justicia. Para ello, se derribó una pared y se elevó la altura del techo. También se construyó una tribuna para los visitantes y otra para los periodistas, con una capacidad de 250 representantes de la prensa internacional. A su vez, fue fundamental la instalación de equipos y cableado para el sistema de traducción simultánea.