La documentación sobre la persecución de los romaníes (gitanos) abunda en los archivos y en otros depósitos de datos en Europa, en los Estados Unidos e incluso en Israel. Para lograr entender dónde está el material, se necesita cierta información básica sobre la legislación en contra de los romaníes antes del Tercer Reich y mientras duró.

El estado alemán de Baviera introdujo uno de los primeros actos legislativos en contra de los romaníes en 1926. Esta ley exigía que todos los romaníes se registraran ante las autoridades y que regularizaran sus movimientos. El Gobierno de Berlín promulgó esta ley a nivel nacional en 1929, que permaneció en vigencia cuando los nacionalsocialistas llegaron al poder en 1933. Se promulgaron nuevas y más radicales leyes que reflejaban las visiones nacionalsocialistas sobre los romaníes como “asociales” y “de raza inferior”, empezando por la Ley para la Prevención de la Descendencia con Enfermedades Hereditarias de julio de 1933. Entre otras, la Ley contra Delincuentes Habituales Peligrosos de noviembre de 1933 y la Ley para la Protección de la Sangre y el Honor de los Alemanes (Leyes de Núremberg) de septiembre de 1935 allanaron el camino para que las autoridades arrestaran y encarcelaran a los romaníes en campos de concentración.

En julio de 1936, el Ministerio del Interior estableció su primer “campo gitano” (Zigeunerlager) en Marzanh, en las afueras de Berlín. Más campos para los romaníes se abrieron en Alemania durante la década del treinta. Tras el Anschluss de Austria 1938, se establecieron los campos de Lackenbach y Salzburg-Maxglan. Las primeras grandes redadas de los romaníes comenzaron en junio de 1938 y continuaron durante la guerra. Los romaníes fueron deportados a los campos de concentración, tales como Buchenwald, Dachau, Sachsenhausen, Mauthausen, Auschwitz, Chelmno y Ravensbrück. Además, fueron recluidos en los guetos de Lublin, Lodz y Varsovia.

Los romaníes fuera del territorio del Reich tampoco pudieron escapar de la persecución. Los romaníes que estaban en el Protectorado de Bohemia y Moravia fueron deportados a los “campos gitanos” de Lety y Hodonin. Los miembros de los Einsatzgruppen y de las Wehrmacht llevaron a cabo tareas de exterminio que incluían a víctimas romaníes en lugares como la Unión Soviética y Serbia. En los Países Bajos, las autoridades de la ocupación primero recluían y luego deportaban a su comunidad romaní. Las autoridades colaboracionistas de Vichy, en Francia, recluían a los romaníes en campos tales como el de Rivesaltes, Saliers y Beaune-la-Rolande, y luego los enviaban a los campos de concentración dentro del territorio del Reich. La Ustaša croata asesinó y recluyó a miles de romaníes junto con serbios y judíos. En 1941, miles de romaníes rumanos y judíos fueron deportados a Transnistria. La última gran deportación en masa de romaníes sucedió en octubre de 1944 en Hungría.

La documentación sobre estos romaníes asesinados, y sobre aquellos que fueron perseguidos y sobrevivieron, existe en diversas formas, tales como listas de deportación, captura y traslados de los campos de concentración; libros de extermino de esos campos; listas de arrestos de la policía regional; información proveniente de las prisiones en el Reich y en los países ocupados; procesos judiciales en contra de los romaníes; fotografías contemporáneas y testimonios de testigos. Estas fuentes de información se pueden encontrar en los archivos nacionales y regionales en toda Europa, en sitios de memoria histórica donde habían sido recluidos y en archivos privados que se dedican a este tema. Además, varios sitios de internet y bases de datos contienen este tipo de información.

El Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos posee abundante documentación perteneciente a la persecución nacionalsocialista de los romaníes. Los archivos del USHMM poseen numerosas colecciones documentales de archivos de toda Europa con tal información. Existen más de mil fotografías en el archivo fotográfico del USHMM que muestran varios aspectos de la vida romaní antes y después de la Segunda Guerra Mundial, y durante su desarrollo. El departamento de Historia Oral del Museo posee testimonios de aproximadamente cincuenta sobrevivientes romaníes.