El rescate
A pesar de la indiferencia de muchos europeos y la colaboración de otros en el asesinato de los judíos, miles arriesgaron sus vidas para ayudar a los judíos. El rescate de los judíos tomó muchas formas.
El rescate más notable ocurrió en la Dinamarca ocupada por los nazis. En octubre de 1943 las autoridades daneses fueron avisadas a una redada inminente por las SS de los judíos daneses. La resistencia danés organizó una operación de rescate, en la cual pescaderos daneses transportaron alrededor de 7.200 judíos (de una población judía total en Dinamarca de 7.800) a la seguridad en la Suecia neutral.
En Polonia, también había casos de polacos tratando de ayudar a judíos. Zegota, la resistencia polaca que dio asistencia a los de judíos, empezó operaciones en 1942. Miembros del ejército nacionalista [Polish Home Army] y el ejército comunista [Polish People's Army] atacaron posiciones alemanas durante el levantamiento del ghetto de Varsovia en abril de 1943. Aún, la resistencia polaca solo proveyó una cantidad mínima de municiones a combatientes judíos.
Algunas iglesias, orfanatos, y familias europeos proveyeron lugares para esconder a los judíos, y en algunos casos, individuales ayudaron a judíos ya escondiéndose (como Ana Frank y su familia en Holanda). En Francia, los protestantes del pueblo de Le Chambon-sur-Lignon dieron refugio a varios miles de judíos, uno de muchos ejemplos de actos de rescate en Francia, Bélgica, e Italia.
Algunos individuos también usaron su influencia personal para ayudar a los judíos. En Budapest, el diplomático sueco Raoul Wallenberg, el diplomático suizo Carl Lutz, y el ciudadano italiano Giorgio Perlasca dieron a decenas de miles de judíos “pases protectivos” falsificados que los eximían de la mayoría de las medidas anti-judías y de la deportación. El industrialista alemán Oskar Schindler estableció una fabrica (de utensilios de cocina de hierro esmaltado) fuera del ghetto de Cracovia, Polonia, y protegió los empleados judíos de la deportación. Los planes del gobierno búlgaro de deportar a los judíos de Bulgaria en la primavera de 1943 fallaron a causa de la intervención energética por políticos y religiosos importantes de Bulgaria; esta actividad indujo al rey búlgaro, Boris III, de cancelar la deportación.
Otros no judíos, como Jan Karski, un mensajero para el gobierno polaco en el exilio, intentó llamar atención a los planes nazis de asesinar los judíos. Karski se reunió con lideres judíos en el ghetto de Varsovia, y transmitió sus reportajes de los asesinatos masivos a los lideres Aliados, incluyendo el Presidente Franklin D. Roosevelt. Oficiales del gobierno estadounidense no actuaron al recibir el aviso de Karski.
Un pequeño número de grupos religiosos americanos tomaron parte en los esfuerzos de rescate. La Comisión de Servicio de Cuáqueros Americanos coordinó actividades de auxilio para los refugiados judíos en Francia, Portugal, y España. La Comisión también obtuvo visas de entrada a los Estados Unidos para niños judíos en Francia.