A través del Decreto Ejecutivo 9417 del 22 de enero de 1944, el presidente Franklin D. Roosevelt instituyó el Consejo de Refugiados de Guerra (War Refugee Board, WRB), con la tarea del “rescate y ayuda inmediatos de los judíos de Europa y otras víctimas de la persecución enemiga”. Como organismo gubernamental independiente bajo el Poder Ejecutivo, el WRB funcionó hasta su abolición por el Decreto Ejecutivo 9614 del presidente Harry S. Truman del 15 de septiembre de 1945.

El WRB fue un importante intento por rescatar y ayudar a los judíos y otras personas en peligro bajo la ocupación alemana. Al trabajo del WRB se le ha atribuido haber salvado 200.000 vidas durante el Holocausto.

FINANCIACIÓN DE LA AYUDA

Una de las funciones más importantes del WRB era agilizar el proceso para enviar dinero al extranjero con fines de ayuda. En 1943, las conversaciones entre los Departamentos de Estado y del Tesoro acerca de la propuesta de financiación del Congreso Judío Mundial habían llevado meses. La creación del WRB significaba que, en cambio, se podrían expedir licencias similares en cuestión de semanas.

El WRB ayudó a enviar $20.000.000 al extranjero para financiar proyectos de ayuda, desde suministrar paquetes de alimentos para prisioneros de campos de concentración hasta financiar movimientos clandestinos en los países ocupados. Organizaciones tales como el Comité Judío Estadounidense para la Distribución Conjunta, el Va'ad ha-Hatsala y el Congreso Judío Mundial propusieron y financiaron dichos planes de ayuda y rescate. Estas y muchas otras organizaciones ahora podían enviar dinero al extranjero para brindar ayuda y asistencia en tierra.

TRABAJO DIPLOMÁTICO

Parte del trabajo del WRB era diplomático y se podía llevar a cabo desde Washington. En la primavera de 1944, el organismo envió solicitudes a los Gobiernos de América Central y del Sur, para solicitarles que aceptaran brindar protección a cualquier persona que portara documentos de solicitud de la ciudadanía de sus respectivas naciones. Por ejemplo, si una persona en Hungría tenía documentos salvadoreños, El Salvador acordaba informar a Alemania a través de canales diplomáticos que se trataba de un ciudadano salvadoreño y cumpliría los requisitos para intercambios de prisioneros diplomáticos. El WRB creía que miles de personas se salvaron porque pudieron alegar su condición de ciudadanos, o estar bajo la protección, de naciones de Sur y Centro América, aun cuando sus documentos eran inválidos o falsificados.

INFORMACIÓN DE INTELIGENCIA Y NEGOCIACIONES LOCALES

El WRB también designó representantes extranjeros en Suecia, Suiza, el Mediterráneo (que incluía África del Norte e Italia), Turquía, Portugal y Gran Bretaña. Estos representantes, muchos de los cuales pertenecían al Departamento del Tesoro o tenían antecedentes en organizaciones de ayuda, proporcionaban importante información de inteligencia y tenían la capacidad de negociar en tierra con organizaciones judías, funcionarios gubernamentales locales y otros diplomáticos.

Por ejemplo, Ira Hirschmann, el representante del WRB en Turquía, trabajó para llevar refugiados de Romania a Palestina. Esto implicó comprar barcos para trasladar a los refugiados, negociar con Romania para dejar partir a los refugiados, negociar con Turquía para permitir que los barcos atracaran y proporcionar tránsito en tren para los judíos, y negociar con Gran Bretaña para admitir los refugiados en Palestina. Como resultado de las negociaciones, alrededor de 6.500 refugiados pudieron llegar a Palestina de manera segura, aunque un barco, el Mefkure, fue trágicamente atacado con torpedos en el mar.

FOMENTO DE ALBERGUES SEGUROS PARA LOS REFUGIADOS

El WRB alentó constantemente a las naciones neutrales de Europa a mantener sus fronteras abiertas a cualquier refugiado que lograra escapar de territorios ocupados. Sin embargo, temían que se acusaría a los Estados Unidos de no proporcionar un albergue seguro para los refugiados. En junio de 1944, el presidente Roosevelt anunció la formación del Albergue de Emergencia para Refugiados de Fort Ontario, en Oswego (Nueva York). En agosto de 1944, cerca de 1.000 hombres, mujeres y niños, la mayoría de ellos judíos, llegaron del campo de refugiados de Bari en Italia para vivir en Fort Ontario.

Sin embargo, debido a que los refugiados ingresaron en los Estados Unidos por fuera de los cupos de inmigración legales, su situación era incierta. A pesar de que algunos de los niños asistían a escuelas públicas locales, los funcionarios estadounidenses no permitían que los refugiados abandonaran el albergue durante períodos prolongados. Puesto que muchos de los refugiados tenían familia en los Estados Unidos, se resistieron a la repatriación a Europa después de la guerra. Cuando Fort Ontario cerró en febrero de 1946 (cinco meses después de la disolución del WRB), el Gobierno de los Estados Unidos admitió discretamente como inmigrantes a los refugiados.

RAOUL WALLENBERG

Los alemanes ocuparon Hungría en marzo de 1944. Poco después de que las autoridades húngaras comenzaran a deportar a cientos de miles de judíos húngaros, el WRB se enteró de las deportaciones masivas al centro de exterminio en Auschwitz-Birkenau. Al no poder colocar un representante de los Estados Unidos en Budapest (ya que los Estados Unidos estaban en guerra con Hungría, aliada de Alemania), el WRB recibió ayuda del Gobierno sueco. A través de su representante en Estocolmo, Iver Olsen, el WRB reclutó al empresario sueco Raoul Wallenberg y el Ministerio de Asuntos Exteriores sueco lo asignó a la legación sueca en Budapest.

Wallenberg llegó a Budapest el 9 de julio de 1944 -el día en que el último tren de deportación salió de Hungría hacia Auschwitz-Birkenau- y asumió su cargo como tercer secretario en la legación sueca. Con fondos del WRB, distribuyó certificados de protección emitidos por la legación sueca a miles de judíos y logró evitar su deportación de Budapest. Intervino muchas veces para garantizar la liberación de judíos que reclamaban protección sueca y trabajó incansablemente para salvar a tantos judíos como fuera posible.

Trabajando junto con otras legaciones neutrales en Budapest, en especial la legación sueca y Carl Lutz, Wallenberg estuvo en el centro de la operación de rescate más grande y más directa emprendida por el WRB y se le atribuye haber salvado las vidas de miles de judíos.

Wallenberg fue visto por última vez en compañía de funcionarios soviéticos en enero de 1945. Creyendo que era un agente de inteligencia de los Estados Unidos, las autoridades soviéticas lo llevaron a la Unión Soviética, donde falleció en prisión, aunque aún se desconocen los detalles en torno a su muerte.

REVISIÓN DE PROPUESTAS QUE LLAMABAN A LA TOMA MEDIDAS MILITARES

El WRB recibió muchas sugerencias de ayuda y rescate por parte de diversas organizaciones extranjeras y nacionales y de ciudadanos estadounidenses preocupados. Algunas propuestas llamaban a la toma de medidas militares por parte de los aliados para detener o disminuir el asesinato en masa de los judíos europeos. Estas incluían instar a los movimientos clandestinos de resistencia en la Europa ocupada por los alemanes a rescatar a los judíos, armar a los judíos para defenderse de los alemanes y sus aliados y colaboradores, esconder a los judíos o llevarlos de contrabando a lugares seguros, bombardear las líneas de ferrocarril que llevaban de Hungría al centro de exterminio de Auschwitz-Birkenau y destruir las cámaras de gas en Auschwitz-Birkenau mediante bombardeos aéreos o ataques terrestres por parte de la resistencia polaca o soldados paracaidistas aliados.

En general, el WRB dudaba en avalar oficialmente los planes que implicaban el uso de fuerzas militares aliadas para operaciones de rescate o bombardeo. Entre las organizaciones judías, había opiniones encontradas con respecto a qué soluciones militares respaldar. Algunos creían que el bombardeo de las cámaras de gas detendría las matanzas y salvaría vidas, mientras que otros se oponían con vehemencia, por temor a que muchos prisioneros judíos en Auschwitz fueran asesinados. Y otros se preguntaban si semejante plan realmente evitaría la muerte de judíos.

El 8 de noviembre de 1944, el director del WRB, John Pehle, tras leer los informes traducidos de testigos oculares de las matanzas en Auschwitz, superó sus dudas iniciales e instó fervientemente al Departamento de Guerra de los Estados Unidos a bombardear las cámaras de gas. Seis días antes, el 2 de noviembre, bajo órdenes del Reichsführer-SS (jefe de las SS) Heinrich Himmler, las instalaciones de gaseo en Auschwitz-Birkenau se utilizaron por última vez. Tras analizar la propuesta de Pehle, el Departamento de Guerra respondió que el plan no era factible y que desviaría a las fuerzas aéreas estratégicas aliadas de objetivos militares vitales, alegando que el mejor modo de salvar vidas en Auschwitz sería derrotar a la Alemania nazi tan pronto como fuera posible.

CONCLUSIÓN

Los historiadores han calculado que las actividades del WRB salvaron 200.000 vidas.

Sin embargo, no se cuenta con datos confiables, puesto que gran parte del trabajo del WRB implicaba facilitar los intentos de ayuda y rescate de otras organizaciones. En el informe final del WRB, redactado en septiembre de 1945, el personal escribió lo siguiente: “¼ los logros del Consejo no se pueden evaluar en términos de estadísticas exactas, pero está claro, sin embargo, que cientos de miles de personas y decenas de miles que fueron rescatadas a través de actividades organizadas por el Consejo continuaron viviendo y resistiendo como resultado de sus enérgicos e infatigables esfuerzos”.

El WRB fue un importante intento por rescatar y ayudar a los judíos y otras personas en peligro bajo la ocupación alemana. Aunque no se creó hasta 1944, la institución del WRB proporcionó una clara y coherente política de rescate de los Estados Unidos. Muchos, incluido John Pehle (el primer director del Consejo), se refirieron a los logros del WRB como “escasos y tardíos”. La institución del WRB fue tardía, y no hay forma de saber cuántas vidas se podrían haber salvado si se hubiera creado antes. Pero para quienes el WRB sí salvó, y para los miles que recibieron asistencia gracias al trabajo de ayuda que el WRB facilitó, los esfuerzos no se pueden describir como “escasos”.