En octubre de 1922, el rey Víctor Manuel III nombró primer ministro de Italia al dirigente del partido fascista italiano, Benito Mussolini. Poco tiempo después, los fascistas establecieron una dictadura.

La comunidad judía italiana, una de las más antiguas de Europa, ascendía a aproximadamente 50.000 personas en 1933. Los judíos habían vivido en Italia durante más de doscientos años. En la década de 1930, los judíos italianos estaban completamente integrados a la cultura y sociedad italiana. Había relativamente muy poco antisemitismo aparente entre los italianos. A principios de la década de 1930, el fascismo italiano no se concentró en el racismo ni en el antisemitismo.

En 1938, en parte debido a la presión de la Alemania nazi, el régimen fascista italiano aprobó leyes antisemitas. Estas leyes prohibían el matrimonio entre judíos y no judíos y apartó a los maestros judíos de las escuelas públicas. Los judíos extranjeros que vivían como refugiados en Italia fueron recluidos en campos de detención, donde vivían en condiciones tolerables: las familias permanecían unidas y los campos ofrecían escuelas, actividades culturales y eventos sociales.

Áreas Ocupadas por los Italianos

Italia se unió a la Segunda Guerra Mundial en junio de 1940 como aliada de Alemania, con ansias de establecer un nuevo imperio italiano. Italia ocupó territorio en Yugoslavia (1941), Grecia (1941) y una pequeña porción del sur de Francia (1942).

Aunque estaba aliada a Alemania, la Italia fascista no cooperó de buena gana con el plan nazi para exterminar a los judíos de Europa. Los italianos en general se rehusaban a participar en el genocidio, o a permitir deportaciones de Italia o las zonas de ocupación italiana en Yugoslavia, Grecia y Francia a los campos de exterminio nazis. Los funcionarios y oficiales militares italianos generalmente protegían a los judíos y las áreas ocupadas por los italianos eran relativamente seguras para ellos. Entre 1941 y 1943, miles de judíos escaparon de territorio ocupado por alemanes a Italia y a territorio ocupado por italianos.

Áreas de Italia Ocupadas por los Alemanes

Los reveses militares en el norte de África y la invasión aliada de Sicilia y el sur de Italia en 1943 contribuyeron a derrocar la dictadura de Benito Mussolini. El rey Víctor Manuel III ordenó la detención de Mussolini. Pietro Badoglio, el nuevo primer ministro, negoció un cese del fuego con los Aliados a comienzos de septiembre de 1943. Las fuerzas alemanas ocuparon rápidamente la mayor parte del norte y centro de Italia. Soldados paracaidistas alemanes liberaron a Mussolini de la prisión y lo instalaron como el jefe de un gobierno títere pro-alemán ubicado en Salo al norte de Italia. Las fuerzas alemanas también ocuparon las zonas italianas en Yugoslavia, Grecia y Francia.

La ocupación alemana del norte de Italia alteró radicalmente la situación de los judíos italianos, la mayoría de quienes vivían en el norte. Las autoridades alemanas comenzaron casi de inmediato a deportar a los judíos tanto de las áreas de Italia ocupadas por los alemanes como de las anteriores zonas de ocupación italiana en el sur de Europa.

Italia Ocupada por los Alemanes: Campos y Deportaciones

En octubre y noviembre de 1943, los alemanes organizaron la redada de judíos en Roma, Milán, Génova, Florencia, Trieste y otras ciudades importantes del norte de Italia. Los judíos eran confinados en campos de tránsito como el campo Fossoli di Carpi, originalmente un campo de detención dirigido por los italianos aproximadamente a 20 kilómetros al norte de Módena, y el campo Bolzano en el noreste de Italia, establecido a fines de 1943. Periódicamente, los nazis deportaban judíos de estos campos al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

En Trieste, las autoridades nazis torturaron y asesinaron aproximadamente a 5.000 personas, en su mayoría, prisioneros políticos, en La Risiera di San Sabba, que funcionaba principalmente como un campo de detención policial. San Sabba también funcionó como un campo de tránsito para deportar judíos del noreste de Italia a Auschwitz-Birkenau. Algunos judíos fueron deportados de San Sabba y varias docenas de judíos fueron asesinados allí. Mantua, Milán y Borgo San Dalmazzo fueron otros puntos de reunión para los judíos durante las deportaciones de Italia.

Bajo la ocupación alemana, las autoridades nazis deportaron unos 8.000 judíos de Italia a Auschwitz-Birkenau y otros campos nazis. Casi 2.000 judíos fueron deportados de Rodas, una isla del Mar Egeo que había sido parte de Italia antes de la guerra. Alrededor de 7.600 de los deportados fueron asesinados.

Debido a que las autoridades italianas obstruían las deportaciones y muchos judíos italianos lograron ocultarse o escapar hacia el sur a zonas de Italia ocupadas por los Aliados, más de 40.000 judíos sobrevivieron el Holocausto en Italia.

A fines de abril de 1945, partisanos comunistas capturaron y ejecutaron a Mussolini. Las fuerzas alemanas en Italia se rindieron ante los aliados el 2 de mayo de 1945.