El régimen nazi de Adolf Hitler tenía el objetivo de cambiar la configuración genética de la población por medio de medidas conocidas como “higiene racial” o “eugenesia”. Los científicos de los campos biomédicos, en especial los antropólogos, los psiquiatras y los especialistas en genética, muchos de los cuales contaban con entrenamiento médico, participaron en la justificación de estas políticas y en ayudar a implementarlas. Antes de que Hitler subiera al poder en 1933 ya habían adoptado estas ideas, así que le dieron la bienvenida al régimen porque apoyaba la eugenesia y sus investigaciones.

Al principio de su carrera como ginecólogo investigador, Carl Clauberg estudió tratamientos para ayudar a mujeres infértiles a concebir. En 1943 y 1944, con autorización del jefe de las SS Heinrich Himmler, Clauberg efectuó experimentos médicos en Auschwitz, con la intención de desarrollar un método de esterilización en masa. Utilizando como sujetos experimentales a unas 700 mujeres, en su mayoría judías, les inyectó toxinas en el útero y les causó dolores agudos y en algunos casos la muerte. También efectuó experimentos en mujeres en el campo de concentración de Ravensbrück.

Clauberg fue arrestado por las autoridades soviéticas, fue juzgado y recibió una sentencia de 25 años en prisión por los delitos que cometió en relación con sus experimentos de esterilización en los campos. Salió en libertad en 1955, como parte del acuerdo de repatriación alemán-soviético. La policía alemana lo arrestó de nuevo, pero falleció en 1957, antes de que comenzara su juicio.