Chiune (Sempo) Sugihara, nacido el 1 de enero de 1900, fue el primer diplomático japonés enviado a Lituania. Nació en el seno de una familia de clase media en la Prefectura de Gifu, en la isla japonesa principal de Honshu. A veces también se conoce a Sugihara como “Chiune”, una interpretación anterior de la grafía japonesa para “Sempo”, parte de su nombre formal.

Sugihara se recibió del exclusivo Harbin Gakuin, un centro de capacitación japonés para expertos en la Unión Soviética. Como director del Ministerio de Asuntos Exteriores en Manchukuo, un estado títere que Japón había establecido en Manchuria bajo supervisión japonesa, Sugihara negoció la compra del ferrocarril del norte de Manchuria a la Unión Soviética en 1932.

Como Sugihara hablaba ruso con fluidez, los japoneses lo enviaron a Kovno, la capital de Lituania, en noviembre de 1939. Había aprendido el idioma de emigrantes rusos durante 16 años en Harbin, Manchuria. Se le ordenó que proporcionara a Japón información de inteligencia sobre los movimientos de las tropas soviéticas y alemanas en la región báltica.

Sugihara también intercambió información con miembros de organizaciones clandestinas polacas en Lituania y emitió para ellos visas para el tránsito por Japón en 1940. Reconoció la urgencia de la situación de Lituania después de la ocupación de las fuerzas soviéticas en junio de 1940 y la ola de arrestos por parte de la policía secreta soviética que la acompañó. Es posible que Sugihara también haya comprendido que, con Europa occidental sumida en la guerra, la mejor vía de escape para los refugiados de Lituania era una ruta oriental por la Unión Soviética hacia Japón.

En el verano de 1940, cuando los refugiados llegaron con visas falsas para Curazao y otros territorios holandeses en América, Sugihara decidió facilitar su escape de la Europa devastada por la guerra. Como no había recibido instrucciones claras desde Tokio, concedió visas de 10 días para el tránsito por Japón a cientos de refugiados que tenían visas con destino a Curazao. Antes de dejar su consulado en el otoño de 1940, Sugihara incluso dio visas a los refugiados que no tenían documentos para viajar.

Después de que Sugihara emitió unas 1.800 visas, recibió un cable desde Tokio que le recordaba: “Debe asegurarse de que ellos [los refugiados] hayan terminado el procedimiento correspondiente para las visas de ingreso y de que tengan dinero suficiente para viajar o para su estadía en Japón. De lo contrario, no debe darles la visa de tránsito”.

Como respuesta al cable, Sugihara admitió haber emitido visas a personas que no habían terminado todos los trámites necesarios para las visas de destino. Explicó las circunstancias atenuantes: Japón era el único país de tránsito disponible para los que iban en dirección a los Estados Unidos, y sus visas eran necesarias para salir de la Unión Soviética. Sugihara sugirió que a los viajeros que llegaran al puerto soviético de Vladivostok con la documentación incompleta no se les debería permitir subir a bordo de un barco con destino a Japón. La respuesta que llegó desde Tokio fue que la Unión Soviética insistía en que Japón cumpliera con todas las visas ya emitidas por sus consulados.

Cuando Sugihara se fue de Lituania, ya había emitido visas a 2.140 personas. Estas visas cubrieron también a otras 300 personas aproximadamente, en su mayoría niños. Sin embargo, no todos los que tenían visas pudieron irse de Lituania antes de que la Unión Soviética dejara de otorgar visas para la salida.

Sugihara se fue de Lituania a principios de septiembre de 1940. Los japoneses lo trasladaron a Praga en Bohemia y luego a Bucarest, Rumania, aliado de Alemania, donde se quedó hasta el final de la guerra. Durante la victoriosa marcha del ejército soviético por los Balcanes en 1944, los soviéticos arrestaron a Sugihara junto con otros diplomáticos de naciones enemigas. Las autoridades soviéticas los retuvieron a él y a su familia, en buenas condiciones, durante los tres años siguientes. Cuando Sugihara regresó a Japón en 1947, el Ministerio de Asuntos Exteriores lo jubiló con una pequeña pensión, como parte de una gran reducción de personal establecida durante la ocupación estadounidense.

Sugihara tuvo varios trabajos después de la guerra, entre ellos uno para una empresa industrial japonesa en Moscú desde 1960 hasta 1975. Poco antes de su muerte, Yad Vashem, la Autoridad Nacional para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto en Israel, declaró Sugihara "Justo entre las naciones" por su ayuda a los refugiados en Lituania durante la Segunda Guerra Mundial. Yad Vashem confirió el título en 1984, y honró el antiguo cónsul japonés con una ceremonia en Jerusalén en enero de 1985.