Flora Mendelovicz

Los padres de Flora nacieron en Rumania y emigraron a Amberes, Bélgica, a fines de la década de 1920 para escapar del antisemitismo. El padre de Flora era propietario de una tienda de muebles. Amberes tenía una activa comunidad judía. Había carnicerías, panaderías y tiendas que vendían alimentos preparados según las leyes dietéticas judías. Flora era la mayor de tres hermanas y la familia hablaba yidis en el hogar.

1933-39: El primer día que fui al jardín de infantes de la escuela pública, fue un impacto enterarme de que había otros idiomas aparte del yidis. Todos los días, después de clases, también iba a una escuela yidis, donde aprendía sobre la cultura judía. En 1937 mi padre perdió la tienda. Encontró trabajo como carpintero naval y comenzó a viajar por el mundo. En noviembre de 1938, supimos que se había quedado en los Estados Unidos, con la esperanza de que pudiéramos viajar allá.

1940-44: Después de que los alemanes ocuparon Bélgica en mayo de 1940, debíamos llevar una estrella amarilla en la ropa. Cuando comencé cuarto grado en septiembre, los otros niños me empujaban e insultaban porque era judía. Un día de aquel invierno nos prohibieron ir a la escuela. Miré a mi hermana y le dije: “Bueno. Si no podemos estudiar, iremos al parque”. En el parque, un cartel decía: “No se permite el ingreso de judíos ni de perros”. Después fuimos al cine, pero encontramos el mismo cartel. Yo dije: “No te preocupes. Vamos a la heladería”, pero un cartel decía que no se atendían judíos. Tristes, volvimos a casa. En 1942, teníamos que llevar una estrella amarilla.

Por consejo de un amigo que estaba en el Ejército Alemán, la familia Mendelovicz huyó a Bruselas. Flora vivió oculta en conventos de Bélgica y no la deportaron gracias a los esfuerzos del combatiente de la resistencia Georges Ranson, el padre Bruno Reynders (monje benedictino) y otras personas. En 1946, Flora y su familia emigraron a los Estados Unidos, donde primero trabajó como modista, terminó sus estudios y se convirtió en maestra.