Budapest, la capital de Hungría y su ciudad más poblada, está situada en las dos márgenes del río Danubio y surgió de la unión de tres ciudades: Buda, Óbuda y Pest.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, vivían en esta ciudad aproximadamente 200.000 judíos, y esto la convertía en el centro de la vida cultural de la comunidad judía de Hungría. A fines de la década de 1930 y principios de la de 1940, era un lugar seguro para los refugiados judíos. Antes de la guerra, llegaron a Budapest unos 5.000 refugiados, principalmente desde Alemania y Austria. En ella también se establecieron 8.000 refugiados judíos eslovacos con el comienzo de las deportaciones de los judíos de ese origen en marzo de 1942.

Hungría era aliada de la Alemania nazi. A pesar de la legislación discriminatoria contra los judíos y el difundido antisemitismo, hasta que Alemania ocupó Hungría en marzo de 1944 la comunidad judía de Budapest estuvo relativamente segura. Con la ocupación, los alemanes ordenaron el establecimiento de un consejo judío en la capital y restringieron rigurosamente la vida de los judíos, confiscaron los apartamentos por ellos ocupados, y arrestaron y recluyeron a cientos en el campo de tránsito de Kistarcsa (originariamente establecido por autoridades húngaras), 24 kilómetros al nordeste de Budapest.

Entre abril y julio de 1944, los alemanes y los húngaros deportaron a los judíos de las provincias de Hungría. A fines de julio, los judíos de Budapest eran prácticamente los únicos que quedaban en Hungría. No se los llevó a ghettos de inmediato, sino que, en junio de 1944, las autoridades húngaras los distribuyeron en toda la ciudad, en más de 2.000 edificios marcados con estrellas de David. Unos 25.000 judíos de los suburbios de Budapest fueron arrestados y trasladados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Después de julio de 1944, los que quedaron en la ciudad se salvaron, al menos por un tiempo, cuando las autoridades húngaras suspendieron las deportaciones.

Muchos de ellos buscaron lugares donde esconderse y protegerse. Recibieron la ayuda de diplomáticos extranjeros, tales como el sueco Raoul Wallenberg, quienes organizaron la provisión de documentación falsa y casas seguras para ellos. Estas acciones salvaron decenas de miles de judíos.

En octubre de 1944, Alemania orquestó un golpe e instaló un nuevo gobierno húngaro dominado por el partido fascista Cruz Flechada. Los judíos que quedaban en Budapest estaban nuevamente en grave peligro. La Cruz Flechada instituyó un reinado de terror en Budapest, cientos de judíos murieron fusilados y otros fueron reclutados para realizar trabajo forzado.

Marcha de la Muerte desde Budapest 

El 8 de noviembre de 1944, los húngaros concentraron a más de 70.000 judíos (hombres, mujeres y niños) en la fábrica de ladrillos de Ujlaki, en Óbuda, y desde allí los obligaron a marchar a pie hasta los campos de Austria. Miles fueron fusilados y miles murieron por causa del hambre o la exposición al frío. Los prisioneros que sobrevivieron a la marcha de la muerte llegaron a Austria a fines de diciembre de 1944. Una vez allí, los alemanes los llevaron a distintos campos de concentración, especialmente a Dachau, en el sur de Alemania y Mauthausen, en el norte de Austria, y a Viena, donde se los empleó en la construcción de fortificaciones en torno a la ciudad.

El Ghetto de Budapest

En noviembre de 1944, la Cruz Flechada ordenó que los judíos que quedaban en Budapest se trasladaran a un ghetto cerrado. Allí debían trasladarse a principios de diciembre los que no tenían documentos de protección emitidos por un poder neutral. Entre diciembre de 1944 y fines de enero de 1945, la Cruz Flechada tomó a 20.000 judíos del ghetto, los fusiló a lo largo de las orillas del Danubio y arrojó sus cuerpos al río.

Las fuerzas soviéticas liberaron a Budapest el 13 de febrero de 1945. En el momento de la liberación, quedaban más de 100.000 judíos en la ciudad.