Margot, la mayor de dos hermanas, era hija de padres judíos que vivían en un pueblo cerca de la frontera belga. Los Heumann vivían en la parte de arriba de su tienda de artículos varios y cruzando la calle vivía el abuelo de Margot, que tenía caballos y vacas en su enorme granero. Cuando Margot tenía 4 años, su familia se mudó a la ciudad de Lippstadt. De pequeña, aprendió a nadar en el río Lippe que corría detrás de su jardín.
1933-39: Cuando yo tenía 9 años, nos trasladamos a la cercana ciudad de Bielefeld, donde me inscribieron en la escuela pública. Un año después, a mi hermana pequeña, Lore, y a mí nos expulsaron de la escuela. Sorpresivamente, nos echaron del aula y al no comprender la razón, simplemente no quedamos afuera llorando. Luego, caminamos hasta casa. Después de esto, mis padres nos enviaron a una escuela judía donde teníamos maestros que, al igual que nosotras, habían sido echados de las escuelas por los nazis.
1940-44: Tenía 14 años cuando mi familia y yo fuimos deportados y 16 cuando terminamos en Auschwitz. Un día se me ordenó ir en un convoy y supe que no volvería. A mi madre se le dio la opción de ir conmigo o permanecer con mi hermana quien era demasiado pequeña para irse, y como sintió que mi hermana la necesitaba más que yo, se quedó. Recuerdo que abracé a mi madre para despedirme, siempre había sido una mujer robusta, pero para ese momento era toda piel y huesos. No sabía qué otra cosa hacer, así que me tomé su sopa, la única comida que tendría para todo el día, porque ella insistió en que me la tomara.
Margot nunca volvió a ver a sus padres ni a su hermana. La liberaron en Bergen-Belsen en abril de 1945; la Cruz Roja la llevó a Suecia para que se recuperara y en 1947 se mudó a Estados Unidos.
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