Judíos alemanes durante el Holocausto
A pesar de la emigración de aproximadamente 300.000 judíos alemanes en los años posteriores a la toma del poder de los nazis, en Alemania quedaban casi 200.000 judíos al principio de la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, a los judíos que estaban en ese país, al igual que en todas las zonas de la Europa bajo ocupación alemana, los deportaron y mataron como parte de la “solución final”.
Después del estallido de la guerra en septiembre de 1939, el gobierno impuso nuevas restricciones legislativas a los judíos que quedaban en Alemania. Se los sometió a un estricto toque de queda y se los excluyó de ciertas áreas de las ciudades. Una vez que comenzó el racionamiento de alimentos, recibieron raciones reducidas y se les prohibió comprar determinados productos. Otras restricciones limitaron los períodos en que podían comprar comida y otras provisiones. Las autoridades alemanas también ordenaron que los judíos entregaran a la policía sus radios, artefactos eléctricos, bicicletas y automóviles. A partir de septiembre de 1941, los nazis prohibieron a los judíos el uso del transporte público y exigieron que todos los mayores de seis años usaran distintivos con una estrella amarilla. Si bien los ghettos por lo general no estaban establecidos en Alemania, se obligaba a los judíos mediante estrictas ordenanzas de residencia a vivir en ciertas áreas de las ciudades alemanas, concentrándolos en “edificios judíos”.
Las primeras deportaciones desde el Reich alemán se realizaron en febrero de 1940 como parte del Plan de Nisko y Lublin. El plan exigía una reserva judía en la región de Lublin del Generalgouvernement (Gobierno General), un territorio en el interior de la Polonia bajo ocupación nazi. Este plan fracasó porque el destino designado, la ciudad de Nisko, no estaba totalmente preparado para recibir a los deportados y las autoridades alemanas del Generalgouvernement también se quejaron de que había tantos judíos en Polonia que era imposible absorber aún más de Alemania. Una segunda deportación de judíos alemanes se produjo en octubre de 1940, cuando Josef Buerckel, el líder del distrito, decidió eliminar de su región a todos los judíos. Unos 7.500 de las regiones de Baden y Saar del suroeste de Alemania fueron deportados a Francia. A la mayoría los recluyeron en el campo de Gurs, administrado por colaboradores franceses.
A fines de septiembre de 1941, incluso antes de que se establecieran los campos de exterminio en la Polonia bajo ocupación, comenzaron las deportaciones sistemáticas de judíos desde Alemania. Entre octubre y diciembre de 1941, deportaron a casi 50.000, la mayoría de ellos a ghettos en Lodz, Varsovia, Minsk, Kovno y Riga. Los judíos alemanes enviados a Lodz y Varsovia más tarde fueron deportados junto con los polacos a los campos de exterminio de Chelmno, Treblinka y Auschwitz.
Algunos deportados desde el Reich alemán (entre ellos judíos de Austria y los territorios checos anexados de Bohemia y Moravia) a ghettos en los estados bálticos y Bielorrusia fueron fusilados poco después de su llegada, por los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza). A los judíos que sobrevivieron a la matanza inicial los encerraron en “secciones alemanas” especiales de los ghettos orientales, donde los segregaron de los judíos locales. Dichas secciones se establecieron, por ejemplo, en Riga y Minsk. A la mayoría de los judíos de Alemania los mataron durante la destrucción de esos ghettos. En 1942 y 1943, la mayoría de los judíos que quedaban en Alemania fueron deportados directamente a los campos de exterminio, principalmente a Auschwitz-Birkenau.
Los nazis deportaron a judíos ancianos o destacados de Alemania, así como también judíos de Austria, el Protectorado de Bohemia y Moravia, y Europa occidental, al ghetto de Theresienstadt. Para la mayoría de ellos, la deportación a Theresienstadt fue un preludio de la deportación hacia el este. Se los transportaba rutinariamente desde Theresienstadt hacia ghettos en Polonia y los estados bálticos, y también directamente a los campos de exterminio de la Polonia bajo ocupación. Decenas de miles murieron en el ghetto de Theresienstadt, la mayor parte a causa del hambre o de epidemias.
Después de que las deportaciones en masa terminaron a principios de 1943 quedaron oficialmente en Alemania solo unos 15.000 judíos. Casi todos los que fueron deportados desde ese país fueron asesinados. La mayoría de los judíos que quedaban estaban casados con no judíos o se los clasificaba racialmente como judíos parciales y por eso estuvieron exentos de la deportación hasta 1944-1945. Varios miles de judíos permanecieron escondidos hasta el final de la guerra. Los nazis mataron a unos 170.000 judíos alemanes durante el Holocausto.