Austria
Antes de la Segunda Guerra Mundial, los judíos desempeñaban un papel importante en la vida económica y cultural de Austria. En 1938, Austria tenía aproximadamente 192.000 habitantes judíos, lo cual representaba casi el 4 por ciento de la población total. La abrumadora mayoría de judíos austriacos vivían en Viena, la capital, un importante centro de la cultura, el sionismo y la educación judíos. Los judíos constituían cerca del 9 por ciento de la población de la ciudad. Sin embargo, en diciembre de 1939, esta cantidad se había reducido a solo 57.000, principalmente debido a la emigración.
La Anschluss
Después de un período prolongado de estancamiento económico, dictadura política e intensa propaganda nazi dentro de Austria, las tropas alemanas ingresaron al país el 12 de marzo de 1938, recibieron el apoyo entusiasta de la mayor parte de la población, y Austria fue incorporada a Alemania al día siguiente. En abril, esta anexión alemana fue retroactivamente aprobada en un plebiscito que se manipuló a fin de indicar que aproximadamente el 99 por ciento de la población austriaca deseaba la unión (conocida como Anschluss) con Alemania. En el plebiscito, no se les permitió votar ni a los judíos ni a los romaníes (gitanos). Después de la Anschluss, los alemanes extendieron rápidamente la legislación antisemita a Austria.
El Sistema de Campos en Austria
El campo de concentración de Mauthausen se creó en el verano de 1938, después de la incorporación alemana de Austria. Mauthausen se convirtió en el principal campo nazi de Austria. Se construyó cerca de una cantera de piedra abandonada, a lo largo del río Danubio, a unos 20 kilómetros al sudeste de Linz, y los alemanes le asignaron categoría III, para indicar que era un campo penal especial con un régimen severo. A los prisioneros castigados, por ejemplo, se los obligaba a cargar desde la cantera del campo pesados bloques de piedra y a subirlos 186 escalones, conocidos como “Escalera de la muerte”.
Durante la guerra, el trabajo forzado realizado por prisioneros de campos de concentración se volvió cada vez más importante para la producción de armamentos alemanes. En el verano y el otoño de 1944, se crearon subcampos bajo la administración de Mauthausen cerca de fábricas de armamentos en el norte de Austria. El personal de Mauthausen administraba más de 60 subcampos, incluidos Gusen, Gunskirchen, Melk, Ebensee y Amstetten. Miles de prisioneros eran explotados hasta la muerte.
Además de Mauthausen y sus subcampos, otros campos se extendían en Austria desde Lochau, en el oeste, hasta Strasshof, en el este.
La Kristallnacht en Austria
El pogrom de la Kristallnacht ("Noche de los vidrios rotos") de noviembre de 1938 fue especialmente brutal en Austria. La mayoría de las sinagogas de Viena fueron destruidas y quemadas a la vista de los cuerpos de bomberos y el público. Las empresas judías también fueron destrozadas y saqueadas. Se arrestaron miles de judíos y se los deportó a los campos de concentración de Dachau o Buchenwald. La emigración judía aumentó drásticamente como respuesta a la incorporación alemana de Austria y a la Kristallnacht. Entre 1938 y 1940, 117.000 judíos abandonaron Austria.
Deportaciones desde Austria
Durante la Segunda Guerra Mundial, la política alemana con respecto a la población judía se desplazó desde la expropiación y la emigración hacia la deportación forzosa. Los nazis deportaron a miles de judíos desde Austria a la Polonia bajo ocupación y a los otros territorios ocupados de Europa oriental.
Las deportaciones masivas sistemáticas desde Viena, al igual que desde las demás partes de la Gran Alemania, comenzaron en octubre de 1941. Los nazis establecieron centros donde debían reunirse los judíos antes de la deportación. Unos 35.000 judíos fueron deportados desde Viena a ghettos de Europa oriental, principalmente a Minsk, Riga y Lodz, y a ghettos de la región polaca de Lublin. A la mayoría de los judíos enviados a Minsk y Riga los fusilaban destacamentos de las Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) poco después de su llegada. Más de 15.000 judíos vieneses fueron deportados a Theresienstadt. También se enviaron miles de judíos a campos de concentración de Alemania. En noviembre de 1942 quedaban solo cerca de 7.000 judíos en Austria, la mayoría de los cuales estaban casados con no judíos. Algunos judíos permanecieron escondidos.
Las fuerzas soviéticas y estadounidenses ocuparon Austria en abril y mayo de 1945.