
El Partido Nazi
El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, también conocido como el Partido Nazi, fue el partido político racista y antisemita de extrema derecha que dirigió Adolf Hitler. El Partido Nazi subió al poder en Alemania en 1933. Controlaba todos los aspectos de la vida en Alemania y perseguía a los judíos alemanes. Su poder terminó solamente cuando Alemania perdió la Segunda Guerra Mundial.
Hechos clave
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El Partido Nazi se fundó en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, con la intención de apartar a los trabajadores alemanes del socialismo y el comunismo y comprometerlos con su ideología antisemita y antimarxista.
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Adolf Hitler se convirtió en el Führer o líder del Partido Nazi y lo convirtió en un movimiento masivo. Su objetivo era llevar a la “raza superior” alemana a la victoria en la “lucha racial” contra los pueblos “inferiores”, especialmente los judíos.
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Los nazis gobernaron Alemania como una dictadura totalitaria con un único partido desde 1933 hasta 1945. El Partido utilizaba su poder para perseguir a los judíos. Durante la Segunda Guerra Mundial, la propaganda nazi presentó a “los judíos” como el verdadero enemigo de Alemania y describió su destrucción como necesaria para la sobrevivencia de los alemanes.
Introducción
El Partido Nazi fue el movimiento y partido político radical de extrema derecha que dirigió Adolf Hitler. Su nombre formal era Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nationalsozialistische deutsche Arbeiterpartei, NSDAP). La ideología nazi era racista, nacionalista y antidemocrática. Era terminantemente antisemita y antimarxista.
El Partido Nazi se fundó en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, pero obtuvo poco apoyo popular hasta la crisis de la Gran Depresión. En 1933, el presidente alemán Paul von Hindenburg nombró canciller a Hitler. En ese momento, los no nazis dominaban el gobierno de Alemania. Sin embargo, los nazis utilizaron los decretos de emergencia, la violencia y la intimidación para apoderarse rápidamente del control. Los nazis abolieron todos los demás partidos políticos y declararon que Alemania era un estado con un solo partido y que Hitler era su líder supremo.
Origen del Partido Nazi
Después de que terminó la Primera Guerra Mundial, Alemania vivió una época de gran agitación política. En el Tratado de Versalles (1919) se le impusieron términos estrictos a Alemania, la cual había perdido la guerra. Además, el país vivió el derrocamiento de su monarquía. En su lugar se instauró la nueva República de Weimar, que tenía un gobierno democrático. Surgieron grupos racistas y antisemitas de derecha radical que culpaban a los judíos de la derrota de Alemania en la guerra. Estos grupos se oponían a la República de Weimar y al Tratado de Versalles. Estaban en contra de la democracia, los derechos humanos, el capitalismo, el socialismo y el comunismo. Abogaban por excluir de la vida alemana a todos los que no pertenecieran al Volk o raza alemana.
En septiembre de 1919, Hitler asistió a una reunión de uno de estos grupos, el Partido de los Trabajadores Alemanes, en Munich. Esta pequeña organización política buscaba convertir a los trabajadores alemanes alejándolos del socialismo marxista. Hitler se unió al partido y en poco tiempo asumió un papel de liderazgo.
En 1920, el partido se cambió el nombre al de Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. El “nacionalsocialismo” era una teoría política racista y antisemita.
En 1920, Hitler ayudó a formular el programa de 25 puntos del partido. Este programa seguiría siendo la única plataforma del partido. Entre sus argumentos, se rechazaba el acuerdo de Versalles. También se exigía unificar a todas las personas de “sangre” alemana. El programa pedía una gran Alemania gobernada por un estado central fuerte. El país adquiriría nuevas tierras y colonias. El programa les negaría la ciudadanía y los derechos a todas las personas no alemanas, en particular a los judíos.
El Partido Nazi creció de manera constante bajo el liderazgo de Hitler. Atrajo el apoyo de personas influyentes del ejército, las grandes empresas y la sociedad. El partido también absorbió a otros grupos de extrema derecha. En 1921, los nazis fundaron una fuerza paramilitar conocida como las “Tropas de Asalto” (Sturmabteilung, SA).
El putsch de la Cervecería

El 8 y 9 de noviembre de 1923, Hitler y sus seguidores protagonizaron un intento fallido de tomar el control del estado bávaro. Creían que esto desencadenaría un levantamiento a nivel nacional contra la República de Weimar.
El levantamiento comenzó en la Bürgerbräu Keller, una cervecería de Munich. El general Erich Ludendorff, héroe de la Primera Guerra Mundial, Hitler y otros líderes nazis encabezaron la marcha. Alrededor de 2,000 nazis y simpatizantes los siguieron. La policía municipal se enfrentó a los manifestantes, lo cual provocó un intercambio de disparos. Murieron cuatro policías y 14 nazis. Después del putsch, las autoridades alemanas prohibieron el Partido Nazi. Varios de sus líderes fueron arrestados y acusados de alta traición. A Hitler lo condenaron en abril de 1924 y lo sentenciaron a cinco años de prisión, pero fue liberado en diciembre de ese mismo año.
Mientras estaba en prisión, Hitler comenzó a escribir su libro, Mein Kampf (Mi lucha). En el libro presentó su visión del mundo y su misión personal. Hitler creía que estaba destinado a dirigir la “raza superior” alemana en la batalla entre razas para controlar el territorio y los recursos. Lo lograría creando un estado racialmente puro y conquistando Lebensraum (espacio vital). Además, destruiría al enemigo fundamental de los alemanes, los judíos. Mein Kampf se publicó después de que Hitler fue liberado de prisión.
El ascenso del Partido Nazi
Después del fracaso del putsch, Hitler llegó a la conclusión de que la forma de destruir la República de Weimar era por medios democráticos. Entonces restableció el Partido Nazi bajo su completo control. Lo que definió al partido no fue su programa de 25 puntos, sino la completa lealtad a su Führer o líder, Hitler.
El Partido Nazi se preparó para participar en las elecciones. Organizaron filiales en cada estado de Alemania. Estas filiales trabajaron para establecer grupos en regiones, ciudades, pueblos y aldeas. El Partido Nazi tenía una rígida estructura de mando vertical. Los funcionarios eran designados desde arriba en lugar de que los miembros los eligieran. En cada región había un Gauleiter o líder de distrito que fungía como jefe. Este cargo lo designaba Hitler y el encargado le respondía directamente a él.
Las elecciones del Reichstag en 1928
En las elecciones del Reichstag (el parlamento alemán) en 1928, el partido nazi solamente obtuvo el 2.6% de los votos y 12 escaños.
El partido nazi enfatizó el uso de propaganda para atraer atención e interés. Utilizaban la prensa y los carteles para crear eslóganes inspiradores, y mostraban emblemas y uniformes llamativos. El Partido organizó numerosas reuniones, desfiles y manifestaciones. Además, crearon organizaciones auxiliares para apelar a grupos específicos. Por ejemplo, había grupos para jóvenes, mujeres, maestros y médicos. El partido se volvió especialmente popular entre la juventud y los estudiantes universitarios de Alemania.

Las elecciones del Reichstag en 1930
Lo que más contribuyó al éxito del Partido Nazi fue el colapso económico de Alemania durante la Gran Depresión que comenzó en 1929. La crisis ocasionó desempleo y pobreza generalizados. También llevó a un aumento en la criminalidad. La ira y el temor generados en los alemanes los dejaron vulnerables a los argumentos extremistas de derecha e izquierda.
En las elecciones de 1930 hubo un notable aumento en el apoyo a los nazis. El Partido Nazi obtuvo el 18% de los votos y 107 escaños. Con este resultado, se convirtieron en el segundo partido más grande del Reichstag. El presidente Hindenburg y sus asesores conservadores no querían que el partido más numeroso, el socialdemócrata, formara un gobierno, así que intentaron gobernar por decreto presidencial. Esperaban, con el tiempo, modificar la constitución e instaurar un régimen autoritario.
Las elecciones del Reichstag en 1932

El aumento de la división política provocó un incremento de la violencia. Las SA eran particularmente violentas, y para agosto de 1932, ya habían acumulado alrededor de 445,000 miembros. Ese verano hubo mortíferas batallas callejeras y asesinatos a diario. Cada vez más alemanes estaban de acuerdo con el argumento de Hitler de que la democracia parlamentaria estaba destruyendo a Alemania porque servía a intereses especiales. Hitler afirmaba que la nación necesitaba un líder fuerte que uniera a Alemania y gobernara en bien del interés nacional. El partido no enfatizó el antisemitismo en los mensajes de su campaña general.
En las elecciones de julio de 1932, los nazis se convirtieron en el partido más grande del Reichstag. El partido ganó el 37% de los votos y obtuvo 230 escaños. Hitler, sin embargo, se rehusó a unirse a un gobierno de coalición a menos que lo nombraran canciller. Hindenburg se opuso a esta exigencia.
Las elecciones del Reichstag tuvieron que celebrarse de nuevo en noviembre de 1932. El Partido Nazi siguió siendo el partido más grande, pero obtuvo dos millones de votos menos que en julio. El partido se redujo a 196 escaños y obtuvo el 33% de los votos. Para ese entonces, la economía de Alemania estaba mejorando y la popularidad del partido estaba disminuyendo. Las probabilidades de que la República de Weimar sobreviviera parecían estar mejorando.
Entonces, el 30 de enero de 1933, Hindenburg designó a Hitler como canciller de un gobierno de coalición. No estaba dominado por los nazis, sino por los miembros del Partido Nacional del Pueblo Alemán, que era conservador, y por burócratas profesionales sin afiliación partidista. Hindenburg tomó esa decisión después de que sus asesores le aseguraron que los miembros conservadores podrían controlar a Hitler. Creían que podrían usar la gran cantidad de seguidores de Hitler para modificar la constitución y crear un estado autoritario.
Alemania se convierte en una dictadura con un solo partido bajo Hitler
Una vez que se convirtió en canciller, Hitler se apresuró a poner al gobierno bajo el control del Partido Nazi. Convenció a Hindenburg para que disolviera el Reichstag y anunciara nuevas elecciones. La plataforma de campaña de los nazis llamaba a unificar a todos los buenos alemanes en la lucha para erradicar el “marxismo”, o sea, tanto el comunismo como el socialismo. El Partido Nazi saturó Alemania con su propaganda. Mientras tanto, el gobierno restringió la prensa opositora. En gran parte de Alemania, los miembros de las SA y las SS (Schutzstaffel) fueron reclutados como policías auxiliares y utilizaron sus poderes para atacar, detener y asesinar a comunistas.

El 27 de febrero de 1933, hubo un incendio en el edificio del Reichstag. El incendio proporcionó la excusa para declarar un estado de emergencia. Esto permitió que el gobierno aboliera las libertades civiles y tomara el control de los gobiernos estatales.
En las elecciones del Reichstag del 5 de marzo, el Partido Nazi obtuvo casi el 44% de los votos. Junto con su socio de coalición, el partido apenas ganó la mayoría de los escaños. Los nazis utilizaron arrestos, intimidación y falsas promesas para obtener los votos necesarios para aprobar la Ley de habilitación el 23 de marzo. Esto permitió que Hitler y su gabinete dictaran leyes sin la aprobación del Reichstag ni del presidente.
El Partido Nazi no solo se apoderó de todos los niveles del gobierno, sino que también se esforzó por controlar todos los aspectos de la vida económica, social y cultural de Alemania. Este proceso se denominó Gleichschaltung o “coordinación”. Para el 14 de julio de 1933, todos los demás partidos políticos ya habían sido abolidos. Las instituciones gubernamentales, jurídicas y educativas fueron depuradas de judíos y de quienes se sospechaba que eran opositores políticos. Los empleados, los empleadores, los escritores y los artistas quedaron bajo el control de las organizaciones nazis. Las actividades deportivas y recreativas también quedaron bajo el control nazi.
Amenaza desde el interior
Para 1934, la principal amenaza al control continuo de Hitler sobre el gobierno provenía desde el interior del Partido Nazi, específicamente de las SA. Los hombres de las SA estaban ansiosos por castigar a sus enemigos y obtener provecho de la toma del poder por parte de los nazis. Su violencia e intimidación se enfrentaron a una desaprobación pública cada vez mayor. Para tranquilizar a la nación, Hitler anunció que la fase revolucionaria de la “insurrección nacional” había concluido. Entre las SA, sin embargo, se hablaba de una segunda revolución que sería dirigida por el comandante de las SA Ernst Röhm. Para ese momento, las SA superaban con mucho a las Reichswehr, las fuerzas armadas de Alemania. Röhm no ocultó su deseo de subordinar el ejército a las SA. En junio de 1934, los generales alemanes le dejaron claro a Hitler que tenía que controlar a las SA o enfrentarse a un golpe militar.
El 30 de junio de 1934, Hitler ejecutó una sangrienta purga de las SA. La purga se conoció como la “noche de los cuchillos largos”. Se calcula que hubo 100 víctimas, entre las cuales se encontraban Röhm y otros líderes de las SA, así como figuras conservadoras que se habían ganado el desagrado de los nazis. Aunque estaban subordinadas a las SA, las SS llevaron a cabo la mayoría de los asesinatos. Como recompensa, Hitler convirtió a las SS en una organización nazi independiente. Su líder, Heinrich Himmler, era subordinado directo de Hitler.
El presidente Hindenburg murió el 2 de agosto de 1934. Entonces se ordenó que todos los miembros de las fuerzas armadas alemanas le hicieran un juramento de lealtad personal a Hitler. Los líderes militares alemanes recibieron con satisfacción la matanza de los líderes de las SA. Sin oposición, Hitler abolió el cargo separado de presidente del Reich. Se declaró Führer y canciller del Reich, el gobernante absoluto del pueblo alemán.
El Partido Nazi en el poder
Se esperaba que todos los alemanes “arios” participaran en organizaciones administradas por el Partido Nazi. Sin embargo, el partido en sí permaneció elitista al limitar su membresía. Según el “principio de liderazgo”, mantuvo su estructura de mando vertical. Había líderes en todos los niveles: regionales, de condados, municipales, distritales y de vecindarios. Se designaba a los líderes desde arriba y supervisaban el cumplimiento popular con las normas nazis. Antes de llegar al poder, el partido también había creado un aparato similar al de un gobierno. Los departamentos eran responsables de las mismas áreas que los ministerios gubernamentales. Por ejemplo, había departamentos de política exterior, justicia, trabajo y economía. Esta estructura nunca reemplazó a la burocracia alemana. Sin embargo, actuó junto a esta y en continua competencia con ella.
Hitler nombró a Joseph Goebbels jefe del nuevo Ministerio de Propaganda. Goebbels creó un culto a la personalidad que vanagloriaba a Hitler como el salvador infalible de Alemania. La propaganda nazi se volvió ineludible en Alemania. Dominaba la prensa, la cinematografía, la radio y los espacios públicos. Aparecieron retratos o estatuas de Hitler por todos lados. Todas las ciudades y los pueblos le cambiaron el nombre a alguna calle o espacio público en su honor. En público, se esperaba que los alemanes comunes alabaran a Hitler e hicieran el saludo alemán (“¡Heil Hitler!”). La propaganda también permeó los planes de estudio escolares. Por ejemplo, los niños aprendían odas que alababan el liderazgo de Hitler en las escuelas públicas. La película de Leni Riefenstahl “El triunfo de la voluntad” representa de manera vívida la imagen de Hitler como un líder casi divino. La película está basada en una de las grandes manifestaciones del partido en Nuremberg.
El control del Partido Nazi sobre todos los niveles de gobierno le permitió desarrollar su agenda antisemita. El gobierno central promulgó decretos antisemitas de gran alcance. Incluso antes de eso, los funcionarios nazis ya perseguían a los judíos a nivel local. Los judíos quedaron excluidos de las profesiones, los negocios y los espacios públicos. La propaganda presentaba a los judíos como alimañas venenosas que conspiraban para destruir al Volk alemán mediante el capitalismo y el bolchevismo. Los líderes nazis afirmaban que habían sido “los judíos” quienes habían iniciado la Segunda Guerra Mundial. La guerra se presentó como una lucha por la supervivencia de Alemania. La afirmación nazi de que los judíos tenían la intención de destruir a los alemanes se convirtió en la excusa para que los alemanes destruyeran a los judíos.
Derrota de la Alemania nazi
A finales de la década de 1930, la gran mayoría de los alemanes apoyaba a Hitler y al estado nazi. El único intento organizado de derrocar a Hitler y al Partido Nazi ocurrió el 20 de julio de 1944. Para ese entonces, la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial parecía inevitable. Después del suicidio de Hitler el 30 de abril de 1945, Alemania se rindió y fue ocupada por las fuerzas aliadas.
Los Aliados prohibieron el Partido Nazi y lo declararon organización criminal. Juzgaron a los principales líderes nazis por crímenes contra la humanidad, entre otros delitos. Hasta el día de hoy, el Partido Nazi sigue estando prohibido en Alemania.