Cuarteles de la Gestapo nazi (policía secreta estatal) y de la Oficina Principal de Seguridad del Reich (RSHA).

La Gestapo era la policía política del estado nazi. 

La palabra Gestapo es una abreviatura de su nombre oficial en alemán: “Geheime Staatspolizei”. La traducción literal del término es “policía secreta del estado”. 

La Gestapo no fue la primera policía política en la historia de Alemania. Al igual que muchos otros países europeos, Alemania tenía un largo historial de vigilancia política. 

La vigilancia política es un tipo específico de trabajo policiaco. Su objetivo es mantener el status quo político. La policía política protege al estado o al gobierno de actos de subversión, sabotajes y golpes de estado. Para ello realizan vigilancia y recopilan información. Estos métodos les permiten identificar las amenazas internas en contra del gobierno. La policía política a veces se conoce como “policía secreta”. Los estados autoritarios, como el régimen nazi, suelen depender de estas fuerzas para mantener y proteger su poder.  

La Gestapo como símbolo de la brutalidad nazi 

La Gestapo adquirió fama por su brutalidad. En la actualidad, la institución y sus policías políticos son símbolos de la vigilancia autoritaria. 

La palabra “Gestapo” suele usarse equivocadamente como un término genérico que se aplica a muchos grupos de perpetradores nazis. En realidad, la Gestapo era solo una de muchas instituciones nazis que cometieron crímenes. Otras fuerzas policiacas también fueron perpetradoras del Holocausto. Entre ellas está la policía judicial (Kripo) y la policía del orden, que usaba uniformes. 

La Gestapo se ganó su tristemente célebre reputación. Los policías de la Gestapo recurrían a la tortura la violencia en sus interrogatorios, coordinaron la deportación de judíos hacia su muerte, y reprimieron duramente los movimientos de resistencia en Alemania y en la Europa ocupada por Alemania.

Vigilancia política durante la República de Weimar

Antes de que los nazis subieran al poder en 1933, Alemania era una democracia conocida como la República de Weimar (1918-1933). El país era una federación formada por estados, entre los cuales se incluían Prusia, Baviera y Sajonia. La mayoría de estos estados tenía su propio cuerpo de policía política. 

La constitución de la República de Weimar garantizaba los derechos individuales y la protección legal. Estos derechos incluían la libertad de expresión, la libertad de prensa y la igualdad ante la ley, entre otros. La policía política tenía que respetar estos derechos. La constitución le impedía llevar a cabo acciones policiacas arbitrarias. Sin embargo, los policías políticos permanecieron activos durante la República de Weimar. 

La policía política se concentraba en particular en contener la violencia política de los movimientos antidemocráticos de la extrema derecha e izquierda. Esto incluía vigilar al Partido Nazi y al Partido Comunista. A partir de 1930, los dos partidos se volvieron cada vez más populares en Alemania. Durante los siguientes tres años, la policía política de la era de Weimar tuvo dificultades para responder a estos movimientos masivos, que solían ser violentos. 

La nazificación de la policía política 

Discurso de la campaña de Hitler

El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler fue designado canciller de Alemania. Hitler y otros jerarcas nazis planeaban establecer una dictadura. También planeaban eliminar a toda la oposición política. El nuevo régimen nazi tenía la intención de usar a la policía política de Alemania para alcanzar estos objetivos. Sin embargo, había que superar algunos obstáculos.

Obstáculos a la nazificación de la policía política

Al principio, hubo dos obstáculos importantes: 

  1. Primero, seguía vigente la constitución de la República de Weimar. Esta contenía protecciones legales contra acciones arbitrarias de la policía.  
  2. Segundo, la policía política de Alemania estaba descentralizada. Sus elementos estaban subordinados a diversos gobiernos estatales y locales. La policía nole rendía cuentas a Hitler como canciller.

Estos dos obstáculos limitaban la forma en que Hitler y el régimen nazi podían usar a la policía política de manera legal. Por ejemplo, en las primeras semanas de su régimen, los nazis no podían simplemente ordenarle a la policía política que arrestara a comunistas sin un fundamento legal, pero eso cambió muy pronto. 

Cómo superaron los obstáculos legales

A partir de febrero de 1933, el régimen nazi utilizó decretos de emergencia para transformar a Alemania. Estos decretos liberaron a la policía política de las limitaciones legales y constitucionales. El más importante de ellos fue el decreto por el incendio del Reichstag que se emitió el 28 de febrero de 1933. Este decreto suspendió las garantías individuales y las protecciones legales, como el derecho a la privacidad, lo cual permitió que la policía investigara, interrogara y arrestara a los opositores políticos. Ahora la policía podía leer la correspondencia privada, escuchar en secreto las llamadas telefónicas y catear casas sin órdenes judiciales.

Creación de la Gestapo

El régimen nazi quería establecer una policía política centralizada que rindiera cuentas directamente a la jerarquía nazi. Para crearla, tuvieron que reformar el sistema existente de policía descentralizada. Este proceso tardó varios años, hasta lograr la nazificación de todo el sistema policiaco. 

A principios de la década de 1930, la vigilancia política dependía de los gobiernos locales. Por lo tanto, estaba sujeta a luchas de poder locales. Sin embargo, para finales de 1936, el régimen nazi había creado una policía política centralizada y fuerte, bajo las órdenes del comandante de las SS Heinrich Himmler. Esta policía política fue la Gestapo. 

La posición de la Gestapo se reforzó aún más en el verano de 1936. En esa época, se combinó con la policía judicial (Kripo). Juntas formaron una nueva organización llamada policía de seguridad (SiPo). Reinhard Heydrich, asistente de Himmler, dirigió la policía de seguridad. Heydrich también dirigió el servicio de inteligencia de las SS (Sicherheitsdienst o servicio de seguridad). Esta oficina conocía por sus iniciales en alemán, “SD”. 

En septiembre de 1939, la policía de seguridad se fusionó oficialmente con el servicio de inteligencia (SD) de las SS. Juntas se convirtieron en una nueva oficina, llamada oficina principal de seguridad del Reich (RSHA). La Gestapo se convirtió en la Oficina IV de la RSHA, pero se le siguió llamando Gestapo. 

¿Quiénes trabajaban para la Gestapo? 

Prisioneros de la Gestapo

La Gestapo estaba formada por oficiales de civil, conocidos como agentes de la Gestapo. La mayoría de estos hombres tenían formación profesional. Muchos habían trabajado como detectives o policías políticos durante la República de Weimar. Por ejemplo, Heinrich Müller había trabajado para la policía de Munich desde 1919, y llegó a ser el jefe de la Gestapo en 1939. Los policías con formación profesional como Müller aportaron su experiencia, conocimientos y habilidades a la Gestapo. 

Sin embargo, no todos los agentes de la Gestapo eran policías de carrera. Algunos llegaron a la Gestapo a través del servicio de inteligencia (SD) de las SS. Estos hombres del SD eran ideólogos nazis con muy poca o ninguna formación policiaca. Los contrataban como parte del plan de Heinrich Himmler, el comandante de las SS, para transformar el sistema policiaco en una institución impulsada por la ideología. 

La Gestapo unió el conocimiento de los policías profesionales con el celo de los ideólogos nazis. 

¿Cuál era la misión de la Gestapo?

La misión de la Gestapo era “investigar y combatir todos los  intentos de amenazar al estado”. Desde el punto de vista de los nazis, las amenazas al estado abarcaban una amplia variedad de conductas. Estas conductas podían ser de cualquier tipo, desde la oposición política organizada hasta críticas de una persona sobre los nazis. El gobierno incluso definió como amenaza pertenecer a ciertas categorías o grupos de personas. Para combatir esta amplia gama de posibles amenazas, la dictadura nazi le confirió un enorme poder a la Gestapo. 

Una forma en que la Gestapo llevaba a cabo su misión consistía en hacer cumplir las leyes nazis. Algunas de estas leyes definían en términos amplios las críticas al régimen como amenazas a su seguridad. Por ejemplo, una ley promulgada en diciembre de 1934 declaró ilegales las críticas contra el partido y el régimen nazi. Contar chistes de Hitler podía considerarse como un “ataque malintencionado contra el estado o el partido”, y entonces podía resultar en un arresto por parte de la Gestapo, un juicio ante un tribunal especial e incluso encarcelamiento en un campo de concentración. 

Pero la Gestapo hizo mucho más que limitarse a monitorear conductas individuales. Sus oficiales implementaron la ideología nazi, que definía a grupos enteros como enemigos raciales o políticos. Pertenecer al Partido Comunista o tener ancestros judíos era suficiente para considerar a alguien como una amenaza para el estado y para someterlo a la atención de la Gestapo.

Durante la década de 1930, la gran mayoría de los alemanes arios no tuvo encuentros con la Gestapo ni esperaba tenerlos, pero la Gestapo era una amenaza constante para los opositores políticos, los disidentes religiosos (incluidos los Testigos de Jehová), los homosexuales y los judíos.

Otorgamiento de custodia protectora a la Gestapo

El régimen nazi otorgó a los agentes de la Gestapo una gran cantidad de poder para decidir la suerte de las personas que arrestaban.  

Lo más notable era que tenían el poder de enviar a los detenidos directamente a campos de concentración. Esto se conocía como “custoria protectora” (Schutzhaft). La custodia protectora le permitía a la Gestapo pasar por encima del sistema judicial. Las personas que eran puestas bajo custodia protectora no podían consultar con abogados, apelar sus sentencias ni defenderse a sí mismos en los tribunales. En algunos casos, la Gestapo recurría a la custodia protectora incluso para anular decisiones de los tribunales. Por lo general, lo hacía cuando consideraba que la sentencia del tribunal había sido demasiado indulgente. 

Como institución, la Gestapo no estaba sujeta a supervisión legal ni administrativa. Esto significaba que ninguna otra institución (ni siquiera los tribunales) podía anular las decisiones de la Gestapo, y esta tenía la última palabra. 

¿Cómo funcionaba la Gestapo? 

La Gestapo llevó a cabo su misión de manera radical. En la Alemania nazi, aplicaban los métodos comunes de investigación policiaca. Sin embargo, lo hacían sin límites legales. Investigaban denuncias del público, llevaban a cabo cateos arbitrarios y realizaban interrogatorios brutales. A fin de cuentas, los agentes de la Gestapo tenían en sus manos el destino de las personas a las que arrestaban. 

Denuncias

En ocasiones, la Gestapo iniciaba investigaciones por sí misma. Otras veces, recibía informes del público. Vecinos, conocidos, colegas, amigos y familiares podían informarle a la Gestapo que una persona estaba actuando de forma ilegal o sospechosa. Otras organizaciones nazis y de la policía también podían informar a la Gestapo acerca de posibles delitos y amenazas. 

En la Alemania nazi, este tipo de informes se conocían como denuncias, y solían estar motivadas por la ideología, la política o por provecho personal. Las consecuencias para los denunciados podían ser muy graves. 

Cateos y vigilancia arbitrarios

En el curso de sus investigaciones, los agentes de la Gestapo entrevistaban a testigos, cateaban casas y departamentos y realizaban vigilancia. En la Alemania nazi no había límites para estas actividades. La Gestapo no necesitaba órdenes judiciales para leer la correspondencia de los sospechosos, ni para entrar en sus casas o escuchar sus conversaciones telefónicas. 

Mucha gente temía la vigilancia de la Gestapo, pero en realidad, la Gestapo tenía personal limitado y solo recurría a esos métodos en casos específicos. No había una vigilancia generalizada de toda la población alemana. Por eso las denuncias eran tan importantes. 

Interrogatorios

La Gestapo era famosa por la forma despiadada en que realizaba sus interrogatorios. Los agentes de la Gestapo recurrían sistemáticamente a la intimidación y a la tortura psicológica y física. Era común que los agentes de la Gestapo golpearan a los detenidos. A pesar de los brutales métodos de interrogación de la Gestapo, sus agentes no mataban personalmente a quienes arrestaban. Sin embargo, algunas personas sí murieron durante los interrogatorios o bajo custodia de la Gestapo. 

Decisiones sobre la suerte de los arrestados 

Los agentes de la Gestapo tenían el poder de determinar la suerte de las personas. Los agentes podían decidir ser indulgentes. Podían dejar que la gente se fuera, sobreseer los casos o simplemente expedir advertencias e imponer multas. 

Por otro lado, también podían decidir ser despiadados. Podían detener a alguien indefinidamente en prisión o condenarlo a un campo de concentración. El único monitoreo de estas decisiones venía del interior de la misma Gestapo.   

La Gestapo y los judíos antes de la guerra

Los nazis consideraban que los judíos eran una amenaza para el pueblo alemán y para el régimen nazi. Por lo tanto, la Gestapo era responsable de vigilar a los judíos, como parte de su misión de defender al estado. Esto se volvió cada vez más importante en la segunda mitad de la década de 1930. 

En los primeros dos años del régimen nazi, la Gestapo no se concentró en vigilar a la población judía de Alemania. En esa época, su prioridad era vigilar a los oponentes políticos. La Gestapo sí arrestó a algunos judíos en 1933 y 1934, pero los arrestaba generalmente porque eran comunistas o socialdemócratas. La Gestapo los consideraba oponentes políticos. 

Las leyes de Nuremberg y la profanación de la raza

La participación de la Gestapo en las medidas antijudías empezó a cambiar con la promulgación de las leyes de Nuremberg en septiembre de 1935. Estas leyes prohibieron el matrimonio entre alemanes judíos y no judíos (es decir, a quienes los nazis consideraban “personas de sangre alemana”). También tipificaron como delito las relaciones sexuales extramaritales entre judíos y no judíos. Los nazis llamaban a este delito “profanación de la raza” (Rassenschande). 

En respuesta a las nuevas leyes, las oficinas de la Gestapo en toda Alemania crearon departamentos especializados en judíos (Judenreferate). Una de sus responsabilidades era investigar casos de profanación de la raza. 

La emigración y el “problema judío”

La emigración judía de Alemania, 1933-1940

Los departamentos para judíos de la Gestapo también llevaban la cuenta de la emigración judía. En la década de 1930, el estado nazi consideraba que la emigración judía era la mejor forma de resolver el “problema judío” de Alemania. La Gestapo trabajó para ayudar a coordinar y acelerar muchos aspectos del proceso de emigración. Esta fue su forma de manejar la supuesta amenaza judía contra el régimen nazi. En particular, los departamentos para judíos de la Gestapo trabajaron para que los bienes económicos de los judíos se quedaran en el país y fueran transferidos al estado nazi.

La Gestapo en guerra 

Los crímenes más notables y mortíferos de la Gestapo ocurrieron de 1939 a 1945, durante la Segunda Guerra Mundial

En ese tiempo, la Gestapo llevó a cabo gran variedad de tareas, tanto dentro de Alemania como en el extranjero, en los territorios ocupados. Se suponía que estas tareas garantizaban la seguridad del régimen nazi. La guerra radicalizó el papel de la Gestapo. Cuando los agentes de la Gestapo eran enviados a los territorios ocupados, actuaban brutalmente y con impunidad contra la población local.  

Durante la guerra, la Gestapo: 

  • Investigó y castigo muy duramente a los civiles que socavaban el esfuerzo bélico o que desafiaban al régimen.
  • Se unió a los Einsatzgruppen y perpetró fusilamientos masivos de judíos y otras personas.
  • Vigiló a los extranjeros condenados a trabajos forzados en Alemania y en los territorios ocupados.
  • Reprimió los movimientos de resistencia en Alemania y en los territorios ocupados.
  • Organizó la deportación de judíos de toda Europa hacia ghettos, campos de concentración, y lugares y centros de exterminio