RESISTENCIA EN GHETTOS

El levantamiento del ghetto de Varsovia - Historia personal/Testimonio

Entre 1941 y 1943, se desarrollaron movimientos de resistencia clandestinos en alrededor de 100 ghettos en la Europa oriental bajo ocupación nazi (cerca de una cuarta parte de todos los ghettos), especialmente en Polonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania. Sus metas principales eran organizar levantamientos, huir de los ghettos y asociarse a unidades de partisanos en la lucha contra los alemanes.

Los judíos sabían que los levantamientos no detendrían a los alemanes y que solamente un puñado de combatientes lograría huir para unirse a los partisanos. Aún así, algunos judíos decidieron resistir. Las armas ingresaban a los ghettos de contrabando. Los habitantes de los ghettos de Vilna, Mir, Lachva (Lachwa), Kremenets, Czestochowa, Nesvizh, Sosnowiec, Tarnow, etc. se resistieron con la fuerza cuando los alemanes comenzaron a deportar a sus poblaciones. En Bialystok, el movimiento clandestino organizó un levantamiento justo antes de la destrucción final del ghetto en septiembre de 1943. La mayoría de sus combatientes, principalmente jóvenes y mujeres, murió durante el combate.

El levantamiento del ghetto de Varsovia en la primavera de 1943 fue la mayor sublevación de judíos. Cientos de ellos lucharon contra los alemanes y sus auxiliares en las calles del ghetto. Miles de judíos se negaron a obedecer las órdenes de los alemanes de reportarse en un punto de reunión para su deportación. Al final, los nazis incendiaron el ghetto hasta sus cimientos para obligarlos a salir. Si bien sabían que la derrota era segura, los judíos del ghetto lucharon desesperada y valientemente.

RESISTENCIA EN CAMPOS

En las condiciones más adversas, los prisioneros judíos lograron iniciar una resistencia y levantamientos en algunos campos nazis. Los trabajadores judíos sobrevivientes originaron levantamientos en los campos de exterminio de Treblinka, Sobibor y Auschwitz-Birkenau. Alrededor de 1.000 prisioneros judíos participaron en la sublevación de Treblinka. El 2 de agosto de 1943, los judíos tomaron las armas que pudieron encontrar (picos, hachas y algunas armas de fuego robadas del arsenal del campo) y lo incendiaron. Alrededor de 200 lograron escapar. Los alemanes volvieron a capturar a cerca de la mitad de ellos y los asesinaron.

Retrato de algunos de los participantes en la sublevación del campo de exterminio de Sobibor.

El 14 de octubre de 1943, prisioneros de Sobibor asesinaron a 11 guardias de las SS y auxiliares de la policía e incendiaron el campo. Alrededor de 300 prisioneros escaparon al abrirse paso entre el alambre de púas y arriesgar sus vidas en el campo minado que rodeaba el lugar. Volvieron a capturar a más de 100 y, luego, los fusilaron.

El 7 de octubre de 1944, prisioneros asignados al Crematorio IV en Auschwitz-Birkenau se rebelaron después de enterarse de que iban a asesinarlos. Los alemanes doblegaron la sublevación y asesinaron a casi todos los cientos de prisioneros implicados en la rebelión.

Otros levantamientos en campos ocurrieron en Kruszyna (1942), Minsk-Mazowiecki (1943) y Janowska (1943). En varias decenas de campos, prisioneros organizaron huidas para asociarse a unidades de partisanos. Se lograron algunos escapes exitosos, con el del campo de trabajo de la calle Lipowa en Lublin.

A pesar de que se los superaba en cantidad y en potencia de fuego, algunos judíos en ghettos y campos opusieron resistencia a los alemanes con la fuerza. El espíritu de estos esfuerzos trasciende el fracaso de detener las políticas genocidas de los nazis.