Después de la liberación, los aliados estaban listos para repatriar a sus hogares a los judíos desplazados, pero muchos se negaron a regresar o temían hacerlo. Desde 1945 a 1952, más de 250.000 judíos desplazados vivían en campos y centros urbanos en Alemania, Austria e Italia. Estas instalaciones eran administradas por las autoridades de las fuerzas aliadas y la Administración de las Naciones Unidas para Ayuda y Rehabilitación. Los sobrevivientes comenzaron a buscar a sus familias. Durante los intentos de reunir a las familias, se formaron otras nuevas, ya que en los campos de desplazados hubo muchas bodas y nacimientos. Pronto se crearon escuelas, y las festividades religiosas se convirtieron en ocasiones importantes para reuniones y celebraciones. A pesar de condiciones frecuentemente lúgubres (muchos de los campos de desplazados habían sido campos de concentración y campos del ejército alemán), pronto abundaron las organizaciones sociales y laborales.

Los aliados deliberaron y postergaron durante años la resolución de la crisis de emigración. Desde 1945 a 1948, ante las pocas opciones existentes y con su nacionalismo exacerbado por la falta de autonomía en los campos, cada vez más sobrevivientes judíos del Holocausto eligieron la Palestina controlada por los británicos como destino deseado. Los desplazados se convirtieron en una fuerza influyente para la causa sionista y para el debate político sobre la creación de un estado judío. Condenaban las barreras impuestas por los británicos que impedían la inmigración judía a Palestina, y en los campos de desplazados se hicieron frecuentes las protestas contra la política británica. El 14 de mayo de 1948, los Estados Unidos y la Unión Soviética reconocieron al nuevo estado de Israel. Asimismo, el Congreso de los Estados Unidos promulgó la Ley de Personas Desplazadas en 1948, la cual liberaba sus propias restricciones a la inmigración. Al cabo de algunos años, la crisis de emigración de desplazados llegó a su fin, con más de 80.000 desplazados que vivían en los Estados Unidos, aproximadamente 136.000 en Israel y 20.000 en otras naciones, incluidas Canadá y Sudáfrica. Para 1952, casi todos los campos de desplazados se habían cerrado.