Allied delegates in the Hall of Mirrors at Versailles witness the German delegation's acceptance of the terms of the Treaty Of Versailles, ...

El Tratado de Versalles

Después de la devastación de la Primera Guerra Mundial, las potencias victoriosas impusieron una serie de tratados a los países derrotados. Entre ellos, el Tratado de Versalles de 1919 responsabilizaba a Alemania por iniciar la guerra y se le responsabilizó por el costo de los enormes daños materiales. La vergüenza de la derrota y el acuerdo de paz de 1919 jugaron un papel importante en el ascenso del nazismo en Alemania y en el estallido de una segunda "guerra mundial" apenas 20 años después.

Hechos clave

  • 1

    El tratado requería la desmilitarización de Renania, la pérdida del 13% de los territorios que Alemania había poseído antes de la guerra y extensos pagos de indemnización por parte de Alemania.

  • 2

    El tratado contenía una "cláusula de culpabilidad de la guerra". En esta cláusula se responsabilizaba por completo a Alemania del inicio de la Primera Guerra Mundial.

  • 3

    Los efectos de la Primera Guerra Mundial y su polémica paz resonaron en las décadas siguientes, dando lugar a otra guerra mundial y al genocidio cometido durante ella.

Antecedentes: el impacto de la Primera Guerra Mundial

Scene of destruction during World War I

Casas a lo largo del río Meuse que resultaron dañadas durante la batalla de Verdun en diciembre de 1916. La batalla fue una de las más largas y mortíferas de la Primera Guerra Mundial. © IWM (Q 67594)

Créditos:
  • Imperial War Museum - Photograph Archive

La Primera Guerra Mundial representó una de las guerras más destructivas de la historia moderna. Los bandos que se enfrentaron en esa guerra fueron las Potencias de la Entente y las Potencias Centrales.

Durante el conflicto murieron casi diez millones de soldados. Las enormes pérdidas en ambos lados fueron, en parte, resultado de la introducción de nuevas armas, como las ametralladoras y los ataques con gas. Los jerarcas militares no lograron ajustar sus tácticas a la naturaleza cada vez más mecanizada de la guerra. La política de desgaste, en particular en el frente occidental, le costó la vida a cientos de miles de soldados.  

Ningún organismo oficial llevó un registro detallado de las pérdidas civiles durante los años de guerra. Los estudiosos sugieren que hasta 13 millones de no combatientes murieron como consecuencia directa o indirecta de la guerra. El conflicto desarraigó o desplazó a millones de personas de sus hogares en Europa y Asia Menor.

Las pérdidas industriales y de propiedades fueron catastróficas, especialmente en Francia, Bélgica, Polonia y Serbia, donde los enfrentamientos habían sido más intensos.

Antecedentes: los "catorce puntos"

En enero de 1918, unos 10 meses antes del final de la Primera Guerra Mundial, el presidente estadounidense Woodrow Wilson elaboró una lista de objetivos bélicos propuestos, a los que llamó los "catorce puntos".

Ocho de estos puntos trataban específicamente de los acuerdos territoriales y políticos que acompañarían a una victoria de las Potencias de la Entente (Gran Bretaña, Francia y Rusia). Un punto importante era la idea de la autodeterminación nacional de las poblaciones étnicas de Europa. Otros puntos se enfocaban en prevenir la guerra en el futuro. El último principio proponía una Sociedad de las Naciones que fungiría como árbitro en las disputas internacionales. Wilson esperaba que su propuesta diera lugar a una paz justa y duradera, una “paz sin victoria”.

Los dirigentes alemanes firmaron el armisticio (un acuerdo para suspender las hostilidades) en el bosque de Compiègne, el 11 de noviembre de 1918. Muchos de ellos creían entonces que los catorce puntos formarían la base del futuro tratado de paz, pero cuando los jefes de gobierno de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia se reunieron en París para discutir los términos del tratado, los países europeos que formaban parte del “Consejo de los Cuatro” rechazaron este planteamiento.  

Después de la devastación de la Primera Guerra Mundial, las potencias occidentales victoriosas (Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia e Italia, conocidas como el "Consejo de los Cuatro") le impusieron una serie de tratados a las Potencias Centrales derrotadas (Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía).

Al final, como consideraban que Alemania había sido la principal instigadora del conflicto, las Potencias Aliadas europeas decidieron imponerle obligaciones particularmente estrictas en el tratado, el cual se le presentó a la delegación alemana para su firma el 7 de mayo de 1919 en el Palacio de Versalles, cerca de París. En el Tratado de Versalles se responsabilizaba a Alemania del inicio de la guerra y de los enormes daños materiales.

Disposiciones del Tratado de Versalles

Alemania perdió el 13% de su territorio, que incluía al 10% de su población. En el Tratado de Versalles se obligaba a Alemania a lo siguiente:

  • Concederle a Bélgica los cantones de Eupen-Malmédy.
  • Conceder el distrito de Hultschin a Checoslovaquia.
  • Concederle a Polonia las regiones de Posnania, Prusia Occidental y Alta Silesia.
  • Devolverle a Francia las provincias de Alsacia y Lorena, que se habían anexado en 1871 después de la Guerra Franco-Prusiana.

 El tratado exigía:

  • La desmilitarización y ocupación de Renania.
  • Un estatuto especial para el Sarre bajo control francés.
  • Hacer referendos para determinar el futuro de algunas regiones del norte de Schleswig, en la frontera entre Dinamarca y Alemania, y partes de Alta Silesia, en la frontera con Polonia.
German territorial losses, Treaty of Versailles, 1919

Alemania perdió la Primera Guerra Mundial, y en el Tratado de Versalles de 1919, las potencias vencedoras (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y los otros estados aliados) impusieron a la derrotada Alemania disposiciones punitivas para su territorio, milicia y economía. En el oeste, Alemania devolvió Alsacia-Lorena a Francia, de la que se había apoderado hacía más de 40 años. Además, Bélgica recibió Eupen y Malmedy; la región industrial de Saar quedó bajo la administración de la Liga de Naciones durante 15 años; y Dinamarca recibió la región del norte de Schleswig. Finalmente, se desmilitarizó la región del Rin, es decir, no se permitían ni fuerzas militares ni fortificaciones alemanas. En el este, Polonia recibió de parte de Alemania regiones de Prusia Occidental y Silesia. Además de esto, Checoslovaquia recibió de Alemania el distrito de Hultschin; la gran ciudad alemana de Danzig se convirtió en una ciudad libre protegida por la Liga de Naciones, y Memel, una pequeña franja territorial de Prusia oriental ubicada a lo largo del Mar Báltico quedó finalmente bajo el control de Lituania. Alemania perdió todas sus colonias fuera de Europa. En total, Alemania perdió el 13% de su territorio europeo (más de 27.000 millas cuadradas [69.930 km2]) y un décimo de su población (entre 6,5 y 7 millones de personas).

Créditos:
  • US Holocaust Memorial Museum

Además, todas las colonias alemanas de ultramar le fueron arrebatadas a Alemania y se convirtieron en mandatos de la Sociedad de las Naciones. La ciudad de Danzig (hoy Gdansk), con su numerosa población de alemanes étnicos, se convirtió en una ciudad libre.

Quizás la parte más humillante del tratado para la derrotada Alemania fue el artículo 231, comúnmente conocido como la "cláusula de culpabilidad de la guerra". En esta cláusula se obligaba a la nación alemana a aceptar toda la responsabilidad de haber iniciado la Primera Guerra Mundial. De esa forma, a Alemania se le consideraría responsable de todos los daños materiales.

El primer ministro francés, Georges Clemenceau, en particular, insistió en imponer enormes pagos de indemnización. Aunque estaban conscientes de que Alemania probablemente no podría pagar una deuda tan elevada, Clemenceau y los franceses de todos modos tenían grandes temores de que Alemania se recuperara con rapidez y emprendiera una nueva guerra contra Francia.

Los franceses intentaron limitar las probabilidades de que Alemania recuperara su superioridad económica y también se rearmara. El ejército alemán quedaría limitado a 100,000 hombres. El servicio militar obligatorio estaba prohibido. El tratado restringía la Armada a buques de menos de 10,000 toneladas e incluía una prohibición de adquirir o mantener una flota de submarinos. Además, a Alemania se le prohibió que mantuviera una fuerza aérea.

Por último, se le exigió a Alemania que llevara a cabo un proceso por crímenes de guerra contra el Kaiser y otros dirigentes por haber librado una guerra de agresión. Los posteriores juicios de Leipzig, en ausencia del Kaiser u otros dirigentes nacionales de importancia en el banquillo, resultaron en gran medida en absoluciones. En general se percibieron como farsas, incluso en Alemania.

Repercusiones del Tratado

Los duros términos del tratado de paz no contribuyeron en última instancia a resolver las disputas internacionales que habían iniciado la Primera Guerra Mundial. Al contrario, el tratado obstaculizó la cooperación intereuropea e intensificó los problemas subyacentes que inicialmente habían provocado la guerra.

Las poblaciones de las potencias derrotadas —Alemania, Austria, Hungría y Bulgaria— percibieron los respectivos tratados de paz como un castigo injusto. Sus gobiernos rápidamente empezaron a violar los términos militares y económicos de los tratados. Esto ocurrió sin importar si los gobiernos eran democráticos, como en Alemania o Austria, o autoritarios, como en el caso de Hungría y Bulgaria. Los esfuerzos por modificar y desafiar las disposiciones de la paz se convirtieron en elementos clave de sus respectivas políticas exteriores y resultaron ser elementos desestabilizadores de la política internacional.

¿Una paz impuesta?

El recién formado gobierno democrático alemán consideraba que el Tratado de Versalles era una “paz impuesta” (Diktat). La cláusula de culpabilidad de la guerra, los enormes pagos de indemnización y las limitaciones impuestas al ejército alemán le parecían especialmente opresivas a la mayoría de los alemanes. Para muchos de ellos, el tratado parecía contradecir el primero de los catorce puntos de Wilson, en el cual se pedía transparencia en las negociaciones de paz y en la diplomacia. La modificación del Tratado de Versalles fue una de las plataformas que les dio una enorme credibilidad a los partidos de extrema derecha de Alemania ante la mayoría de los votantes en las décadas de 1920 y 1930. Entre estos partidos estaba el Partido Nazi de Adolf Hitler.

Las promesas de rearme, de recuperar el territorio alemán, remilitarizar Renania y recuperar el protagonismo europeo y mundial tras la humillante derrota y la paz apelaron al sentimiento ultranacionalista. Estas promesas ayudaron a que los votantes promedio pasaran por alto los principios más radicales de la ideología nazi.

Para 1923, las indemnizaciones y el periodo inflacionista general de Europa en la década de 1920 causaron una espiral de hiperinflación del marco alemán (Reichsmark. Este periodo hiperinflacionista se combinó con los efectos de la Gran Depresión (que comenzó en 1929) para socavar la estabilidad de la economía alemana. Estas condiciones acabaron con los ahorros personales de la clase media y provocaron un desempleo masivo. El caos económico contribuyó al malestar social y a la inestabilidad de la frágil República de Weimar.

La leyenda de la puñalada por la espalda

Por último, los esfuerzos de las potencias europeas occidentales por marginar a Alemania mediante el Tratado de Versalles socavaron y aislaron a los líderes democráticos alemanes.

Una parte de la población general creía que los “criminales de noviembre” —aquellos que habían ayudado a formar el nuevo gobierno de Weimar y a negociar la pazhabían “apuñalado por la espalda” a Alemania. Muchos alemanes “olvidaron” que habían aplaudido la caída del emperador alemán, que inicialmente habían recibido con agrado la reforma democrática parlamentaria y que habían celebrado el armisticio. Solo recordaban que la izquierda alemana —que comúnmente se consideraba que estaba formada por socialistas, comunistas y judíos había entregado el honor alemán a una paz vergonzosa.

Esta Dolchstosslegende (leyenda de la puñalada por la espalda) ayudó a desacreditar a los círculos socialistas y liberales alemanes que estaban más comprometidos con el frágil experimento democrático alemán. Las dificultades causadas por el malestar social y económico después de la Primera Guerra Mundial y su paz socavaron las soluciones democráticas en la Alemania de Weimar.

Los votantes alemanes acabaron por encontrar este tipo de liderazgo en Adolf Hitler y su Partido Nazi.

Consulte El camino hacia el genocidio nazi.

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