Los Estados Unidos y el Holocausto
Durante la Segunda Guerra Mundial, el rescate de judíos y otras personas que estaban en la mira de la Alemania nazi no era prioritario para el gobierno de los Estados Unidos. Tampoco fue siempre claro para los estrategas políticos aliados el modo en que podían llevar a cabo acciones de rescate a gran escala en Europa.
INMIGRACIÓN A LOS ESTADOS UNIDOS EN LA ERA DEL HOLOCAUSTO
Las políticas del Departamento de Estado de los EE.UU. dificultaron a los refugiados la obtención de visas de ingreso. A pesar de la continua persecución de judíos en Alemania, la actitud del Departamento de Estado se vio influenciada por las dificultades económicas de la Depresión, que intensificó las bases del antisemitismo, el aislacionismo y la xenofobia. La cantidad de visas de ingreso se vio aun más limitada por la inflexible aplicación por parte del Departamento de una Ley de Inmigración restringida promulgada por el Congreso de los EE.UU. en 1924. A partir de ese año, los Estados Unidos limitaron mucho más la inmigración al ordenar a los cónsules estadounidenses en el extranjero que demoraran las aprobaciones de visas por razones de seguridad nacional.
No obstante, en 1939 y 1940, un poco más de la mitad de todos los inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos fueron judíos, en su mayoría refugiados provenientes de Europa. En 1941, el 45 % de todos los inmigrantes a los Estados Unidos fueron judíos. Después del ingreso de Estados Unidos a la guerra en diciembre de 1941, el pequeño flujo de inmigración prácticamente se detuvo, justamente cuando el régimen nazi comenzaba sistemáticamente a asesinar a los judíos de Europa. A pesar de los muchos obstáculos, sin embargo, más de 200.000 judíos encontraron refugio en los Estados Unidos desde 1933 a 1945; la gran mayoría antes de finalizar el año 1941.
RESPUESTA DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO DE LOS EE.UU. A LA NOTICIA DE LA “SOLUCIÓN FINAL”
En agosto de 1942, el Departamento de Estado recibió un informe enviado por Gerhart Riegner, el representante en Ginebra del Congreso Judío Mundial (WJC, por sus siglas en inglés). Dicho informe revelaba que los alemanes estaban implementando una política para aniquilar físicamente a los judíos de Europa. Los funcionarios del Departamento se negaron a transmitir el informe a su destinatario, el líder judío estadounidense Stephen Wise, por entonces presidente del Congreso Judío Mundial.
A pesar de la demora del Departamento de Estado en hacer público el exterminio masivo, ese mismo mes Wise recibió el informe a través de canales británicos. Solicitó permiso al Departamento de Estado para dar a conocer su contenido. El subsecretario de Estado Sumner Welles solicitó a Wise que no publicara la información hasta que la misma fuera confirmada por el Departamento de Estado. Wise estuvo de acuerdo y, después de tres meses, el Departamento de Estado le notificó que sus fuentes eran veraces. El 24 de noviembre de 1943, Wise dio una conferencia de prensa para anunciar que la Alemania nazi estaba implementando una política de aniquilación de los judíos europeos. Unas semanas después, el 17 de diciembre, los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros diez gobiernos aliados emitieron una declaración que denunciaba la intención de la Alemania nazi de asesinar a los judíos de Europa. La declaración advirtió a ese país de que sería considerado responsable de estos crímenes.
COBERTURA DE LA PRENSA DE LOS EE.UU. SOBRE LA “SOLUCIÓN FINAL”
Durante la era del Holocausto, la prensa estadounidense no siempre publicó los informes completos de las atrocidades nazis ni les asignó la importancia debida. Por ejemplo, el New York Times, el principal periódico de la nación, generalmente restó importancia al asesinato de judíos en su cobertura de noticias. La prensa estadounidense había denunciado la violencia nazi contra los judíos de Alemania ya en 1933. Dio extensa cobertura a las Leyes de Nuremberg de 1935 y a la legislación antisemita alemana ampliada en 1938 y 1939. La violencia auspiciada por el estado y generalizada a nivel nacional el 9 y 10 de noviembre de 1938, conocida como la Kristallnacht (Noche de los cristales rotos), fue portada de diarios en todos los EE.UU. así como la infame predicción de Hitler expresada en el Reichstag (parlamento alemán) el 30 de enero de 1939, de que una nueva guerra mundial significaría la aniquilación de la “raza” judía.
A medida que se agravaba la magnitud de los actos de violencia contra los judíos en 1939 - 1941, muchos periódicos estadounidenses describían las operaciones de fusilamiento alemanas, primero en Polonia y, más tarde, después de la invasión de la Unión Soviética. La identidad étnica de las víctimas no siempre quedaba aclarada. Algunos informes describían las operaciones alemanas de asesinato masivo con la palabra “exterminio”. Ya el 2 de julio de 1942, el New York Times informó acerca de las operaciones del centro de exterminio de Chelmno, basándose en fuentes de la resistencia polaca. El artículo, sin embargo, apareció en la página 6 del periódico. Si bien la cobertura del New York Times de la declaración de los aliados condenando el exterminio masivo de judíos europeos apareció en la portada, la publicación de la información más específica divulgada por Wise apareció en la página 10, minimizando significativamente su importancia.