Después de la Segunda Guerra Mundial, los tribunales internacionales, nacionales y militares juzgaron a decenas de miles de acusados de crímenes de guerra. El ejemplo más conocido es el juicio de 22 importantes oficiales alemanes acusados de crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad ante el Tribunal Militar Internacional. El juicio se llevó a cabo en Nuremberg, Alemania, del 18 de octubre de 1945 al 1° de octubre de 1946, con jueces de las potencias aliadas (Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Francia). El Tribunal Militar Internacional declaró culpables a 19 de los 22 acusados y absolvió a los otros 3. De ellos, 12 fueron sentenciados a muerte; en ese grupo se encontraban el mariscal Hermann Göring, Hans Frank, Alfred Rosenberg y Julius Streicher. El Tribunal Militar Internacional condenó a tres de acusados culpables a cadena perpetua y sentenció a cuatro más a pasar de 10 a 20 años en prisión. 

Los tribunales militares estadounidenses celebraron otros 12 juicios contra funcionarios alemanes de alto rango en Nuremberg. Estos juicios se conocen de manera colectiva como los juicios posteriores de Nuremberg. Entre los grupos que fueron juzgados se encontraban destacados médicos, miembros de los Einsatzgruppen, miembros de la administración de justicia y del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, así como miembros del alto mando militar y destacados industriales alemanes. En la abrumadora mayoría de los juicios por crímenes de guerra se procesó a funcionarios y oficiales nazis de rangos inferiores. En los años inmediatos a la postguerra, las cuatro potencias aliadas también celebraron juicios en sus zonas de ocupación en Alemania y Austria. Gran parte de nuestros primeros conocimientos sobre el sistema nazi de campos de concentración proviene de las pruebas y los testimonios de los testigos presenciales de estos juicios.

En 1949, Alemania se dividió formalmente en dos países distintos. En las décadas posteriores, tanto la República Federal Alemana (Alemania Occidental) como la República Democrática Alemana (Alemania Oriental) celebraron juicios contra acusados de la época nazi. Muchas naciones que Alemania ocupó durante la Segunda Guerra Mundial o que colaboraron con los alemanes en la persecución de la población civil, especialmente de los judíos, también han celebrado juicios nacionales de postguerra. Polonia, la antigua Checoslovaquia, la Unión Soviética, Hungría, Rumania y Francia, entre otros países, juzgaron a miles de acusados, tanto alemanes como colaboradores locales. En 1961, el juicio de Adolf Eichmann, principal administrador de la deportación de judíos europeos ante un tribunal israelí, capturó la atención mundial. Sin embargo, muchos responsables de la delincuencia de la época nazi nunca han sido procesados ni castigados. La búsqueda de criminales de guerra alemanes y del Eje aún continúa en el siglo XXI. 

Los juicios de la postguerra sentaron importantes precedentes legales. En la actualidad, los tribunales internacionales y nacionales tratan de mantener el principio de que quienes cometen atrocidades en tiempos de guerra deben ser juzgados.