Los negros durante el Holocausto - Fotografía

El destino de las personas de raza negra entre 1933 y 1945 en la Alemania nazi y los territorios bajo ocupación alemana incluyó desde el aislamiento hasta la persecución, la esterilización, los experimentos médicos, la encarcelación, la brutalidad y el asesinato. Sin embargo, no hubo un programa sistemático para su eliminación, como en el caso de los judíos y otros grupos.

Después de la Primera Guerra Mundial, los aliados despojaron a Alemania de sus colonias africanas. El ejército alemán ubicado en África (Schutztruppen), al igual que los misioneros, los burócratas coloniales y los pobladores, regresó a Alemania y se llevó consigo sus actitudes racistas. El Reichstag (parlamento alemán) ordenó la separación de blancos y negros al promulgar una ley en contra de los matrimonios mixtos en las colonias africanas.

Después de la Primera Guerra Mundial y el Tratado de Versalles (1919), los victoriosos aliados ocuparon la región del Rin en Alemania occidental. El uso de tropas coloniales francesas, algunas de las cuales eran negras, en estas fuerzas de ocupación agravó el racismo contra los negros en Alemania. La propaganda racista contra los soldados negros los describía como violadores de mujeres alemanas y portadores de enfermedades venéreas y de otros tipos. A los hijos de los soldados negros y mujeres alemanas se los llamaba “bastardos de la región del Rin”. Los nazis, en ese momento un pequeño movimiento político, los consideraban una amenaza para la pureza de la raza germana. En Mein Kampf (Mi lucha), Hitler dijo que “... fueron los judíos los que trajeron los negros hasta el Rin, con el objetivos evidente de arruinar a la raza blanca por ellos detestada, y con la consecuencia lógica de bastardearla”.

A los niños mulatos alemanes africanos se los marginaba en la sociedad alemana, se los aislaba social y económicamente, y no se les permitía asistir a la universidad. La discriminación racial les prohibía conseguir la mayoría de los trabajos, incluido el servicio en el ejército. Con la llegada de los nazis al poder, se convirtieron en un objetivo de la política racial y demográfica. En 1937, la Gestapo (policía secreta del estado alemán) ya había arrestado en secreto y esterilizado por la fuerza a muchos de ellos. A algunos los sometieron a experimentos médicos; otros “desaparecieron” misteriosamente.

Los corredores Helen Stephens y Jesse Owens, miembros del equipo olímpico estadounidense, en los Juegos Olímpicos de Berlín.

La naturaleza racista del régimen de Adolf Hitler se disimuló brevemente durante las Olimpíadas de Berlín en agosto de 1936, cuando Hitler permitió que 18 atletas afroamericanos compitieran para el equipo de los Estados Unidos. No obstante, el permiso para competir lo concedió el Comité Olímpico Internacional y no el país anfitrión.

Los alemanes africanos adultos también fueron víctimas de esta situación. Tanto antes como después de la Primera Guerra Mundial, muchos africanos llegaron a Alemania como estudiantes, artesanos, artistas, ex combatientes o funcionarios coloniales de bajo rango, como cobradores de impuestos, que habían trabajado para el gobierno colonial del imperio. Hilarius (Lari) Gilges, bailarín profesional, fue asesinado por las SS en 1933, probablemente por ser negro. La esposa alemana de Gilges más tarde recibió de manos de un gobierno alemán de la posguerra una indemnización por este asesinato cometido por los nazis.

Algunos afroamericanos, atrapados en la Europa bajo ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, también fueron víctimas del régimen nazi. Muchos de ellos, como la artista de jazz Valaida Snow, fueron encarcelados en campos de reclusión del Eje para ciudadanos extranjeros. El artista Josef Nassy, que vivía en Bélgica, fue arrestado como extranjero enemigo y retenido durante siete meses en el campo de tránsito de Beverloo en la Bélgica bajo ocupación alemana. Más tarde fue trasladado a Alemania, donde pasó el resto de la guerra en el campo de reclusión de Laufen y su subcampo, Tittmoning, ambos en la Alta Baviera.

Los negros europeos y estadounidenses fueron también recluidos en el sistema de campos de concentración nazi. Lionel Romney, marinero de la Marina Mercante de los Estados Unidos, fue encarcelado en el campo de concentración de Mauthausen. Jean Marcel Nicolas, un ciudadano haitiano, fue encarcelado en los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbau en Alemania. Jean Voste, belga africano, fue encarcelado en el campo de concentración de Dachau. Bayume Mohamed Hussein de Tanganica (actualmente Tanzania) murió en el campo de Sachsenhausen, cerca de Berlín.

Miembros de la 12ª División Blindada, que incluía pelotones de afroamericanos, esperan sus órdenes. 

Los prisioneros de guerra de raza negra debieron padecer la encarcelación ilegal y malos tratos por parte de los nazis, que no cumplieron con las normas impuestas por la Convención de Ginebra (acuerdo internacional sobre la manera de conducir la guerra y el trato a los soldados heridos y capturados). El teniente coronel Darwin Nichols, piloto afroamericano, fue encarcelado en una prisión de la Gestapo en Butzbach. A los soldados negros de los ejércitos estadounidense, francés y británico los hicieron trabajar hasta matarlos en obras de construcción o murieron como resultado del maltrato recibido en campos de concentración o para prisioneros de guerra. A otros ni siquiera los encarcelaron, sino que las SS o la Gestapo los mató de inmediato.

Algunos miembros afroamericanos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos fueron liberadores y testigos de las atrocidades cometidas por los nazis. El 761.° Batallón de Tanques (unidad de tanques compuesta en su totalidad por afroamericanos), anexado a la 71.° División de Infantería, Tercer Ejército de los Estados Unidos, bajo el mando del General George Patton, participó en la liberación de Gunskirchen, un subcampo del campo de concentración de Mauthausen, en mayo de 1945.