En 1939, el hermano de Gerda fue deportado para realizar trabajos forzados. En junio de 1942, la familia de Gerda fue deportada del ghetto de Bielsko. Mientras que sus padres fueron enviados a Auschwitz, a Gerda la enviaron al sistema de campos de Gross-Rosen, donde realizó trabajos forzados en fábricas textiles durante el resto de la guerra. Gerda fue liberada después de una marcha de la muerte, con las botas para esquiar que su padre había insistido que le ayudarían a sobrevivir. Se casó con su liberador estadounidense.
Paula era una de cuatro hijos nacidos a una familia judía religiosa en Lodz, una ciudad industrial con una gran población judía. De niña, Paula asistía a la escuela publica y recibía en su casa enseñanza particular sobre la religión judía tres veces por semana. Su padre era dueño de una mueblería.
1933-39: Mis hermanos, hermanas y yo pasábamos mucho tiempo en el club de nuestro grupo sionista, Gordonia. Este grupo creía en valores humanísticos, en el trabajo propio, y en crear una patria judía en Palestina [el Yishuv]. Me gustaba trabajar con las manos y tejía mucho croché y cosía. En septiembre de 1939, cuando estaba en la secundaria, mis estudios se terminaron cuando Alemania invadió Polonia y tomaron Lodz el 8 de septiembre.
1940-44: Al inicio de 1940, nuestra familia fue forzada a vivir en el ghetto de Lodz, donde fuimos asignados un cuarto para nosotros seis. La comida era el problema principal. En la fabrica de ropa de mujeres donde trabajaba, por lo menos recibía un poco de sopa para el almuerzo. Pero necesitábamos desesperadamente encontrar más comida para mi hermanito, que estaba muy enfermo y tenía hemorragia interna. Desde la ventana de la fabrica, veía un campo de papas. Sabiendo que si me agarraban, me fusilarían, me escapé una noche al campo, desenterré todas las papas que pude, y corrí a casa.
En 1944, Paula fue deportada a Bremen, Alemania, para realizar trabajos forzados. Fue liberada en el campo de Bergen-Belsen en 1945. Después de la guerra, emigró a los Estados Unidos.
Idzia era la mayor de dos hijas nacidas de padres judíos que vivían a 35 millas (56 km) al este de Varsovia, en el pueblito predominantemente judío de Kaluszyn. El padre de Idzia era propietario de una licorería y la madre era ama de casa. Idzia era muy amiga de un grupo de adolescentes judíos que iban a la misma escuela pública y pasaban buena parte de su tiempo libre y sus vacaciones juntos.
1933-39: Normalmente, salgo con mis amigos durante las noches agradables de verano. Nos gusta pasear por la calle principal e ir a la tienda de dulces. A veces vamos a la escuela, que de noche está abierta para actividades recreativas, y jugamos al dominó o a las damas. Pero ahora, todos tienen miedo de que estalle la guerra y se quedan en su casa. Cada día hay más noticias sobre tiroteos en la frontera entre fuerzas polacas y alemanas.
1940-42: Los alemanes han ocupado Kaluszyn. Bajo las órdenes alemanas, el alcalde del pueblo ha elegido a un consejo judío en el que se encuentran mi padre y el padre de mi amigo Majlich. Ellos, a su vez, eligieron a Majlich, a mí y a otros adultos jóvenes para trabajar en el comité sanitario judío. Uno de mis trabajos es llevar a las mujeres a las únicas instalaciones sanitarias judías que quedan en el pueblo para que puedan asearse. Ya hemos visto varios casos de tifus transmitido por piojos y estamos tratando de limitar la propagación de esta enfermedad mortal.
En septiembre de 1942, los padres de Idzia y otros 3.000 judíos fueron deportados a un campo de exterminio. En diciembre de ese mismo año, Idzia, que entonces tenía 22 años, fue deportada al mismo campo donde murió.
El pueblo en Lituania donde creció David estaba ubicada cerca de la frontera con Latvia. Su padre era un buhonero. A los seis años, David fue mandado a Ukmerge, un pueblo conocido por los judíos por su nombre ruso, Vilkomir, para estudiar textos judíos tradicionales en la academia rabínica ahí. Seis años después, David fue llamado para volver a la casa para dirigir la familia Selznik porque su padre había muerto.
1933-39: Perdí mi trabajo en 1933, entonces me fui de Lituania y fui a los Estados Unidos y luego a Portugal. Pero en 1936 los países bálticos estaban vulnerables a Stalin y Hitler y decidí volver a casa para ayudar a mi madre y hermanas, que se habían mudado a Kovno. La amenaza de la guerra se asomaba pero los judíos no se podían ir. A través de contactos de negocio encontré un trabajo en un negocio minorista de productos de oficina.
1940-44: En el verano de 1941 los alemanes ocuparon Kovno y nos forzaron a vivir en un ghetto. Las condiciones empeoraron en 1943. El asesinato de judíos en el ghetto aumentó en marzo de 1944. Vi algunos ucranianos y lituanos ayudando los nazis. Miré mientras se llevaban niños al ultimo piso de un edificio y los soltaban desde la ventana a un guardia que estaba parado en la calle. Él los levantaba y golpeaba las cabezas contra la pared hasta que cada niño estaba muerto.
En 1944 David huyó de un transporte mientras salía del ghetto y se escondió en un bosque cercano por tres semanas hasta que la área fue liberada. Emigró a los Estados Unidos en 1949.
De joven, Beno se valió de su dominio de idiomas extranjeros para conseguir papeles pequeños en películas. Él y su familia fueron deportados al ghetto de Lodz, donde luchaban día a día para conseguir alimento. En la clandestinidad, Beno se hizo experto en descarrilar trenes. La familia fue enviada a Auschwitz y separada. Salvo Beno y una hermana a quien encontró después de la guerra, todos los integrantes de la familia murieron. Beno sobrevivió a una serie de campos y más tarde ayudó a rastrear criminales de guerra.
Zofia Burowska (Chorowicz) donó esta muñeca, que es de los años treinta, al Museo del Holocausto de los Estados Unidos. Los padres de Zofia le dieron esta muñeca antes de la guerra y la mantuvo con ella en los ghettos de Wolbrum y Cracovia en Polonia. La familia de Zofia dejó la muñeca y otros artículos al cuidado de amigos no judíos. Zofia fue deportada a un campo de trabajos forzados para judíos cerca de Cracovia, luego al campo de Skarzysko-Kamienna (también en Polonia) y después al campo de concentración de Buchenwald en Alemania, donde fue liberada. Después de la guerra, volvió a Cracovia y retiró su muñeca.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes establecieron ghettos principalmente en Europa Oriental (entre 1939 y 1942) y también en Hungría (en 1944). Estos ghettos eran distritos cerrados ubicados dentro de una ciudad, donde los alemanes obligaban a vivir a la población judía en condiciones miserables. Los alemanes consideraban la creación de los ghettos judíos como una medida provisional para controlar, aislar y segregar a los judíos. A comienzos de 1942, después de que tomaran la decisión de asesinar a los judíos, los alemanes destruyeron de forma sistemática los ghettos y deportaron a los judíos a los campos de exterminio donde fueron asesinados.
La vida en los ghettos por lo general era insoportable. El hacinamiento era común. En un apartamento podían vivir varias familias. Cuando las cañerías se rompían, los desechos humanos eran tirados a las calles junto con la basura. En viviendas tan carentes de espacio e higiene, las enfermedades contagiosas se propagaban con rapidez. La gente siempre tenía hambre. Los alemanes deliberadamente trataban de hacer pasar hambre a los residentes permitiéndoles comprar solamente una pequeña cantidad de pan, papas y grasa. Algunos residentes tenían algo de dinero u objetos de valor que podían cambiar por comida ingresada de contrabando al ghetto; otros se veían forzados a mendigar o a robar para sobrevivir. Durante los largos inviernos, el combustible para calefacción era escaso y mucha gente carecía de ropa adecuada. La gente, debilitada por el hambre y la exposición al frío, se enfermaba fácilmente. Decenas de miles murieron en los ghettos por enfermedad, inanición o frío. Para escaparse de una vida sin esperanza, algunas personas se suicidaron.
Todos los días había niños que quedaban huérfanos y muchos tenían que cuidar a niños aún menores. Los huérfanos solían vivir en las calles, mendigando mendrugos de pan a otros que tenían poco o nada para compartir. Muchos murieron congelados en el invierno.
Para sobrevivir, los niños tenían que ser ingeniosos y volverse útiles. Los niñitos del ghetto de Varsovia a veces ayudaban a llevar comida de contrabando para sus familias y amigos, al pasar gateando a través de pequeñas aberturas que había en la pared del ghetto. Eso implicaba un gran riesgo, ya que los contrabandistas que eran capturados eran sometidos a castigos severos.
Muchos jóvenes trataron de continuar su educación asistiendo a clases organizadas por los adultos de numerosos ghettos. Como esas clases por lo general se daban en secreto, en rebeldía a los nazis, los alumnos aprendían a ocultar los libros bajo la ropa cuando era necesario para evitar ser atrapados.
Pese a que el sufrimiento y la muerte los rodeaba, los niños no dejaban de jugar con juguetes. Algunos tenían muñecas o camiones muy queridos que llevaron al ghetto. Los niños también fabricaban juguetes, usando cualquier trozo de tela y madera que encontraran. En el ghetto de Lodz, los niños convertían la parte de arriba de las cajas vacías de cigarrillos en naipes.
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