La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados calcula que para mediados de 2022, más de 84 millones de personas habían sido desplazadas por la fuerza de sus hogares1 . Unos 27 millones de ellos son refugiados. El resto permanece desplazado dentro de las fronteras de sus propios países como desplazados internos, no tienen ciudadanía oficial de ningún país o están esperando a que otro país procese sus solicitudes de asilo. A nivel mundial, más del 40% de las personas desplazadas tiene menos de 18 años de edad.

A mediados de 2022, las personas que han huído de tres países —Siria, Birmania y Sudán del Sur— representan más de la tercera parte de todos los refugiados. Además, en años recientes, grandes cantidades de desplazados han huido de crisis causadas por atrocidades en la República Centroafricana, la República Democrática del Congo e Irak, entre otros. La crisis de refugiados causada por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 generó más de 3.6 millones de refugiados en un solo mes2 .

Refugiados, crímenes contra la humanidad y genocidio

Los episodios de crímenes a gran escala contra la humanidad y los genocidios, como se evidencia en los casos de Siria, Birmania e Irak, han desatado muchas de las crisis de refugiados a gran escala del mundo.

Desde el levantamiento y estallido de la guerra civil en Siria en 2011, más de la mitad de toda la población de ese país ha sido desplazada de su hogar. Más de 6.6 millones de personas han huido del país en medio de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad como persecución, tortura, desapariciones forzadas y asesinatos. Estos crímenes han sido cometidos por el régimen sirio, así como por fuerzas extremistas como el autoproclamado Estado Islámico (ISIS). Además de los millones de refugiados, más de 6 millones de personas han sido desplazadas dentro de Siria3 .

En Birmania, más de 700,000 miembros de la minoría musulmana rohingya han huido a la vecina Bangladés desde agosto de 2017. Ahí viven en campamentos atestados4 . En diciembre de 2018, el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos determinó que había pruebas convincentes de que en Birmania se había cometido genocidio contra los rohingya. En marzo de 2022, el Secretario de Estado de Estados Unidos confirmó formalmente este hallazgo.

Cientos de miles de iraquíes huyeron de la campaña de persecución religiosa y asesinatos masivos que lanzó el autoproclamado Estado Islámico en el norte de Irak en 20145 . En noviembre de 2015, el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos publicó hallazgos que confirman que el autoproclamado Estado Islámico había cometido genocidio contra los yazidíes y crímenes generalizados contra la humanidad contra otras comunidades religiosas, tanto cristianas como musulmanas.

Los refugiados y las protecciones internacionales

Los principales campos para los refugiados judíos, 1945-1946

En el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional se enfrentó a una situación de cientos de miles de personas desplazadas. Tras reconocer su fracaso moral al no ayudar a los judíos y a otras personas que huyeron de la persecución nazi antes de la guerra, los dirigentes de todo el mundo establecieron importantes compromisos para ayudar y proteger a los refugiados.

En 1948, la Organización de Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta declaración reconoce el derecho de todas las personas a solicitar y obtener asilo en caso de persecución. A finales de la década de 1950, la ONU estableció la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), también conocida como Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. Los estados miembros de la ONU también adoptaron la Convención respecto a la Situación de los Refugiados en 1951. La Convención de los Refugiados establece la obligación internacional básica de no regresar a nadie a su país cuando su vida o su libertad pueden estar amenazadas. En 1968, Estados Unidos se adhirió a un nuevo apéndice o protocolo de la Convención de los Refugiados. Los derechos y las responsabilidades delineadas en la convención de 1951 se relacionaban con la situación de los refugiados en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, pero el nuevo protocolo de 1967 expandió formalmente las protecciones legales internacionales para los refugiados de otros conflictos fuera de Europa, así como más allá del período inmediato a la posguerra6 .

La Convención de los Refugiados define a los refugiados como personas en las siguientes situaciones: 

  1. Están fuera de su país natal o del país de su residencia habitual. 
  2. No pueden regresar a su país ni pedir su protección por temor a ser perseguidas a causa de su “raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado u opiniones políticas”7

La convención otorga a los refugiados una amplia gama de protecciones legales conforme al derecho internacional. Estas incluyen la libertad de asociación, el derecho a compensaciones legales y la protección contra la discriminación.

Estos compromisos históricos establecieron que las aflicciones de los refugiados son responsabilidad de la comunidad internacional y continúan dando forma a las políticas hasta la actualidad.

Personas desplazadas internamente

No todas las personas desplazadas por la fuerza de su hogar son refugiados conforme al derecho internacional. Las personas desplazadas internamente son aquellas que han huido de sus hogares, quizás por las mismas razones que los refugiados, pero que no han salido del país en el que han estado viviendo. Conforme al derecho internacional, las personas desplazadas internamente están técnicamente bajo la protección de sus propios gobiernos, aunque esos gobiernos hayan sido los responsables de su desplazamiento.

Hacia mediados de 2021, más de 48 millones de personas estaban clasificadas como desplazadas internamente. Las personas que cruzan una frontera internacional para escapar de la miseria económica o de los desastres naturales como inundaciones, terremotos y sequías tampoco pueden calificarse como refugiados. En consecuencia, esas personas no reciben las mismas protecciones legales que los refugiados.

El impacto global de la crisis de los refugiados

La actual crisis de refugiados es producto de conflictos que involucran atrocidades masivas y violaciones a los derechos humanos. La enorme mayoría de los refugiados actuales está en países que colindan con el suyo. Por ejemplo, el 85% de los refugiados sirios registrados en 2021 todavía se encontraba en los países vecinos de Turquía, Líbano, Jordania e Irak. Tan solo Líbano, que en 2011 tenía 4.3 millones de habitantes, recibió a 1.5 millones de refugiados sirios. Desarraigados de sus hogares, de sus comunidades y de su cultura —y en muchos casos traumatizados por sus experiencias—, algunos refugiados también tratan de irse a países más distantes donde esperan tener la oportunidad de llevar vidas productivas y a salvo.

Estos enormes flujos de refugiados generan graves tensiones en los recursos de los países que los acogen. Además, la llegada de grandes cantidades de refugiados puede generar tensiones nacionales y regionales que podrían tener consecuencias de largo alcance. En la última década, la llegada de refugiados a Europa y una cantidad cada vez mayor de inmigrantes ha contribuido al apoyo a grupos de extrema derecha y al auge del racismo y la xenofobia.

El sistema de protecciones internacionales para los refugiados es una consecuencia positiva de que el mundo haya reconocido que no protegió a los judíos y a otros grupos que habían huido de la persecución nazi. La escala actual de la crisis mundial de los refugiados, sin embargo, es un sombrío recordatorio de que mientras continúen los conflictos violentos y los crímenes atroces, gran cantidad de personas seguirá huyendo en busca de seguridad.