Family members say goodbye to a child through a fence at the ghetto's central prison where children, the sick, and the elderly were ...

Los niños durante el Holocausto

Los niños fueron especialmente vulnerables a la persecución de los nazis. A algunos los atacaban por supuestos motivos raciales, como en el caso de los jovencitos judíos; a otros, por razones biológicas, como en el caso de los pacientes con discapacidades físicas o mentales, o debido a su supuesta resistencia o actividades políticas. La Alemania nazi y sus colaboradores asesinaron aproximadamente a 1,5 millones de niños, de los cuales como 1 millón eran judíos.

Hechos clave

  • 1

    Los nazis no se concentraron en los niños específicamente porque fueran niños, sino debido a su supuesta pertenencia a grupos raciales, biológicos o políticos peligrosos.

  • 2

    Junto con los adultos mayores, los niños tenían la tasa más baja de supervivencia en los campos de concentración y de exterminio. Las personas de más de 50 años de edad, las mujeres embarazadas y los niños pequeños eran enviados de inmediato a las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau y de otros centros de exterminio.

  • 3

    Sin embargo, miles de niños judíos sobrevivieron, muchos de ellos porque estaban ocultos. Estos jovencitos disfrazaban su identidad, y con frecuencia permanecían físicamente ocultos del mundo exterior; enfrentaban un constante temor, dilemas y peligro.

Los niños fueron especialmente vulnerables en la era del Holocausto.

Los nazis justificaban el asesinato de niños de grupos “indeseables” o “peligrosos” como parte de la “lucha racial” o como una medida de seguridad preventiva. Los alemanes y sus colaboradores mataban a los niños por estas razones ideológicas, y en represalia por ataques partisanos reales o supuestos.

Los alemanes y sus colaboradores asesinaron aproximadamente a 1,5 millones de niños. Esta cantidad incluye a más de un millón de niños judíos y a decenas de miles de niños romaníes (gitanos), niños alemanes con discapacidades físicas y mentales que vivían en instituciones, niños polacos y niños que vivían en la Unión Soviética ocupada. Algunos adolescentes judíos y no judíos (de 13 a 18 años de edad) tenían más probabilidades de sobrevivir, ya que los podían usar para trabajos forzados.

El destino de los niños judíos y no judíos se puede categorizar de las siguientes formas:

  • Niños que fueron asesinados al llegar, en centros de exterminio.
  • Niños que fueron asesinados inmediatamente después de nacer o en instituciones.
  • Niños nacidos en guetos y campos, que sobrevivieron porque los prisioneros los ocultaron
  • Niños, normalmente de más de 12 años, que fueron utilizados como trabajadores y como sujetos de experimentos médicos
  • Niños que fueron asesinados durante operaciones de represalias o de las llamadas operaciones partisanas.

En los guetos

En los guetos, los niños judíos morían de hambre, exposición a los elementos, y por falta de ropa y refugio adecuados. Las autoridades alemanas eran indiferentes a esta matanza masiva; consideraban que la mayoría de los niños más jóvenes de los guetos no eran productivos, y por lo tanto eran “comedores inútiles”. Debido a que por lo general los niños eran demasiado jóvenes para usarlos en trabajos forzados, las autoridades alemanas los seleccionaron a ellos, a los ancianos y a los discapacitados para las primeras deportaciones a los centros de exterminio, o como las primeras víctimas que llevaron a las fosas comunes para fusilarlos.

Estos camiones no presagian nada bueno, en especial para la niñita. 
—Brigitte Friedmann Altman

La Segunda Guerra Mundial empezó en septiembre de 1939. Brigitte y su familia se mudaron a Kovno esperando poder obtener visas y pasaportes para viajar a Norte América. En julio de 1941, Brigitte y su familia fueron forzados a mudarse al gueto de Kovno después que los alemanes ocuparon Lituania. La familia de Brigitte sobrevivió la "Acción Grande", pero su madre murió de enfermedad en el gueto. Después de una redada dirigida a niños en marzo de 1944, Brigitte se escapó del gueto con la ayuda de un ex-empleado de su padre. Las fuerzas soviéticas liberaron Kovno en agosto de 1944.

Solo después fue que descubrí que mi madre había salido del gueto y había vendido un anillo de diamantes y perlas para comprarme una naranja. Ese fue el último regalo de cumpleaños de parte de mis padres.
—Gerda Weissmann Klein

En 1939, el hermano de Gerda fue deportado para realizar trabajos forzados. En junio de 1942, la familia de Gerda fue deportada del ghetto de Bielsko. Mientras que sus padres fueron enviados a Auschwitz, a Gerda la enviaron al sistema de campos de Gross-Rosen, donde realizó trabajos forzados en fábricas textiles durante el resto de la guerra. Gerda fue liberada después de una marcha de la muerte, con las botas para esquiar que su padre había insistido que le ayudarían a sobrevivir. Se casó con su liberador estadounidense.

Créditos:
  • US Holocaust Memorial Museum Collection

En los centros de exterminio

Cuando los niños llegaban a Auschwitz-Birkenau y a otros centros de exterminio, las autoridades enviaban a la mayoría directamente a las cámaras de gas. En la Polonia y la Unión Soviética ocupadas por Alemania, las SS y las fuerzas de la policía fusilaron a miles de niños a la orilla de las fosas comunes.

A veces, la selección de los niños para llenar los primeros transportes a los centros de exterminio o para proporcionar a las víctimas de las operaciones de tiroteo, fue resultado de las angustiantes y controversiales decisiones de los directivos del Consejo Judío (Judenrat). La decisión de deportar a los niños al centro de exterminio de Chelmno, que tomó el Judenrat de Lodz, representa un ejemplo de las trágicas decisiones que tomaron los adultos al enfrentar las exigencias de los alemanes. Sin embargo, Janusz Korczak, director de un orfanatorio del gueto de Varsovia, se rehusó a abandonar a los niños que tenía a su cuidado cuando estos fueron seleccionados para la deportación. Los acompañó durante el transporte al centro de exterminio de Treblinka y hasta las cámaras de gas, donde compartió su destino.

Niños no judíos

Los niños no judíos de ciertos grupos específicos tampoco se salvaron. Algunos ejemplos incluyen a los niños romaníes (gitanos) que murieron en Auschwitz, de 5.000 a 7.000 niños que murieron como víctimas del programa de eutanasia, los niños que fueron asesinados en represalias, incluida la mayoría de los niños de Lidice, y los niños de las villas ocupadas de la Unión Soviética que fueron asesinados con sus padres.

En campos de concentración y de tránsito

Deportation of Jewish children from the Lodz ghetto, Poland, during the "Gehsperre" Aktion, September 1942.

Deportación de niños judíos de un orfanato. El ghetto de Lodz, Polonia, durante la "Gehsperre Aktion", 5 al 12 de septiembre de 1942.

Créditos:
  • US Holocaust Memorial Museum, courtesy of Jacob Igra

Las autoridades alemanas también encarcelaron a una cantidad de niños en campos de concentración y de tránsito. Los médicos y los investigadores médicos de las SS utilizaron a ciertas cantidades de niños, incluidos gemelos, en los campos de concentración para practicar experimentos médicos que con frecuencia les provocaban la muerte. Las autoridades de los campos de concentración enviaban a los adolescentes, en particular a los adolescentes judíos, a trabajos forzados en los campos de concentración, donde muchos murieron debido a las condiciones existentes.

Las autoridades alemanas mantuvieron a otros niños bajo condiciones atroces en los campos de tránsito, incluida a Ana Frank y a su hermana en Bergen-Belsen, así como a niños huérfanos no judíos cuyos padres habían sido asesinados por las unidades militares y de la policía alemana en las denominadas operaciones antipartisanas. Algunos de estos huérfanos se mantuvieron temporalmente en el campo de concentración de Lublin/Majdanek y en otros campos de detención.

En la Polonia y la Unión Soviética ocupadas

En su “búsqueda por recuperar la ‘sangre aria’”, los expertos en razas de las SS ordenaron que cientos de niños de la Polonia y la Unión Soviética ocupadas fueran secuestrados y transferidos al Reich. Los niños serían adoptados por familias alemanas racialmente adecuadas. Aunque la base de estas decisiones era la “ciencia de las razas”, con frecuencia el cabello rubio, los ojos azules o la piel blanca eran suficientes para ameritar la “oportunidad” de “germanizarse”.

Los “expertos en razas” también determinaban si los niños tenían suficiente sangre alemana. Esto ocurría en situaciones en que las civiles polacas y soviéticas que habían sido deportadas a Alemania para trabajos forzados quedaban embarazadas después de tener relaciones sexuales (con frecuencia bajo coacción) con algún alemán. Si los “expertos en razas” determinaban que la criatura no tendría suficiente sangre alemana, forzaban a las mujeres a practicarse abortos o a tener a los hijos en condiciones que garantizaran la muerte del bebé.

Resistencia y rescate

Tuve mucha suerte, y de vez en cuando traía una rebanada de pan, traía una zanahoria o una papa, o un huevo, y estos eran logros bien, bien grandes. Mi madre me hizo prometerle que no volvería a hacerlo, pero yo la desobedecí.
—Charlene Schiff

Los padres de Charlene eran líderes de su comunidad judía, y la familia participaba activamente en la comunidad. El padre de Charlene era profesor de filosofía en la universidad nacional de Lvov. La Segunda Guerra Mundial empezó con la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939. El pueblo de Charlene estaba en la parte de Polonia oriental que fue ocupada por la Unión Soviética como consecuencia del pacto entre Alemania y la Unión Soviética de agosto de 1939. Bajo la ocupación soviética, la familia se quedó en la casa y el padre de Charlene continuó enseñando. Los alemanes invadieron la Unión Soviética en junio de 1941, y arrestaron al padre de Charlene después de ocupar Horochow. Charlene no lo volvió a ver jamás. Charlene, su madre y su hermana fueron internadas en un gueto que habían creado los alemanes en Horochow. En 1942, Charlene y su madre huyeron del gueto después de oír rumores que los alemanes estaban por destruirlo. Su hermana intentó escaparse por su lado, pero desapareció y nunca nadie escuchó nada más de ella. Charlene y su madre se escondieron por varios días debajo de unas plantas al borde del río, y evitaron ser descubiertas sumergiéndose en el agua cuando alguien se acercaba. Un día, Charlene se despertó y descubrió que su madre había desaparecido. Charlene sobrevivió sola en los bosques cerca de Horochow, y fue liberada por las tropas soviéticas. Eventualmente emigró a los Estados Unidos.

Créditos:
  • US Holocaust Memorial Museum Collection

A pesar de su vulnerabilidad extrema, algunos niños descubrieron formas de sobrevivir. Los niños contrabandeaban alimentos y medicamentos a los guetos, después de sacar de contrabando sus posesiones personales para intercambiarlas. Posteriormente, los niños de movimientos juveniles participaron en actividades de resistencia Muchos niños escaparon con sus padres u otros familiares, y a veces por sí solos, a campos de familias administrados por partisanos judíos.

Kindertransport (el transporte de los niños) fue el nombre informal de un esfuerzo de rescate que se llevó a cabo entre 1938 y 1940, que permitió llevar a miles de niños judíos refugiados (sin sus padres) a una vida segura en Gran Bretaña, después de escapar de la Alemania nazi y de los territorios ocupados por los alemanes.

Algunas personas no judías ocultaron a niños judíos y a veces, como en el caso de Ana Frank, también ocultaron a otros familiares. En Francia, casi toda la población protestante de Le Chambon-sur-Lignon, así como muchos sacerdotes, monjas y laicos católicos, ocultaron a niños judíos en esa localidad de 1942 a 1944. Muchos niños sobrevivieron ocultos en Italia y Bélgica.

Después de la guerra

Después de la capitulación de la Alemania nazi, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, los refugiados y las personas desplazadas buscaron a los niños perdidos por toda Europa. Miles de niños huérfanos se encontraban en campos para personas desplazadas. Muchos niños judíos sobrevivientes huyeron de Europa Oriental como parte del éxodo masivo (Brihah) a las zonas occidentales de la Alemania ocupada, en camino al Yishuv (el asentamiento judío de Palestina). A través de la Aliyah para Jóvenes (migración para jóvenes), miles emigraron al Yishuv, y luego al estado de Israel cuando se fundó en 1948.

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