Una pareja homosexual. Berlín, Alemania, hacia 1930.

El régimen nazi llevó a cabo una campaña contra la homosexualidad masculina de 1933 a 1945. En esta campaña se persiguió a los hombres que tenían relaciones sexuales con otros hombres. No está claro cuántos de esos hombres se identificaban como gays en privado o en público, ni si formaban parte de las comunidades y redes de gays que se establecieron en Alemania antes de que los nazis subieran al poder. 

A partir de 1933, el régimen nazi acosó a esas comunidades y las desmanteló. También arrestaron a gran cantidad de hombres gays de conformidad con el párrafo 175, el estatuto del código penal alemán que prohibía las relaciones sexuales entre hombres. Durante el período nazi, la policía arrestó a unos 100,000 hombres porque supuestamente violaron este estatuto. Aproximadamente cincuenta por ciento de estos hombres fueron declarados culpables. En algunos casos, esto llevó a su encarcelamiento en campos de concentración.

Es importante señalar que no todos los hombres arrestados y condenados de conformidad con el párrafo 175 se identificaban como gays. Sin embargo, cualquier hombre que tuviera relaciones sexuales con otro corría el riesgo de ser arrestado en la Alemania nazi, sin importar la forma en que él mismo entendía su sexualidad. 

Identificarse como gay nunca estuvo penalizado explícitamente en Alemania. Sin embargo, la campaña nazi contra la homosexualidad y la estricta aplicación del párrafo 175 por parte de los nazis hizo que la vida en la Alemania nazi fuera peligrosa para los gays. 

Los hombres gays en Alemania no eran un grupo monolítico, y el régimen nazi no los veía de esa forma. Ser gay podía ser causa de persecución, y con frecuencia resultaba en eso. Sin embargo, hubo otros factores que moldearon la vida de los gays durante la era nazi. Entre ellos estaban la supuesta identidad racial, las actitudes políticas, la clase social y las expectativas culturales sobre la forma en que debían comportarse los hombres y las mujeres (es decir, las normas de género). Esta diversidad significó que los hombres gays tuvieron una gran variedad de experiencias en la Alemania nazi. Por ejemplo, los hombres gays que participaban en movimientos políticos antinazis corrían el riesgo de ser arrestados como opositores políticos. Los judíos gays se enfrentaron a la persecución nazi y al asesinato masivo por ser judíos. 

Los hombres gays en Alemania alrededor de 1900

Ya desde la segunda mitad del siglo XIX había en Alemania indicios de comunidades gays incipientes y en crecimiento. En esta época, la naturaleza de la sexualidad humana se convirtió en un área de investigación científica, así como de debate en Europa y Estados Unidos. Alemania estaba a la vanguardia de este acontecimiento, sobre todo por los debates respecto al párrafo 175, el estatuto del código penal alemán que prohibía las relaciones sexuales entre hombres. Fue promulgado en 1871, después de la unificación del Imperio Alemán y la codificación del derecho alemán. 

Las condiciones políticas y sociales en la Alemania del siglo XIX permitieron que la gente hiciera campañas públicas en favor de la despenalización de las relaciones sexuales entre hombres y de la derogación del párrafo 175. Con el tiempo, los activistas empezaron a organizarse en grupos dedicados a la despenalización. Además de adherirse a estos grupos, los hombres que se sentían atraídos hacia otros hombres también empezaron a socializar en bares y otros lugares de reunión. Estos esfuerzos ayudaron a los hombres a relacionarse con otros y a formar las primeras redes y comunidades. 

Fue en este contexto que algunos alemanes que se sentían atraídos a otros hombres empezaron a describirse con un nuevo vocabulario. Además del viejo término coloquial “warmer Bruder” (hermano cálido), algunos hombres se describían usando palabras nuevas. Entre estos términos estaban “gleichgeschlechtlich” (orientado hacia el mismo sexo) y “homosexuell” (homosexual). Este último término data de 1869, cuando en un panfleto que abogaba por la despenalización de las relaciones sexuales entre hombres se usó “Homosexualität” (homosexualidad). Hubo también otros términos que usaron los defensores de la reforma, como “Urning” (uraniano) o “dritten Geschlecht” (del tercer sexo). Entre ciertos grupos también se popularizó una nueva palabra del lenguaje coloquial, “schwul” (que suele traducirse como “gay” a otros idiomas). 

En la actualidad, los términos “Homosexualität” y “homosexuell” suelen considerarse despectivos. En esa época, sin embargo, se volvieron de uso común en Alemania y en otras partes. Estas nuevas palabras alemanas se adoptaron tanto en inglés como en francés. Con el tiempo, se volvieron parte del léxico internacional de la sexualidad. Aunque ya no son tan aceptadas, estas palabras alemanas fueron los primeros intentos por describir la orientación sexual. A finales del siglo XX y principios del XXI, las comunidades LGBTQ+ han desarrollado y refutado esta terminología. 

Los hombres gays durante la República de Weimar (1918-1933) 

Las comunidades y redes de gays en Alemania siguieron creciendo y desarrollándose durante la República de Weimar (1918-1933). Este fue un momento de agitación política y penurias económicas, pero también de libertad cultural y artística. Como parte de las transformaciones culturales y sociales de la época, los alemanes empezaron a desafiar públicamente las normas sexuales y de género. El sexo y la sexualidad se volvieron temas de debate en la política y la cultura. Esto ocurrió principalmente en las grandes ciudades, como Berlín, Colonia, Hamburgo y Frankfurt am Main.  

El sexo y la sexualidad en la República de Weimar

Muchos alemanes recibieron con agrado el nuevo clima social, político y cultural menos restrictivo de la República de Weimar. Muchos gays adoptaron esta nueva cultura. Algunos grupos abogaron de manera más abierta y activa en favor de la despenalización de las relaciones sexuales entre hombres. Entre ellos estuvo el Comité Científico Humanitario (Wissenschaftlich-humanitäres Komitee, WhK, establecido en 1897) y la Liga por los Derechos Humanos (Bund für Menschenrecht, BfM, establecida en la década de 1920). Esos grupos cooperaron con otros grupos de tendencias reformistas que abogaban por modificar el enfoque jurídico respecto a la prostitución, el control de la natalidad y el aborto. 

Pero no todos los grupos que abogaban por la despenalización tenían la misma perspectiva política. Por ejemplo, Magnus Hirschfeld, médico e investigador sexual judío alemán, fundó el Instituto de Ciencia Sexual (Institut für Sexualwissenschaft) de renombre internacional, en Berlín en 1919. Hirschfeld era pacifista e izquierdista, y su instituto tendía a atraer a personas que eran también de centro izquierda. El instituto efectuaba estudios científicos pioneros y ofrecía educación pública sobre la sexualidad humana. También ofrecía diversos servicios relacionados con el sexo, como el control de la natalidad y orientación matrimonial. 

En cambio, la red de gays que se formó en torno del escritor Adolf Brand y su organización, Gemeinschaft der Eigenen (La comunidad de las almas gemelas) adoptó un enfoque diferente. Con el tiempo, la organización de Brand se volvió más derechista y nacionalista. Brand y Hirschfeld estaban de acuerdo en el tema de la despenalización. Ambos promovían también el debate público sobre la sexualidad. Sin embargo, disentían en cuestiones conceptuales y políticas respecto al género y al nacionalismo. 

No todos los alemanes veían con buenos ojos las discusiones públicas sobre el sexo. Asimismo, no todos aceptaban la agenda de reformas. Muchas personas consideraban que estas discusiones eran parte de las tendencias decadentes, inmorales y demasiado permisivas que pensaban que caracterizaban la cultura de Weimar. Les perturbaba la creciente visibilidad del sexo en la publicidad, el cine y otros aspectos de la vida diaria. Diversos grupos políticos de derecha y del centro, así como organizaciones religiosas convencionales, trataban de promover su propia versión de la cultura alemana. Esta versión estaba arraigada en la música y la literatura tradicionales, en la religión y en la familia. En algunos casos, estos grupos culpaban a los judíos y a los comunistas de corromper la cultura alemana. Por ejemplo, a Hirschfeld lo atacaron muchos de estos grupos debido a sus conversaciones abiertas sobre la sexualidad, su origen judío y sus opiniones políticas izquierdistas.

Comunidades y redes de gays en la República de Weimar 

Fue en la atmósfera de Weimar, relativamente liberadora, donde las comunidades y redes de gays crecieron y se desarrollaron sin precedentes. Había más hombres en Alemania que decidieron vivir abiertamente como gays. Algunos se afiliaron a “ligas de amistad” (Freundschaftsverbände), grupos que organizaban política y socialmente a los gays, las lesbianas y otros. Los hombres gays se encontraban en lugares de reunión como los bares que atendían a la clientela gay. El más famoso de ellos era Eldorado de Berlín. 

Hubo periódicos y revistas gays, como Die Freundschaft (Amistad) y Der Eigene (que tiene varias traducciones, pero que en este contexto significa “El independiente”) que contribuyeron al crecimiento de las redes de gays. Estas publicaciones instruían a los lectores acerca de la sexualidad, además de publicar poemas y cuentos cortos. Trataban activamente de forjar una sensación de comunidad entre los hombres gays, y publicaban anuncios personales e información sobre lugares de encuentro para gays. En las ciudades más grandes, los lectores podían comprar estas publicaciones en los puestos de periódicos. Además, en toda Alemania, los lectores podían subscribirse por correo. 

En general, las comunidades gays tenían más aceptación en las ciudades grandes de Alemania. Las ciudades más pequeñas y las zonas rurales tendían a aceptarlas menos. En Berlín, la comunidad gay era particularmente prominente. Sin embargo, incluso en ciudades grandes como Munich, no siempre se recibía bien a las comunidades de gays. 

Las actitudes nazis y el caso de Ernst Röhm  

Antes de subir al poder, Adolf Hitler y muchos otros dirigentes nazis condenaron la cultura de Weimar llamándola decadente y degenerada. Parte de esta condena era el rechazo a las expresiones abiertas de sexualidad de la era, incluida la visibilidad de las comunidades de gays. Algunos de los nazis más prominentes, como Alfred Rosenberg y Heinrich Himmler, eran claramente homofóbicos. Sin embargo, Hitler y otros líderes nazis rara vez hablaban en público de la homosexualidad. De hecho, no formó parte de la plataforma del Partido Nazi en 1920, la cual se enfocó en temas como la creación del gran estado alemán, los judíos y la economía.

En cuanto a las políticas legales relacionadas con el código penal alemán, el Partido Nazi se opuso a las propuestas de despenalizar las relaciones sexuales entre hombres y derogar el párrafo 175. Durante los debates parlamentarios, los nazis sostuvieron que las relaciones sexuales entre hombres eran un vicio destructivo que causaría la ruina del pueblo alemán, y afirmaron que estas relaciones deberían castigarse aun con mayor severidad que lo establecido en las leyes vigentes. 

Pero algunos líderes, así como miembros comunes del Partido Nazi, tenían actitudes más variadas y ambivalentes. En el movimiento nazi había hombres gays conocidos, el más notable de los cuales era Ernst Röhm, quien se describía a sí mismo como “gleichgeschlechtlich”, orientado al mismo sexo. Röhm era el jefe de las SA (Sturmabteilung, conocida comúnmente como las tropas de asalto), las violentas y radicales tropas paralimilitares nazis. 

Para Röhm, su sexualidad no entraba en conflicto con la ideología ni comprometía su papel como jefe de las SA. Röhm creía que legalizar las relaciones sexuales entre hombres no era cuestión de fomentar los derechos democráticos ni la tolerancia. Más bien, pensaba que se trataba de demoler la moralidad convencional. Röhm escribió que la “mojigatería” de algunos de sus compañeros nazis “no me parece muy revolucionaria”.

La sexualidad de Röhm era un secreto a voces en el Partido Nazi, y se volvió un escándalo público en 1931. Un periódico izquierdista publicó que Röhm era gay. Entonces, el Partido Socialdemócrata de Alemania (Sozialdemokratische Partei Deutschlands), de izquierda moderada, aprovechó su sexualidad para su propaganda electoral. A pesar de la controversia, Hitler defendió a Röhm, y así se mantuvo al mando de las SA hasta que Hitler lo mandó asesinar en 1934. Sin embargo, la posición de Röhm en el liderazgo nazi no atenuó la condena del movimiento hacia la homosexualidad y las comunidades gays.  

Los hombres gays en los primeros años del régimen nazi, 1933-1934

Los nazis llegaron al poder el 30 de enero de 1933. Poco después, trataron de desmantelar las culturas y las redes de gays que eran visibles y se habían desarrollado durante la República de Weimar. Una de las primeras acciones de los nazis en contra de las comunidades gays fue cerrar bares y otros lugares de reunión de los gays. Por ejemplo, a finales de febrero y principios de marzo de 1933, en respuesta a órdenes nazis, la policía de Berlín cerró numerosos bares. Uno de ellos fue Eldorado, que se había convertido en un símbolo prominente de la cultura gay de Berlín. En toda Alemania hubo clausuras similares de lugares de reunión de gays. Sin embargo, en ciudades como Berlín y Hamburgo, algunos bares gays bien establecidos pudieron mantenerse abiertos hasta mediados de la década de 1930. Los lugares clandestinos de reunión de gays permanecieron abiertos aún más tiempo. No obstante, las clausuras por parte de los nazis y el aumento de la vigilancia policíaca dificultaron mucho más la capacidad de los hombres gays de relacionarse entre sí. 

Otra de las primeras acciones emprendidas por el régimen nazi fue la eliminación de periódicos, revistas y editoriales de gays. Los periódicos habían sido uno de los principales medios de comunicación de las comunidades de gays en Alemania. El régimen nazi también obligó a que se disolvieran las asociaciones de gays. En mayo de 1933, los nazis vandalizaron el Instituto de Ciencias Sexuales de Magnus Hirschfeld, y con el tiempo lo obligaron a cerrarlo. Parte de estas acciones fue destruir los escritos de Hirschfeld en las quemas de libros organizadas por los nazis. Estas quemas de libros estuvieron dirigidas a las obras escritas por prominentes intelectuales judíos, pacifistas y escritores de izquierda. La destrucción del instituto fue una clara señal de que los nazis no tolerarían las políticas sexuales reformistas que promovía el instituto. 

En una escalada adicional, los nazis aplicaron nuevas leyes y prácticas policíacas para arrestar y detener sin juicio a una cantidad limitada de hombres gays a partir de finales de 1933 y principios de 1934. Esto fue parte de una campaña más amplia de los nazis para reducir la delincuencia. El régimen nazi ordenó a la policía que arrestara a personas con condenas anteriores por delitos sexuales, como exhibicionismo público, relaciones sexuales con menores e incesto. Estos delitos estaban definidos en los párrafos 173 a 183 del código penal alemán. Entre los arrestados hubo numerosos gays, algunos de los cuales fueron encarcelados en los primeros campos de concentración del régimen. 

En el otoño de 1934, la Gestapo (policía política) de Berlín ordenó a los cuerpos policíacos locales que le enviaran listas de todos los hombres de los que se pensara que habían participado en conductas entre el mismo sexo. La policía de diversas partes de Alemania había mantenido estas listas durante muchos años. Sin embargo, centralizarlas en las manos de la Gestapo de Berlín era algo nuevo. Además, la Gestapo especificó que las oficinas locales debían asegurarse de anotar si estos hombres eran miembros de organizaciones nazis y si tenían condenas previas de conformidad con el párrafo 175. Estas listas se han llegado a conocer como las “listas rosas”, aunque no era así como las llamaban los nazis ni la policía. 

Estas primeras medidas fueron tan solo el comienzo de la campaña nazi contra la homosexualidad. Las acciones de los nazis se intensificarían en la segunda mitad de la década de 1930.

Intensificación de la persecución contra hombres gays, 1934-1936

De 1934 a 1936 hubo tres eventos que radicalizaron la campaña del régimen nazi contra la homosexualidad y empeoraron la opresión sistemática contra los hombres gays.

El primero fue el asesinato de Ernst Röhm y otros líderes de las SA en junio y julio de 1934. Estos asesinatos cambiaron la forma en que se hablaba de la homosexualidad en la propaganda nazi. Röhm y los otros líderes de las SA fueron asesinados por órdenes de Hitler como parte de una lucha de poder en los niveles más altos del gobierno alemán y del Partido Nazi. Sin embargo, después de la purga, en la propaganda nazi se aprovechó la sexualidad de Röhm para ayudar a justificar los asesinatos. Al hacerlo, se manipuló en gran medida el prejuicio de la población alemana contra la sexualidad del mismo sexo. 

El segundo evento fue en junio de 1935, cuando los nazis modificaron el párrafo 175, el estatuto del código penal alemán que prohibía las relaciones sexuales entre hombres. Conforme a la nueva versión del estatuto, se tipificó como delito una amplia gama de conductas íntimas y sexuales. Además, en la modificación nazi se estipulaba que los actos entre hombres que fueran coercitivos o no se realizaran con consentimiento mutuo podrían castigarse con una sentencia de hasta diez años de trabajos forzados en prisión. La modificación le dio al régimen nazi las herramientas legales necesarias para perseguir y enjuiciar mucho más que antes a los hombres que mostraran conductas con el mismo sexo. 

Por último, en 1936, el líder de las SS y la policía Heinrich Himmler estableció la Oficina Central del Reich para el Combate de la Homosexualidad y el Aborto  (Reichszentrale zur Bekämpfung der Homosexualität und der Abtreibung). Esta oficina era parte de la Kripo (policía judicial) y trabajaba estrechamente con la Gestapo (policía política). Himmler era notoriamente homofóbico y consideraba que la homosexualidad y el aborto representaban amenazas contra el índice de natalidad alemán y, por ende, contra el destino del pueblo alemán. 

Hacia fines de 1936 ya estaban dadas las condiciones para que el régimen nazi intensificara su campaña contra la homosexualidad. 

El auge de la campaña nazi contra la homosexualidad

La persecución de los homosexuales del Tercer Reich - Historia personal/Testimonio

La campaña nazi contra la homosexualidad se intensificó en 1935 y 1936. A partir de entonces, el régimen se interesó menos en cerrar lugares de encuentro gays. Más bien, los nazis le dieron prioridad a arrestar a los hombres de conformidad con el párrafo 175. En el concepto de los nazis, estos hombres eran trasgresores “homosexuales” (homosexuell) y, por lo tanto, delincuentes y enemigos del estado. Himmler pensaba que era necesario poner en la mira a esos hombres en pro de la protección, el fortalecimiento y la proliferación del pueblo alemán. Le ordenó a la Kripo y a la Gestapo que llevaran a cabo diligentemente una campaña en contra de la homosexualidad. Estos cuerpos policíacos utilizaron redadas, denuncias, tortura y duros interrogatorios para rastrear y arrestar a los hombres que pensaban que habían violado el párrafo 175. 

Redadas 

Desde mediados hasta finales de la década de 1930, la policía llevó a cabo redadas en bares y otros lugares de reunión que pensaban que eran populares entre los gays. Acordonaban los bares y otros lugares e interrogaban a cualquiera que pareciera sospechoso. Algunos de los hombres detenidos en las redadas eran liberados después si no había pruebas en su contra. A los que la policía consideraba culpables los juzgaban por violar el párrafo 175 o, en algunos casos, los enviaban directamente a algún campo de concentración. 

Las redadas policíacas eran demostraciones públicas y muy notorias de la campaña nazi contra la homosexualidad. A través de las redadas, la policía amenazaba e intimidaba a las comunidades y a los hombres gays. Sin embargo, las redadas no eran particularmente eficaces. No eran el principal medio con el que la policía rastreaba a los supuestos violadores del párrafo 175.

Denuncias 

La Kripo y la Gestapo dependían de soplos o denuncias del público para recaudar información sobre la vida íntima de los hombres y descubrir posibles violaciones al párrafo 175. Los vecinos, conocidos, colegas, amigos o incluso familiares podían informarle a la policía de sus sospechas. Los términos que usaban los denunciantes dejaban en claro que estas personas tendían a estar de acuerdo con los nazis en su actitud hacia la homosexualidad. Los denunciantes se referían a los denunciados como “afeminados”, “poco hombres” y “retorcidos”. A diferencia de las redadas, las denuncias eran una herramienta muy eficaz de represión. Es posible que estos actos hayan producido decenas de miles de arrestos y condenas.

Interrogatorios 

La Gestapo y la Kripo interrogaban a los hombres que atrapaban en las redadas, así como a quienes eran denunciados. Durante estos interrogatorios, que con frecuencia eran brutales tanto física como psicológicamente, la policía generalmente insistía en obtener una confesión completa. Bajo la presión de los crueles métodos de interrogación y tortura, obligaban a los hombres a revelar a sus parejas sexuales. Esto a su vez permitía que la policía identificara a otros hombres para arrestarlos e interrogarlos. De esta manera, la policía atrapaba redes enteras de hombres gays.

El destino de los arrestados 

No todos los hombres arrestados de conformidad con el párrafo 175 corrieron con la misma suerte. Por lo general, el arresto conducía a un juicio ante un tribunal. El tribunal absolvía o condenaba al acusado y lo sentenciaba a una pena de prisión fija. El índice de condenas era aproximadamente del 50%. La mayoría de los hombres condenados eran liberados después de haber cumplido su condena en prisión. En casos más raros, la Kripo o la Gestapo enviaba al hombre directamente a un campo de concentración en calidad de trasgresor “homosexual” (homosexuell). Por lo general, pero no siempre, los hombres enviados de este modo a los campos de concentración tenían numerosas condenas u otras circunstancias atenuantes.  

El sistema judicial nazi también introdujo la castración en la práctica legal. A partir de finales de 1933, se permitió que los tribunales ordenaran la castración obligatoria de ciertos delincuentes sexuales. Sin embargo, al menos en un principio, los hombres arrestados de conformidad con el párrafo 175 no podían ser castrados sin su supuesto consentimiento. En algunos casos, los hombres encarcelados de conformidad con ese estatuto podían obtener su liberación anticipada si aceptaban ser castrados. 

Durante la Segunda Guerra Mundial se redujo la cantidad de hombres arrestados de conformidad con el párrafo 175. Las necesidades de una guerra total tomaron prioridad sobre la campaña nazi contra la homosexualidad. Muchos hombres con condenas por el párrafo 175 se enlistaron o fueron reclutados en las fuerzas armadas alemanas, ya que necesitaban personal y en la mayoría de los casos consideraban que la sexualidad de los soldados era de importancia secundaria. No obstante, los arrestos y las condenas de conformidad con el párrafo 175 continuaron durante los años de guerra. 

Los académicos calculan que durante el régimen nazi hubo aproximadamente 100,000 arrestos de conformidad con el párrafo 175. Más de la mitad de estos arrestos (aproximadamente 53,400) terminaron en condenas. 

Los hombres gays en los campos de concentración

Entre 5,000 y 15,000 hombres fueron encarcelados en campos de concentración como trasgresores “homosexuales” (homosexuell). Este grupo de prisioneros por lo general tenía que llevar un triángulo rosa en el uniforme del campo, como parte del sistema de clasificación de prisioneros. Muchos de estos prisioneros con el triángulo rosa, pero no todos, se identificaban como gays. 

El triángulo rosa llamaba la atención sobre esta población de prisioneros como un grupo diferenciado dentro del sistema de campos de concentración. Según los relatos de muchos sobrevivientes, los prisioneros con triángulos rosas estaban entre los grupos que sufrían más abusos en los campos. En ocasiones, a los prisioneros con triángulos rosas se les asignaban los trabajos más agotadores y exigentes del sistema de trabajo de los campos. on frecuencia eran objeto de abuso físico y sexual por parte de los guardias y de sus compañeros presos. En algunos casos los golpeaban y humillaban en público. En el campo de concentración de Buchenwald, algunos prisioneros con triángulos rosas fueron sujetos de inhumanos experimentos médicos. A partir de noviembre de 1942, los comandantes de los campos de concentración obtuvieron oficialmente el poder de ordenar la castración forzada de los prisioneros con triángulos rosas.

Por temor a la culpabilidad por asociación, sus compañeros que ya tenían prejuicios rechazaban a los prisioneros con triángulos rosas, así que se veían aislados e impotentes dentro de la jerarquía de prisioneros. Las redes de prisioneros ofrecían formas de sobrevivir, como acceso a alimentos y ropa, a muchos prisioneros de los campos. El hecho de que la mayoría de los prisioneros con triángulos rosas hablaran alemán les proporcionaba cierta medida de protección al darles acceso a trabajos menos pesados, como los puestos administrativos. No obstante, la posición típicamente aislada de estos prisioneros hacía que su sobrevivencia fuera mucho más difícil. Se desconoce la cantidad de prisioneros con triángulos rosas que murieron en los campos de concentración. 

Los hombres gays podían ser perseguidos y encerrados en campos de concentración por otras razones además de su sexualidad. Algunos gays eran enviados a prisión como opositores políticos, judíos o miembros de otras categorías de prisioneros. En estos casos, su sexualidad por lo general era secundaria a la razón de su encarcelamiento. Llevaban el distintivo que correspondiera a su categoría oficial como prisioneros. 

Se desconoce la cantidad de judíos gays que fueron asesinados en el Holocausto

Reacción de los gays a la persecución nazi

Los hombres gays respondieron de diferentes maneras a la persecución nazi. No todos tomaron las mismas decisiones. Tampoco tuvieron las mismas opciones. Por ejemplo, los hombres gays a los que el régimen nazi categorizaba como arios tenían muchas más opciones que los clasificados como judíos y romaníes (gitanos). Los gays judíos y romaníes eran objeto de persecución principalmente por razones raciales. 

Algunos hombres gays, en especial los que tenían recursos económicos, podían tratar de ocultar su sexualidad y adaptarse externamente. Algunos rompían el contacto con sus círculos de amigos o se retiraban de la esfera pública. Otros más se mudaban a otras ciudades, al campo o incluso a otros países. Algunos hombres gays también contrajeron matrimonios de conveniencia.  

Hubo también hombres gays que corrieron el riesgo de oponerse al estado nazi por razones políticas y personales. Algunos se incorporaron a grupos clandestinos de resistencia antinazi o ayudaron a ocultar a judíos. 

Documentación y conservación de las memorias de las experiencias gays

En la primavera de 1945, los soldados aliados liberaron los campos de concentración y a los prisioneros, incluyendo a los que usaban triángulos rosas, pero el final de la guerra y la derrota del régimen nazi no necesariamente les dieron a los gays una sensación de liberación. Siguieron estando marginados en la sociedad alemana. Lo más notable fue que las relaciones sexuales entre hombres siguieron siendo ilegales en Alemania durante gran parte del siglo XX.1 Esto significó que muchos hombres que cumplían condenas por supuestas violaciones al párrafo 175 permanecieron en prisión después de la guerra. Decenas de miles más fueron condenados en la postguerra. 

Durante la mayor parte del siglo XX fue difícil descubrir las historias de los gays durante la era nazi, ya que persistieron los prejuicios en contra de la sexualidad del mismo sexo y se siguió aplicando el párrafo 175. Muchos hombres gays temían compartir sus testimonios o escribir sus memorias. No obstante, los académicos han tratado de documentar las experiencias de los hombres gays usando expedientes de la policía, los tribunales y los campos de concentración.

Los esfuerzos de los académicos y de las organizaciones alemanas que luchan por los derechos de los gays han ayudado a sacar a la luz pública la persecución nazi contra los gays. En la década de 1990, el gobierno alemán reconoció a los “homosexuales perseguidos” (verfolgten Homosexuellen) como víctimas del régimen nazi. En 2002, el gobierno derogó las condenas de la era nazi según el párrafo 175. Por primera vez, los hombres gays que habían sufrido a manos de los nazis obtuvieron el derecho a una compensación monetaria del gobierno alemán por las injusticias perpetradas en su contra. 

A principios del siglo XXI, el gobierno alemán inauguró cuatro monumentos a las víctimas de los nazis en el centro de Berlín. El más grande es el Monumento a los Judíos Asesinados de Europa, que se inauguró en 2005. Pocos años después, en mayo de 2008, se develó el Monumento a los Homosexuales Perseguidos en el Nazismo (Denkmal für die im Nationalsozialismus verfolgten Homosexuellen) cerca del parque Tiergarten en el centro de Berlín. 

Los académicos siguen investigando la campaña nazi contra la homosexualidad y la persecución del régimen contra los gays.