Las primeras víctimas de la persecución en la Alemania nazi fueron, entre otros, los detractores políticos, especialmente comunistas, socialdemócratas y sindicalistas. Los testigos de Jehová se negaban a formar parte del ejército nacional o jurar obediencia a Adolf Hitler, y por eso también fueron perseguidos. Los nazis hostigaron a los hombres homosexuales alemanes, cuya orientación sexual consideraban un obstáculo para la expansión de la población alemana. A los homosexuales “habituales” los encarcelaban en prisiones; a muchos de ellos los remitieron a campos de concentración después de que completaran su condena.

Los nazis perseguían a los que consideraban de raza inferior. La ideología racial de los nazis denigraba principalmente a los judíos, pero también difundía odio hacia los romaníes (gitanos) y los negros. Los nazis veían a los judíos como enemigos raciales y los sometían a arresto arbitrario, reclusión y asesinato. A los romaníes también los individualizaban y los perseguían debido a sus antecedentes raciales. Los nazis consideraban inferiores a los polacos y otros eslavos, y los elegían para subyugarlos, obligarlos a realizar trabajos forzados y a veces matarlos. Los prisioneros judíos recibían el peor de los tratos en los campos de concentración nazis.

Tabla de marcas de identificación de los prisioneros utilizadas en los campos de concentración alemanes.

A partir de 1938, se identificó a los judíos de los campos con una estrella amarilla que se les cosía a sus uniformes de prisión, una distorsión del símbolo de la estrella de David judía. Después de 1939 y con ciertas variaciones en cada campo, se identificaron fácilmente las categorías de prisioneros con un sistema de marcas que combinaba un triángulo de color invertido con letras. Los distintivos que cosían en los uniformes de los prisioneros permitían a los guardias de las SS identificar los presuntos antecedentes para la encarcelación.

A los criminales se los marcaba con triángulos invertidos de color verde, a los prisioneros políticos con rojo, a los “asociales” (incluidos romaníes, rebeldes, vagabundos y otros grupos) con negro o, en el caso de los romaníes en algunos campos, marrón. A los homosexuales se los identificaba con triángulos rosas y a los testigos de Jehová, con unos de color púrpura. A los prisioneros no alemanes se los identificaba con la primera letra del nombre de su país natal en alemán, la cual se cosía en su distintivo. Los dos triángulos que formaban el distintivo de la estrella judía eran amarillos, a menos que se incluyera al prisionero judío en alguna de las otras categorías de prisioneros. A los prisioneros políticos judíos, por ejemplo, se los identificaba con un triángulo amarillo debajo de un triángulo rojo.

Los nazis exigían a los judíos que usaran la estrella de David amarilla no solo en los campos, sino también en todos los territorios de Europa que ellos ocupaban.