Antisemitism: An Introduction
El antisemitismo es el prejuicio u odio contra el pueblo judío. El antisemitismo fue el fundamento del Holocausto. Pero el antisemitismo no empezó ni terminó con el Holocausto. El antisemitismo existe desde hace miles de años. En muchos casos ha adoptado la forma de discriminación sistemática y persecución de los judíos. El antisemitismo ha provocado en repetidas ocasiones actos de violencia graves y mortales contra el pueblo judío.
Hechos clave
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El antisemitismo es un conjunto de creencias e ideas de odio con profundas raíces históricas, sociales y culturales. Durante muchos siglos, el cristianismo desempeñó un papel fundamental en el desarrollo y la propagación del antisemitismo en Europa, donde los judíos siempre han sido minoría.
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En la actualidad, personas de todos los orígenes y religiones, así como de todo el espectro político, sostienen ideas y estereotipos antisemitas.
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El antisemitismo suele adoptar la forma de chivos expiatorios y teorías conspirativas basadas en estereotipos y prejuicios. Estas teorías presentan falsamente a los judíos como peligrosos para la sociedad o incluso para todo el mundo.
El antisemitismo es el prejuicio u odio contra el pueblo judío. Es una forma de intolerancia y racismo. Durante siglos, los antisemitas han satanizado y deshumanizado a los judíos difundiendo prejuicios antisemitas, estereotipos y teorías de la conspiración.
El antisemitismo es un conjunto de creencias e ideas de odio hacia los judíos y la religión judía, el judaísmo. Se basa en prejuicios antiguos y generalizados. Sin embargo, la palabra "antisemitismo" es mucho más reciente. Se acuñó en alemán como "Antisemitismus" a finales del siglo XIX.
El antisemitismo impulsó el Holocausto. El Holocausto (1933-1945) fue la persecución y el asesinato sistemático de aproximadamente seis millones de judíos europeos, organizado y auspiciado por el régimen nazi y sus colaboradores. Los nazis incitaron a la gente a cometer genocidio basándose en siglos de prejuicios y odios antisemitas.
Pero el antisemitismo no empezó ni terminó con el Holocausto. Durante siglos, personas de distintas religiones, estatus socioeconómico, opiniones políticas y orígenes nacionales se han expresado y actuado con base en prejuicios y creencias antisemitas. El antisemitismo suele culminar en discriminación y violencia contra los judíos.
En Europa, los prejuicios y odios antijudíos se remontan a la antigüedad y al cristianismo primitivo. Durante siglos, los judíos fueron una minoría frecuentemente perseguida en muchos reinos, imperios y países europeos. Los prejuicios contra los judíos fueron una parte omnipresente de la vida y el pensamiento europeos durante la Edad Media (desde cerca de 500 a 1400 D.C.), a principios de la era moderna (1400-1789), y en los siglos XVIII y XIX, cuando muchos países empezaron a modernizarse y a hacerse laicos. A principios del siglo XX, muchos estereotipos, conceptos erróneos y mitos antisemitas estaban bien establecidos y eran ampliamente aceptados por la población alemana y de otras sociedades europeas. Este odio sistemático hizo posible el Holocausto (1933-1945).
Las raíces cristianas del antisemitismo
El antisemitismo tiene sus raíces en el antijudaísmo de la antigüedad y en el cristianismo primitivo. Muchos estereotipos y conspiraciones sobre los judíos se remontan a las enseñanzas y prácticas cristianas primitivas y medievales. Los primeros cristianos enseñaban que el cristianismo había sustituido al judaísmo y que los judíos ya no eran el pueblo elegido de Dios. Afirmaban que los judíos eran testarudos y ciegos a la verdad porque no aceptaban a Jesucristo como Mesías. Estas ideas determinaron la desconfianza y animosidad de los cristianos hacia los judíos durante muchos siglos1.
Otras creencias y temas cristianos que dieron lugar a las primeras expresiones de prejuicios antijudíos son:
- La falsa acusación de que los judíos mataron a Jesucristo, que fue reforzada en las enseñanzas oficiales cristianas2.
- La traición del apóstol Judas Iscariote a Jesucristo como símbolo de la supuesta traición y codicia judías3.
- La acusación de los cristianos de que los judíos trabajan con el diablo o son el mismo diablo4.
- La falsa acusación de que los judíos realizaban "asesinatos rituales" de niños cristianos, mentira conocida como "libelo de sangre".
Estas ideas ya no son promovidas activamente por la mayoría de las iglesias y denominaciones cristianas. Sin embargo, influyeron en las actitudes hacia los judíos durante siglos. Así, el cristianismo y las ideas cristianas sobre los judíos constituyeron la base del antisemitismo.
El antisemitismo se generalizó en las sociedades de influencia cristiana de toda Europa y del mundo, incluso en lugares donde vivían pocos judíos o ninguno. Hoy en día, el antisemitismo también está muy extendido en sociedades que no son predominantemente cristianas.
Antisemitismo laico (no religioso)
El antisemitismo también consiste en prejuicios laicos (no religiosos) sobre los judíos. A lo largo de muchos siglos, en Europa surgieron ideas y creencias negativas sobre los judíos desde el punto de vista económico, nacionalista y racial. Estos prejuicios y odios seculares eran resultado de la posición de los judíos como minoría en las sociedades europeas, abrumadoramente cristianas. En conjunto, las ideas y creencias religiosas y seculares de odio hacia los judíos constituyen el antisemitismo.
Antisemitismo económico
El antisemitismo económico se basa en estereotipos nocivos y degradantes según los cuales los judíos son intrínsecamente avariciosos, tacaños y buenos para el dinero. En inglés, la frase antisemita "Jew down" (que significa "regatear" o "estafar") es una expresión contemporánea de este prejuicio. Otro ejemplo es asociar falsamente a los judíos con los préstamos de dinero, la banca y las finanzas, a pesar de que la mayoría de los judíos no trabajan en estas profesiones.
El antisemitismo económico tiene raíces históricas en la Europa de la Edad Media y de principios de la Edad Moderna. Durante siglos, muchas autoridades europeas les prohibían a los judíos poseer tierras, dedicarse a la agricultura y trabajar en la mayoría de los oficios. Estas restricciones solían estar motivadas por prejuicios religiosos. Para ganarse la vida, a muchos judíos no les quedaba más remedio que trabajar en el comercio, el préstamo de dinero y el cambio de divisas. La mayoría de los judíos que se ocupaban en el comercio lo hacían en pequeña escala, como la venta ambulante de mercancías. Muchos judíos vivían en la pobreza. Pero hubo unos pocos casos de familias judías que se hicieron prominentes y ricas por prestar dinero a cortes y reinos. Tales casos atípicos dieron lugar a distorsiones y mentiras sobre la riqueza de los judíos. Estas mentiras se basaban en antiguos prejuicios religiosos. Y, a su vez, inspiraron teorías seculares de conspiración sobre judíos que utilizaban esta supuesta riqueza para ejercer el poder.
En el siglo XIX, algunas figuras políticas empezaron a incorporar ideas antisemitas económicas en sus teorías políticas. Por ejemplo, incorporaron estas ideas en su crítica al capitalismo, tanto desde la izquierda como desde la derecha. Los teóricos políticos antisemitas culpaban a los judíos de sistemas económicos enteros, como el capitalismo y el socialismo. Esta práctica continúa en el siglo XXI, a pesar de que la mayoría de los capitalistas, industriales y personas extremadamente ricas no son judíos.
Antisemitismo nacionalista
El antisemitismo nacionalista se basa en estereotipos perjudiciales y degradantes según los cuales los judíos son forasteros "extranjeros" sospechosos o ciudadanos desleales y antipatriotas. El antisemitismo nacionalista también afirma que los judíos tienen conexiones internacionales peligrosas y sospechosas. Los antisemitas nacionalistas suelen utilizar los términos "cosmopolita" y "globalista" como clave para referirse a los judíos.
La animadversión nacionalista hacia los judíos y su exclusión se remontan a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Fue entonces cuando el nacionalismo se convirtió en una idea poderosa en Europa. Muchos intelectuales y escritores nacionalistas definieron la nación como una historia, lengua, religión y cultura en común. En muchos casos se preguntaban si los judíos podían ser miembros de la nación. Basándose en estas nuevas ideas y en prejuicios más antiguos, muchos nacionalistas tacharon a los judíos de "extranjeros".
A finales del siglo XIX se popularizó una forma radical de nacionalismo llamada etnonacionalismo. El etnonacionalismo define la pertenencia a la nación en función de la herencia y la etnia. Muchos grupos etnonacionalistas eran explícita y vociferantemente antisemitas. No creían que los judíos pudieran llegar a ser miembros de la nación. Los movimientos políticos etnonacionalistas pedían la exclusión oficial de los judíos de la vida económica, social y política. Algunos incluso abogaban por la emigración forzada de los judíos. El crecimiento de los movimientos y asociaciones políticas antisemitas etnonacionalistas continuó en los siglos XX y XXI. El más notable de ellos fue el Partido Nazi.
Antisemitismo racial
El antisemitismo racial se basa en la idea discriminatoria y falsa de que los judíos son una raza biológicamente separada, inferior o incluso parasitaria. Fue un componente clave de la ideología nazi. El antisemitismo racial sigue siendo un elemento significativo del antisemitismo actual. Personas de orígenes y convicciones políticas muy diversas hacen afirmaciones falsas sobre la supuesta identidad racial de los judíos.
El antisemitismo racial data de finales del siglo XIX. Fue entonces cuando las teorías científicas sobre la raza, la eugenesia y el darwinismo social se popularizaron en Europa, Estados Unidos y otros países. Los antisemitas utilizaron estas teorías para darle a su odio antijudío un barniz de credibilidad científica. Las investigaciones sobre el ADN y el genoma humano demuestran que estas ideas son incorrectas. No existen pruebas científicas de la existencia de razas biológicas diferenciadas de ningún tipo.
Chivos expiatorios antisemitas y teorías de la conspiración
Los antisemitas suelen utilizar chivos expiatorios y teorías conspirativas para presentar a los judíos como peligrosos para la sociedad o el mundo entero. Esta satanización de los judíos comenzó con el cristianismo primitivo. Los chivos expiatorios antisemitas y las teorías de la conspiración suelen basarse también en ideas económicas, nacionalistas y racistas de larga data sobre los judíos.
A lo largo de la historia, los antisemitas han culpado falsamente a los judíos de muchos problemas generales de la sociedad. Utilizan a determinados judíos o al pueblo entero como chivos expiatorios. En contra de los hechos y la razón, los antisemitas han culpado falsamente a los judíos de:
- Iniciar plagas y epidemias, como la peste negra (peste bubónica).
- Causar pérdidas militares, como la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial.
- Difundir el comunismo y otros movimientos políticos radicales.
- Orquestar el imperialismo europeo, el colonialismo y la trata de esclavos.
- Provocar crisis financieras, como la Gran Depresión.
Ninguna de estas acusaciones es cierta.
Los teóricos antisemitas de la conspiración intentan explicar los principales acontecimientos mundiales como resultado de conjuras secretas llevadas a cabo por un oscuro grupo de judíos. Presentan a los judíos como siniestros "titiriteros".
La teoría de la conspiración antisemita más infame surgió alrededor de 1900 en una publicación llamada Los protocolos de los sabios de Sión. Otras teorías conspirativas de este tipo son las acusaciones inventadas de que un conciliábulo de judíos controla en secreto los medios de comunicación, a Hollywood o incluso al mundo.
Los chivos expiatorios y las teorías antisemitas de la conspiración resurgen y se transforman en épocas de gran agitación o incertidumbre social, económica y política. Los grupos políticos antisemitas, como los nazis, se basaban en estas mentiras, las adaptaban y las difundían para ganar adeptos.
El antisemitismo en la práctica
Durante siglos, el antisemitismo ha determinado la forma en que las sociedades y las personas no judías tratan a los judíos. Gobiernos, autoridades religiosas, clubes privados, escuelas, universidades y empresas han adoptado leyes, prácticas o políticas que discriminan a los judíos y les restringen la vida. Algunos individuos han atacado a los judíos con calumnias viles, caricaturas crueles e incluso violencia física.
Políticas y restricciones antisemitas oficiales
Desde la antigüedad, diversas autoridades de Europa y otros lugares le han impuesto restricciones al pueblo judío. Estas restricciones se aplicaban mediante leyes, decretos y políticas oficiales de instituciones religiosas o gubernamentales. Las formas más comunes en que las autoridades y los gobiernos religiosos o seculares han atacado a los judíos han sido:
- Expulsar a los judíos de sus territorios (por ejemplo, de Inglaterra en 1290, de Francia en 1394 y de España en 1492).
- Marcar a los judíos con sombreros, insignias o símbolos visibles, como la estrella de David.
- Prohibirles a los judíos la posesión de tierras.
- Gravar con impuestos adicionales a personas y comunidades judías.
- Leyes que limitan gravemente las oportunidades laborales y educativas de los judíos, como la ley numerus clausus en Hungría en 1920.
- Obligar a los judíos a convertirse al cristianismo o al islam bajo amenaza de muerte.
- Negarles a los judíos servir en el ejército o en la administración pública.
- Imponer límites en donde pueden vivir los judíos (por ejemplo, guetos o la zona de asentamiento creada por el Imperio ruso).
Discriminación social de los judíos
Durante siglos, muchas instituciones, asociaciones y empresas discriminaron voluntariamente a los judíos. Este tipo de discriminación reflejaba el carácter sistemático del antisemitismo en muchas sociedades. Entre las formas más comunes de discriminación social contra los judíos encontramos:
- Prohibir a los judíos pertenecer a clubes privados o asociaciones profesionales (por ejemplo, gremios y fraternidades estudiantiles en Alemania en el siglo XIX y clubes campestres en Estados Unidos en el siglo XX).
- Impedir que los judíos compren propiedades en determinadas zonas.
- Prohibir a estudiantes judíos asistir a una universidad determinada o limitar el número de estudiantes judíos en función de un sistema de cuotas.
- Negarse a contratar empleados judíos.
- Boicotear empresas de propiedad judía, como el boicot de la extrema derecha en Polonia a finales de la década de 1930.
- Difundir mentiras antisemitas y teorías de la conspiración en la prensa y los medios de comunicación.
Expresión interpersonal del antisemitismo
Durante siglos, los estereotipos y prejuicios antisemitas han determinado las interacciones entre judíos y no judíos. Los individuos o grupos antisemitas han atacado a los judíos en muchas formas:
- Con insultos y chistes basados en estereotipos antisemitas y teorías de la conspiración.
- Caricaturizar y describir a los judíos como con nariz aguileña u otros rasgos desfigurados.
- Representar a los judíos como depredadores sexuales o portadores de enfermedades.
- Deshumanizar a los judíos en el arte o mediante el uso de otras imágenes representándolos como cerdos, alimañas, pulpos u otros animales.
- Etiquetar a personas o ideas como judías para convertirlas en blanco de abusos.
- Vandalizar, quemar o profanar de cualquier otro modo sinagogas, cementerios, escuelas u otros espacios religiosos o comunitarios judíos.
- Golpear, atacar e incluso asesinar a personas por considerarlas judías.
Aunque las políticas y restricciones antisemitas son menos comunes hoy en día, siguen produciéndose expresiones de prejuicios antisemitas en las calles, en el discurso político, en iglesias, mezquitas, universidades y en diferentes aulas, en la prensa, en las redes sociales y en la radio.
Violencia masiva contra los judíos
En muchos casos, el antisemitismo ha culminado en violencia masiva contra los judíos. Los chivos expiatorios y las teorías antisemitas de la conspiración han motivado con frecuencia a los antisemitas a atacar a los judíos con violencia. El hecho de que los judíos fueran una minoría en Europa los hacía vulnerables a ataques despiadados.
Los siguientes son algunos de los casos más notorios de violencia masiva contra los judíos antes del Holocausto:
- Masacres de comunidades judías enteras a manos de soldados cristianos durante las cruzadas en la Edad Media.
- Tortura y ejecución de judíos por funcionarios católicos de la Inquisición española (1478-1834).
- Disturbios contra comunidades judías perpetrados en toda Europa por turbas locales en respuesta a acusaciones de libelo de sangre, normalmente relacionados con las fiestas de la Pascua cristiana y la judía.
- Pogroms (disturbios antisemitas a menudo mortales) perpetrados por soldados, policías y turbas locales en Europa oriental a finales del siglo XIX y principios del XX.
La escala de violencia y asesinatos masivos antisemitas durante el Holocausto (1933-1945) fue algo sin parangón. Los nazis y sus aliados y colaboradores asesinaron a seis millones de judíos en este genocidio sistemático organizado por el estado. Los nazis incitaron a cometer genocidio basándose en siglos de prejuicios y odios antisemitas.
Pero el Holocausto no marcó el final de la violencia masiva antisemita. La violencia antisemita sigue siendo una amenaza para el pueblo y las organizaciones judías de todo el mundo.
Distorsión y negación del Holocausto como formas de antisemitismo
La negación y la distorsión del Holocausto son las formas más recientes de antisemitismo.
- La negación del Holocausto es cualquier intento de negar el hecho establecido de que los nazis alemanes cometieron genocidio contra los judíos europeos.
- La distorsión del Holocausto es cualquier declaración que tergiverse los hechos establecidos al respecto.
La negación y la distorsión del Holocausto explotan y actualizan viejos estereotipos antisemitas. Quienes difunden estas teorías irracionales afirman que el Holocausto fue inventado o exagerado por los judíos para promover sus propios intereses.
A fines del siglo XX y principios del XXI, algunos antisemitas han hecho un mal uso o explotado la historia documentada del Holocausto haciendo lo siguiente:
- Utilizar símbolos nazis (especialmente la esvástica) para intimidar o aterrorizar a los judíos.
- Amenazar a judíos con referencias a cámaras de gas u hornos.
- Establecer analogías entre el Estado de Israel y la Alemania nazi.
- Hacer comparaciones que distorsionen, minimicen o trivialicen los crímenes documentados cometidos durante el Holocausto.
Un odio polifacético y duradero
El antisemitismo es un conjunto de creencias e ideas de odio con profundas raíces históricas, sociales y culturales. En la actualidad, personas de muy diferente origen religioso, étnico y social y de todo el espectro político, tanto de izquierda como de derecha, sostienen ideas y estereotipos antisemitas. Despliegan prejuicios antisemitas, estereotipos y teorías de la conspiración llenos de odio para promover su agenda ideológica. Al hacerlo, satanizan y deshumanizan a los judíos.
El antisemitismo suele empezar como retórica, con calumnias, chivos expiatorios o insultos. Pero la historia ha demostrado que el antisemitismo puede degenerar en discriminación, deshumanización, violencia masiva y genocidio.
Notas
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Footnote reference1.
Esto se llama "supersesionismo" o "teología del reemplazo".
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Footnote reference2.
Durante siglos, muchos cristianos creyeron que los judíos cometieron deicidio al matar a Jesucristo. De hecho, Jesucristo fue asesinado por las autoridades romanas. La jerarquía de varias tradiciones cristianas reforzó esta falsa creencia en sus enseñanzas oficiales. No fue sino hasta finales del siglo XX cuando algunas iglesias cristianas condenaron la acusación de deicidio como falsa. Por ejemplo, la Iglesia Católica repudió estas mentiras como parte del Segundo Concilio Vaticano en 1965.
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Footnote reference3.
Muchos estereotipos cristianos antijudíos se remontan a la figura de Judas Iscariote en el siglo I, que, al igual que Jesucristo, era judío. En las escrituras cristianas, Judas traiciona a Jesucristo a cambio de 30 monedas de plata. En la Europa dominada por los cristianos, esta representación se transformó en un odioso estereotipo de los judíos, simbolizados por Judas, como traidores y codiciosos.
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Footnote reference4.
A finales de la Edad Media y principios de la moderna, muchos cristianos acusaban a los judíos de trabajar con el diablo o incluso de ser el demonio. Estas afirmaciones se convirtieron en parte aceptada de los tratados cristianos, la teología, las obras de moral, los cuentos populares y el arte. En particular, Martín Lutero, el teólogo que inició la Reforma protestante en 1517, escribió un tratado ofensivo sobre los judíos en 1543. Enfurecido por el hecho de que los judíos no se convirtieran al cristianismo tras la Reforma, calificó hostilmente a los judíos de descendientes del diablo. Los artistas cristianos a menudo representaban a los judíos como el diablo o como figuras animales con cuernos, garras, dientes filosos y pezuñas hendidas.