'A Dangerous Lie: The Protocols of the Elders of Zion' opened in the Gonda Education Center at the United States Holocaust Memorial ...

Los protocolos de los sabios de Sión, una conspiración antisemita

Los protocolos de los sabios de Sión es un libro antisemita que se ha usado para promover el odio hacia los judíos. Se publicó por primera vez en 1903. Los protocolos contienen teorías de conspiraciones sobre el supuesto poder judío mundial. Es la publicación antisemita más difundida de los tiempos modernos.

Hechos clave

  • 1

    Los protocolos de los sabios de Sión es una publicación que circula en muchos idiomas y formas. Se puede encontrar impreso, en Internet y en otros medios. Hay muchas versiones diferentes del libro. Sin embargo, todas promueven teorías de conspiraciones antisemitas sobre los judíos.

  • 2

    Adolf Hitler y otros altos dirigentes del Partido Nazi sabían que Los protocolos no eran verídicos. A pesar de ello, utilizaron el libro para difundir el odio a los judíos.

  • 3

    Los protocolos se han enunciado como una mentira una y otra vez. Sin embargo, el libro sigue siendo una poderosa herramienta de propaganda antisemita.

Alfred Rosenberg's 1923 commentary on the Protocols (this copy is the fourth edition) reinforced Nazi anti-Jewish ideology.

El comentario de Alfred Rosenberg en 1923 sobre los Protocolos (esta copia es la cuarta edición) reafirmó la ideología antijudía nazi. Publicado en Múnich, 1933.

Créditos:
  • US Holocaust Memorial Museum

Los protocolos de los sabios de Sión es una publicación que salió a la luz por primera vez a principios del siglo XX. Desde entonces, los teóricos de conspiraciones antisemitas los han utilizado para apoyar la mentira de que una organización secreta de judíos controla el mundo. A lo largo de las décadas se han publicado muchas ediciones y versiones de Los protocolos, y hasta la fecha se siguen publicando. En los últimos años, Los protocolos han circulado ampliamente en múltiples medios, incluidos la Internet y las redes sociales. 

Los protocolos se publicaron por primera vez en un periódico del Imperio Ruso en 1903. El editor afirmó que había descubierto un documento real que demostraba la existencia de una conspiración judía a nivel mundial. Esto no era cierto. Desde entonces ha habido periodistas, tribunales de justicia y gobiernos que han denunciado que Los protocolos son un documento falso que promueve mentiras antisemitas. 

A pesar de que se trata de una falsificación, las personas que buscan difundir teorías de conspiraciones sobre los judíos han utilizado Los protocolos durante más de 120 años. Los protocolos se adaptan periódicamente a los acontecimientos de la actualidad. Su atractivo, como el del pensamiento relacionado con las conspiraciones, reside en su capacidad de ofrecer explicaciones sencillas respecto a un mundo complejo.

¿Qué son Los protocolos de los sabios de Sión?

Los protocolos afirman ser un registro escrito secreto de reuniones supuestamente celebradas por un grupo llamado los "sabios ancianos de Sión". Las notas de las reuniones son falsas. Estas reuniones nunca se llevaron a cabo y los supuestos líderes, los denominados "ancianos de Sión", nunca existieron. 

Las primeras publicaciones incluían 24 capítulos o "protocolos" (actas de reuniones). Cada capítulo afirma documentar los planes secretos de los ancianos para controlar a nivel mundial la política, la economía, los mercados financieros, los medios de comunicación, la educación y otras partes de la sociedad con el fin de beneficiar a los judíos. Otras mentiras antisemitas incluyen la afirmación de que los judíos destruirán el cristianismo y todas las demás religiones del mundo. Los protocolos también dicen que los judíos se beneficiarán de mantener al mundo en estado de guerra. 

Existen diferentes versiones o ediciones de Los protocolos, pero todas se utilizan con un mismo fin: explicar los problemas del mundo culpando a los judíos. Culpar a alguien más de los errores de los demás se conoce como buscar chivos expiatorios. El objetivo de quienes promueven Los protocolos es siempre culpar a los judíos de diversos problemas para demonizarlos. 

Los protocolos y las antiguas teorías de conspiraciones antisemitas

Desde hace muchos siglos han existido teorías de conspiraciones antisemitas. Estas teorías han evolucionado con el tiempo, utilizando ideas religiosas, económicas, nacionalistas y racistas para promover el odio a los judíos. Se ha culpado falsamente a los judíos de matar a Jesús (deicidio),de fomentar guerras y revoluciones, e incluso de propagar plagas y epidemias. Se les ha acusado falsamente de controlar la política y la economía mundial. 

El antisemitismo se volvió más generalizado en el siglo XIX. Durante esta época, las sociedades europea y norteamericana experimentaron importantes cambios sociales, económicos y políticos. Hubo avances en las comunicaciones, incluidas las tecnologías de impresión, que permitieron que las personas difundieran sus ideas más rápidamente por todo el mundo. En esa época surgió una corriente antisemita en la que se afirmaba que los judíos orquestaron todos estos cambios en su propio beneficio. Estas teorías antisemitas de conspiraciones aparecen en muchas versiones de Los protocolos

Aunque en Los protocolos no se inventaron estos prejuicios contra los judíos, sí se agruparon en una sola fuente. El libro refuerza y amplifica las teorías antisemitas de conspiraciones más populares.  

El origen de Los protocolos: ¿Dónde empezó la mentira?

La primera versión de Los protocolos de los sabios de Sión data de 1903. Ese otoño, Los protocolos se publicaron en una serie en el periódico Znamia (El estandarte) de San Petersburgo (Rusia). Znamia era propiedad de Pavel Krushevan, un escritor consumado y antisemita implacable. Krushevan tenía varios periódicos en el Imperio Ruso y los utilizaba para promover el odio hacia los judíos. En abril de 1903, los artículos antisemitas de uno de los periódicos de Krushevan contribuyeron a incitar un pogromo en Kishinev

Algunos académicos están convencidos de que Krushevan fue el autor original de Los protocolos. Cuando su periódico publicó el texto, él mismo escribió el prólogo y el epílogo. Afirmaba que Los protocolos eran las actas de una reunión de la "Asociación Mundial de Masones y Ancianos de Sión". Krushevan acusó a los judíos de conspirar para controlar el mundo. Como supuesta "evidencia", citó el emergente movimiento sionista, el cual coincidía con otros movimientos nacionalistas de la época al abogar por un estado judío independiente en los antiguos territorios judíos. Algunas personas han afirmado que Los protocolos son las actas de las reuniones del Primer Congreso Sionista, celebrado en Basilea, Suiza, en 1897. Esto no es cierto. 

En 1905, Los protocolos se publicaron como apéndice de un libro sobre la llegada del Anticristo. El místico ruso antisemita Sergei Nilus fue el autor de este libro, en el que dijo que los judíos son agentes de fuerzas satánicas que buscan destruir el mundo. 

Los Protocolos se extienden por todo el mundo

Los protocolos de los sabios de Sión comenzaron a circular más ampliamente después de la Revolución Bolchevique de 1917. Ese año, el zar ruso abdicó del trono en medio de un levantamiento popular. Los manifestantes exigían alimentos, y que terminara la Primera Guerra Mundial y el dominio imperial del zar. Varios meses después, el Partido Bolchevique tomó el poder en Rusia en un golpe conocido como la Revolución Bolchevique. Posteriormente, el Partido Bolchevique se convirtió en el Partido Comunista. 

El temor a que se extendieran por Europa otras revoluciones comunistas similares reforzó una de las principales teorías de conspiraciones antisemitas de Los protocolos, la cual postulaba que los judíos eran los culpables del comunismo y de tramar la revolución en Rusia. Esta falsa acusación se conoce como "judeo-bolchevismo".

En los siguientes años, Los protocolos encontraron un público receptivo en muchos otros países. Se tradujeron a docenas de idiomas y se publicaron en todo el mundo. En 1919 se publicó en Alemania una edición en alemán. Durante la década de 1920 surgieron versiones de Los protocolos en Europa y Estados Unidos. Hubo una traducción al francés en París, así como traducciones al inglés en Londres, Nueva York y Boston. Poco después ya había ediciones en japonés (1920), italiano (1921), sueco (1921), noruego (1921) y polaco (1923). En 1925 se publicó una traducción al árabe en Siria. 

Los protocolos inspiraron muchos otros libros que promovían teorías de conspiraciones antisemitas. Una de las más conocidas en Estados Unidos fue The International Jew: The World’s Foremost Problem (El judío internacional: el principal problema del mundo), de Henry Ford. Ford fue el fundador de la Ford Motor Company. Para la década de 1920, ya era una de las personas más famosas y respetadas de Estados Unidos. El judío internacional se publicó por primera vez en una serie en el periódico de Ford, The Dearborn Independent. Rápidamente se publicó como libro y se tradujo por lo menos a 16 idiomas, incluido el alemán. Los líderes del Partido Nazi, entre ellos Adolf Hitler, se inspiraron en El judío internacional.

A medida que Los protocolos circulaban por el mundo, a menudo los detalles del texto se modificaban para tener en incluir los acontecimientos y las circunstancias locales. Esta es una de las razones por las que el contenido de Los protocolos varía de una edición a otra y de un idioma a otro. Sin embargo, las ideas antisemitas fundamentales de todas las versiones siguen siendo las mismas. 

Los protocolos se desenmascaran como una mentira en la década de 1920 

The Times, 17 de agosto de 1921. En 1920, el periodista y diplomático británico Lucien Wolf publicó un libro en el que denunciaba que Los protocolos eran mentira. Descubrió que un capítulo de una novela en alemán, Biarritz (1868), contenía ideas que se utilizaron para fabricar el texto. En esta obra de ficción, los líderes judíos se reúnen en secreto en el viejo cementerio judío de Praga. Al final de la reunión, el demonio llega para apoyarlos.

Al año siguiente, el periódico The Times (Londres) declaró que Los protocolos eran "falsos" y una "torpe falsificación". The Times descubrió que gran parte de Los protocolos se habían copiado de una sátira política francesa poco conocida, Dialogue in Hell Between Machiavelli and Montesquieu (Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu) (1864), de Maurice Joly. En Diálogo en el Infierno no se menciona a los judíos.

Pronto aparecieron en Estados Unidos y Alemania otros informes que denunciaban Los protocolos. El periodista del New York Herald Herman Bernstein publicó The History of a Lie: The Protocols of the Wise Men of Zion (La historia de una mentira: Los protocolos de los sabios de Sión) en 1921. Tres años más tarde, Benjamin Segel, periodista alemán, escribió Die Protokolle der Weisen von Zion, kritisch beleuchtet (Los protocolos de los sabios de Sión, críticamente iluminados). En un prefacio a una edición inglesa de su libro, Segel escribió: 

"Esta falsificación ha causado una miseria incalculable a los judíos, y todavía ejerce un hechizo increíble en las mentes de las masas seducidas".

Adolf Hitler y Los protocolos 

A principios de la década de 1920, un importante pensador del Partido Nazi, Alfred Rosenberg, le dio a conocer Los protocolos a Adolf Hitler. Las teorías de conspiraciones del libro reforzaron las ya firmes convicciones de Hitler de que los judíos eran responsables de las pérdidas de Alemania en la Primera Guerra Mundial.

Hitler se refirió a Los protocolos en algunos de sus primeros discursos políticos durante la década de 1920. También escribió sobre el libro en su autobiografía Mein Kampf (Mi lucha) (1925). Hitler afirmó que los Protocolos "revelan la naturaleza y la actividad del pueblo judío y exponen... sus objetivos finales definitivos". También predijo que lo que llamaba la "amenaza judía" se "desintegraría" después de que Los protocolos se conocieran más ampliamente.   

Después de convertirse en canciller de Alemania en 1933, Hitler no se refirió directamente a Los protocolos en sus discursos públicos, pero con frecuencia repetía muchas de las mentiras del libro. Entre ellas estaba la afirmación de que los judíos eran responsables de la propagación del comunismo. Esta teoría de la conspiración antisemita se conoce como judeo-bolchevismo. 

Germans cheer Adolf Hitler as he leaves the Hotel Kaiserhof just after being sworn in as chancellor.

Los alemanes aplauden a Adolf Hitler cuando deja el Hotel Kaiserhof después de asumir el cargo de canciller. Berlín, Alemania, 30 de enero de 1933.

Créditos:
  • Wide World Photo

La propaganda nazi y Los protocolos 

Los protocolos habían quedado expuestos como una mentira más de una década antes de que los nazis subieran al poder en 1933. A pesar de eso, la propaganda nazi los utilizaba a veces para unir a los alemanes en torno a la idea de que Alemania necesitaba defenderse de los agresores judíos. Aunque es probable que la mayoría de los alemanes no hayan leído Los protocolos, sí habrían estado familiarizados con sus mentiras antisemitas gracias a las incesantes campañas de propaganda nazi.

Joseph Goebbels, Ministro de Ilustración Pública y Propaganda de la Alemania nazi, entendía que los Protocolos podían utilizarse para demonizar a los judíos. Mucho antes de asumir el cargo, Goebbels hizo referencia a Los protocolos en su diario. Escribió: "Creo que Los protocolos de los sabios de Sión son una falsificación". Sin embargo, continuó: "Creo en la verdad interna, aunque no en los hechos, de Los protocolos". Para Goebbels, lo importante era que Los protocolos podían promover la agenda antisemita de los nazis.

Los protocolos se utilizaron en partes de la propaganda antisemita más agresiva del Partido Nazi. Por ejemplo, Julius Streicher, editor del periódico antisemita Der Stürmer, publicó muchas historias durante la década de 1930 que se basaban en ideas incluidas en Los protocolos. La editorial central del Partido Nazi (Franz Eher Verlag) publicó 22 ediciones de Los protocolos entre 1919 y 1938. 

Los protocolos se desenmascaran como una mentira en la década de 1930

Fuera de Alemania, los simpatizantes nazis también hicieron circular copias de Los protocolos. Sus acciones se impugnaron en dos procesos judiciales. 

En 1934, se inició un proceso en Grahamstown, Sudáfrica, contra los líderes del Movimiento Nacional Socialista Gentil Sudafricano (también conocido como los Camisas Grises). Estos simpatizantes nazis fueron demandados y multados por difundir un documento parecido a Los protocolos. En una división del Tribunal Supremo sudafricano se dictaminó que los Protocolos eran un "documento difamatorio".

En 1935, un tribunal suizo multó a dos dirigentes nazis por distribuir una edición en alemán de Los protocolos durante una manifestación del Frente Nacional. El Frente Nacional era una organización antisemita nacionalista y extremista de Berna (Suiza). El presidente del tribunal declaró que Los protocolos eran "tonterías ridículas".

Ediciones nazis de Los protocolos durante la Segunda Guerra Mundial 

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939–1945), Alemania invadió y ocupó gran parte de Europa, incluida una parte de la Unión Soviética. Los nazis difundieron Los protocolos en los países que ocuparon. Incluso después de que millones de judíos habían sido asesinados como parte de la "Solución Final", en 1943 las autoridades alemanas publicaron ediciones de Los protocolos en ruso, ucraniano y bielorruso. También aparecieron versiones de Los protocolos y otros textos que promovían mentiras sobre conspiraciones judías en la Francia, Bélgica y Polonia ocupadas por Alemania.

Los protocolos se desenmascaran como una mentira después del Holocausto 

En 1964, un subcomité del Senado de Estados Unidos publicó un informe en el que declaró que Los protocolos eran "un vil engaño". El informe se redactó en un momento de gran preocupación por el comunismo durante la Guerra Fría. En él se explicaba que Los protocolos "son uno de una serie de documentos fraudulentos que propagan el mito de una 'conspiración judía internacional'". El Senado calificó Los protocolos de "incoherencias".

Antisemitismo, negación del Holocausto y Los protocolos en la actualidad

Después del Holocausto, las denuncias de que Los protocolos de los sabios de Sión eran una mentira no lograron reducir el poder del libro. Los protocolos y el pensamiento acerca de conspiraciones respecto a los judíos siguen alimentando el antisemitismo. Existen ediciones de Los protocolos en docenas de idiomas, tanto impresas como en línea. A menudo se hacen referencias al libro en las redes sociales. Según un informe del Departamento de Estado estadounidense publicado en 2024, Los protocolos conservan una influencia significativa en Rusia, su país de origen.

Algunas ediciones más recientes de Los protocolos culpan a los judíos por la pandemia de COVID-19. También los culpan por guerras y actos de terrorismo (como los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos). En algunas partes del mundo, Los protocolos se han incluido en los libros de texto escolares. Incluso ha habido programas de televisión basados en ellos.

También ha habido jefes de estado y campañas de propaganda política que han utilizado Los protocolos. Por ejemplo, el expresidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad (2005-2013) se ha basado en temas de Los protocolos en su retórica antisemita. Otros influyentes líderes políticos y sociales, especialmente en Medio Oriente, han afirmado públicamente que el libro es auténtico. La organización terrorista Hamas ha utilizado Los protocolos para justificar llamados a la aniquilación tanto del pueblo judío como del estado de Israel.  

Algunas versiones recientes de Los protocolos niegan que el Holocausto haya sucedido (negación del Holocausto). Otras ediciones distorsionan su historia. Por ejemplo, en algunas ediciones se afirma falsamente que los judíos cooperaron con los nazis para establecer el estado de Israel.  

El propósito de estas adaptaciones contemporáneas de Los protocolos sigue siendo el mismo: promover las teorías de conspiraciones antisemitas acerca de los judíos.

Notas

  1. Footnote reference1.

    Durante siglos, muchos cristianos creyeron que los judíos habían cometido deicidio al matar a Jesucristo. De hecho, Jesucristo fue asesinado por las autoridades romanas. La jerarquía de diversas tradiciones cristianas reforzó esta falsa creencia en sus enseñanzas oficiales. No fue sino hasta finales del siglo XX que algunas iglesias cristianas condenaron la acusación de deicidio como falsa. Por ejemplo, la Iglesia Católica repudió estas mentiras como parte del Segundo Concilio Vaticano en 1965.

  2. Footnote reference2.

    Durante tres días de abril de 1903, los residentes no judíos se volvieron contra sus vecinos judíos. Hirieron a cientos de judíos y asesinaron a más de 40. El pogromo de Kishinev estuvo precedido de propaganda antisemita, incluida una acusación de libelo de sangre. Los autores del pogromo justificaron sus acciones alegando defensa propia contra la agresión judía.

  3. Footnote reference3.

    Los francmasones son una organización fraternal voluntaria. Su origen se remonta a cientos de años atrás, tal vez al año 1300. Durante el siglo XX, tanto los antisemitas como quienes se oponían a la masonería argumentaron que los judíos manipulaban la ideología masónica y sus conexiones internacionales con fines nefarios. Algunos teóricos de conspiraciones empezaron a vincular a los judíos y a los masones acusando a las logias de estar al servicio de los "sabios de Sión".

  4. Footnote reference4.

    Al igual que Los protocolos, el judeo-bolchevismo es una teoría de conspiración. Se basa en ideas antisemitas existentes sobre supuestos complots judíos y se ha utilizado para incitar a la violencia contra los judíos.

  5. Footnote reference5.

    Biarritz fue escrito por Hermann Goedsche, un empleado de correos y espía de la policía secreta prusiana que publicó el libro con el seudónimo "John Retcliffe".

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